domingo, 27 de octubre de 2019

Melancolía y desesperanza

MELANCOLÍA Y DESESPERANZA

En estos días hemos hecho cosas variadas. Un día estuvimos con Zaporeak, porque nos avisaron de que llegaba el contenedor que esperaban y fuimos a ayudar con la descarga.



Otro día estuvimos con Julio, de la Móvil Kitchen, que ahora se llama Acción Directa Sierra Norte. Se ha asociado con Nikos y Katerina. Él tuvo un infarto esta primavera y ya no puede estar tan pendiente. Se quedará en España y hará visitas periódicamente, como ahora, que ha tenido que venir a solucionar la papeleta de la Móvil Kitchen, donde hacían el pan y la poli se la ha cerrado. Ahora ya tiene todos los trámites hechos y esperemos que pueda volver a abrir. Allí se hacen a diario las pitas que se reparten a refugiados. Mientras esté cerrada tienen que dar pan industrial, que es bastante malo y tieso.

Así que ha estado de trámites y tendrá que volver a España unos días y volver a venir con su mujer, Nati, hasta que esté todo resuelto. Nos ha contado muchas cosas de Moria y también de otros campos de refugiados. Ha estado en otros sitios y conoce muy bien el tema. Lleva 4 años casi ininterrumpidamente dando de comer a los habitantes de los campos y se las sabe todas.

Lo que nos queda claro es que la gente que ayuda a los refugiados es acosada y perseguida por la policía. Si recoges a una persona herida, como le pasó a él, te pueden acusar de tráfico de personas. Esa misma acusación se aplica a quienes hacen rescates en el mar o ayudan a los refugiados que llegan a la playa, dándoles ropa seca y mantas. Julio ha hecho rescates y nos cuenta historias que te hacen renegar de la UE y todo el mundo desarrollado.

Nos ha contado que, cuando hacía rescates en el mar, si veía cadáveres y llamaba a la policía, le preguntaban si era un cadáver blanco o negro. Si era blanco, venían a por él. Si era negro, no. Dejaban que se hundiera. Los negros no contabilizan. Es mejor que no se sepa.

Hay gente en Lesvos que se ocupa por las noches en ir a las playas, haciendo 2 turnos en cada noche. Hay un equipo al sur de Mitilene y dos al norte. Cuando avistan un dingui avisan a la guardia costera. Hay que rescatarles. Pueden hundirse al llegar a zona rocosa, fallar el motor, etc. A veces ven como llegan los barcos turcos a la zona limítrofe y se llevan los dinguis, devolviendo a sus ocupantes a Turquía. Devoluciones en caliente.  Me acaban de pasar un dato: las salidas de Turquía a las islas griegas en Octubre ha sido de 22962 personas en 670 barcos, de las cuales ha llegado a las islas un 32%. El resto, 15678 personas en 455 barcos, ha sido parado por los guardacostas o policía turcos.  

A quienes llegan a la playa les dan ropa seca, si la quieren, mantas y cariño. Tienen que esperar a que llegue la policía con el autobús a recogerles. En la furgoneta llevan material diverso para ayuda de urgencia. Primeros auxilios, mantas, calcetines, jerséis, mantas térmicas...

Hemos conocido a una vasca que lleva en esto más de un año. Es jefe de equipo. Las jefes de equipo sacan a la gente del agua, negocian con la policía, etc. Periódicamente todos los rescatadores hacen cursos de RCP, salvamento, socorrismo y de distintos temas relacionados con el rescate. A las personas que el grupo cree más preparadas y que ven que su actuación es buena, se las elige como jefe de equipo por consenso. Nos ha dicho quienes son. Conocemos a alguna, personalmente y a otras de oídas. Corren riesgos con su actuación, por eso no menciono nombres. Las que conocemos en persona, desde luego, son una gente magnífica. No sabíamos esta faceta de ellas pero ya nos habían llamado la atención por su actitud, conocimiento del medio y por su trabajo con los refugiados y refugiadas. Gente admirable. 

Hacen dos turnos, uno hasta las 4 de la mañana y otro de 4 a 8. Con dos coches van recorriendo la costa oteando el horizonte con prismáticos o a pelo, las que tienen buena vista. Cuando divisan un dingui van hacia la zona donde esperan que atraque, y controlan su avance por si se hunde o se para el motor. Ven lo cargado que va y avisan a la guardia costera que puede tardar en llegar diez minutos o dos horas. A veces han tenido que sacar cadáveres del agua o elegir a quien rescatan. La persona que nos los cuenta dice lo duro que es elegir a quien puedes salvar. Hay veces que la misma persona trabaja toda la semana algún turno. Pero suelen alternarse. Lo hacen además de otros cometidos que tienen y hay que compaginar. Coincide que mientras me está contando todo esto, en un sitio próximo al agua, tengo mucho frío porque es de noche y ha refrescado.  Y pienso lo dura que debe ser esa guardia junto al agua, con frío. Me parece una gente excepcional. Luz quiere venir a hacer rescates.  No sé si yo sería capaz, la verdad. Pero no se puede ir un día a cotillear. Si te metes en el grupo de rescate, tienes que estar al menos 3 semanas. La primera clase dura 4 horas y hay que mantener más reuniones, charlas y cursos, por lo que hay que estar un período mínimo de tiempo tiempo. Si no, no te dejan. 

Recuerdo las imágenes del vídeo de FEOX sacando niños y bebés del agua y me da un escalofrío. Hay que ser de una pasta especial para dedicarse a eso. Observo que la gente con la que hablo que hace o ha hecho rescate, como Julio, tienen una mirada muy serena, muy tranquila. Me hacen creer de nuevo en la especie humana, que tan cruel es. 

Con esta mujer y con Julio hemos hablado también de la situación en otros lugares. La frontera norte de Grecia y Turquía parece que debe ser un lugar muy complicado. En Croacia y Serbia la situación es especialmente grave. La policía tortura a los refugiados. En Serbia los cazaban con perros, aunque parece que se ha puesto fin a esa práctica, pero utilizan otro tipo de torturas, como cortarles los pies para que no puedan andar, dejarles desnudos y mojados en invierno, robarles documentos, móviles y cargadores.... Lo fundamental en esas fronteras es que la policía no intervenga. Si te cogen estás perdido. Especialmente los chicos jóvenes.

También hablamos de la situación en los países de origen. En Siria no para la guerra y cada vez se complica más, con los ataques a los kurdos. Sabemos que hay 160000 desplazados, al menos y quizá haya un éxodo, aunque los kurdos quieren recuperar sus territorios y son gente brava, que ha peleado y derrotado al ISIS. Veremos como evoluciona ese conflicto.

Los afganos huyen de los Talibán. La situación en Afganistán es muy dura, sigue en guerra, hay persecuciones, amenazas y la gente tiene que escapar. Una afgana, que ha trabajado con Rowing, nos ha contado su historia personal y es francamente dura. Su propia familia está en contra de ella, solo por querer llevar una vida normal y trabajar y haberse casado por amor y no por imposición familiar.  La familia del chico afgano de Atenas huyó porque pusieron una bomba en el colegio del chico y ya no aguantaron más 

Las gentes del Congo huyen de una guerra de la que ya no se habla desde hace años. De violaciones y torturas. Nos han contado que las torturas que se llevan a cabo en el Congo son brutales. Hay quien ha visto los vídeos y dice que son algo inimaginable. Gente curtida nos dice que son incapaces de verlos porque es algo tan brutal que no puede soportarse. Aquellas bestialidades que nos contaban cuando las guerras entre hutus y tutsis se quedan en nada con lo que está pasando ahora.

En otros países africanos, Somalia, Liberia etc., la vida no tiene valor y no hay futuro. La gente huye de la violencia y por subsistir. Y todos sabemos lo que pasa con los palestinos, que también están por aquí huyendo de esa situación brutal y consentida.

La violencia en Haití es también inimaginable. Raúl vio una foto del hermano desmembrado de un haitiano que conocimos y se arrepintió muchísimo de haberla visto. Los asesinos se la mandaron al hermano como advertencia para que no se acercara. Este haitiano nos había contado parte de su historia, pero a mí me faltaba algo que no me cuadraba, porque había dejado allí a sus hijos solos con una hermana. Cuando tuvo algo más de contacto con Raúl después de irnos nosotras de Chíos, le contó la historia completa.

Es llamativo que se haya abierto una ruta Haití- Turquía, a la vez que africanos están huyendo a Centroamérica. Las rutas de escape para esta gente que sólo busca sus derechos como personas están cambiando mucho. Pero es un movimiento imparable, que únicamente puede aumentar. La desesperanza de la gente que trabaja con los refugiados es que la situación no es algo puntual, sino que va aumentando y aumentará por muchos factores. Las hambrunas serán cada vez más prolongadas y la gente tiene que vivir. Las personas tienen que proteger y alimentar a sus hijos. Antes que dejarlos morir o arriesgarse a que los maten harán lo que sea.


Pero la huida a veces se convierte en la propia muerte o en una situación de pérdida de familiares. Un chico sirio de Moria, estaba desesperado por encontrarse con su hermano. Nos han contado de una familia que tuvo que dividirse para salir de Turquía. Primero llegaron los niños y los padres dos o tres días más tarde. Cuando llegaron a Moria, los niños habían desaparecido. Nadie sabe lo que pasa en ese campo. Hay tráfico y prostitución de niños, tráfico de drogas, quizá de órganos, por un comentario que nos han hecho. En las noches, cuando no hay vigilancia, puede ocurrir cualquier cosa. La gente está desesperada. Hay quien lleva años atrapado en ese campo. El sirio con los brazos llenos de enormes cicatrices por autolesiones lleva 5 años esperando salir. Es una situación que vuelve loco literalmente a cualquiera. En los campos de concentración nazis a la gente se la esclavizaba trabajando. Aquí se la esclaviza de otra manera, con inactividad absoluta, que les vuelve locos. Días y días, meses, años,  sin esperanza. Cualquier violencia, cualquier acto de brutalidad, cualquier cosa que ocurra en este campo es culpa de quienes lo mantienen con gente sin salida posible. Culpa de la UE y de todos nosotros, que no queremos ver lo que está ocurriendo en un país europeo. 

Las cifras de hoy son aterradoras. El gobierno griego planea el traslado al continente de 10000 personas. Este año la situación se ha desbordado. Para fin de año habrá 40000 personas atrapadas en las islas griegas. Nunca se había visto nada similar. La rescatadora nos dice que espera que este invierno haya motines, en cuanto empiece el frío y las lluvias. Pero las instituciones internacionales se ocupan de poner líderes de grupo con los que no sabemos cómo negocian para mantener a la gente domesticada. Hubo un motín el día del incendio del contenedor donde murió al menos una mujer y quizá un niño, pero se apagó enseguida con gases lacrimógenos y detenciones.

Cuando caminas por el campo viendo esos ojos apagados y melancólicos de las personas adultas, que te silencian cualquier palabra, cuando miras las tiendas, que sabes que no van a soportar el invierno, cuando miras a los niños, que juguetean y vienen a saludarte riendo pero sabes que son niños que no tienen futuro, que van a ser despreciados si consiguen llegar a otro país, que si pueden ir al colegio alguna vez probablemente lo hagan en un ambiente hostil, se te cae el alma a los pies.  


El sarcasmo de la isla es la imagen de los refugiados que se reúnen bajo la estatua de la Libertad que hay en el puerto, a los pies de la ciudadela y es lo primero y lo ultimo que se ve de Lesvos desde el barco. La estatua de la Libertad que cobija a estos seres humanos que están atrapados sin esperanza alguna de ser libres.


Y por la tarde, se llenan los ojos de lágrimas y se te parte el alma cuando te acercas al puerto y ves como los refugiados se acercan a la concertina que rodea el puerto, donde no pueden pasar, se agarran a la alambrada y miran como se aleja el barco que les sacaría de este infierno y al que no pueden subir. Melancolía y desesperanza. La muerte de la esperanza. La muerte del ser humano. 










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