sábado, 29 de noviembre de 2014

DIA 41. SANTIAGO

DÍA 41

27/NOVIEMBRE/2014 SANTIAGO

Nos hemos levantado sin prisa porque a Santiago hay muchos autobuses. Tengo que rehacer maleta. Llevaba sin abrirla desde qué se yo cuándo, arreglándome con lo que llevo en la mochila. En Talca cambié a ropa de verano y tengo que reorganizarme.

Desayunamos junto a Gladys y Miguel Ángel. Hablamos de distintas cosas y nos ayudan a reservar un hotel para estos días. No sabemos cuantos, porque estamos aún pendientes del cambio de vuelo. Encontramos, finalmente, un aparta-hotel en el puro centro.

Vamos en taxi a la terminal y subimos en el primer autobús que sale. Muy cómodo, con tres azafatas. Solo son tres horas de viaje,,pero años dan almohadillas, refrescos e infusiones, algo de picar...tiene, además, wifi, así que adelantamos cosas.

En camino transcurre con la cordillera a la vista, cada vez más cerca. En Santiago tomamos un taxi al centro. El taxista nos cuenta que le va muy bien. Trabaja en el taxi porque gana mucho dinero, más que si se dedicara atora cosa. Es universitario, pero dice que en el taxi gana más y que, cuando ha ganado suficiente en el día, se marcha a casa. Además es músico y compone canciones para anuncios. Ha estado en Madrid, porque nos habla del metro de allí y que el de Santiago se colapsa continuamente.

Vemos el Palacio de la Moneda, que no está lejos de donde vamos a dormir. El Aparta-hotel está en la calle Monjitas. Al entrar nos conducen a una oficina montada en un apartamento, donde nos cobran rápidamente y nos dan un mapa. La chica que se ocupa de la administración, que está sentada en la cocina, con un ordenador, me indica lugares para visitar y cómo llegar.

El apartamento es bastante nuevo. Está en el piso 21, lo que a Juanjo no le hace ninguna gracia, y tiene vistas a la ciudad y al cerro Santa Lucía. Hay cocina equipada, salón-comedor, varios armarios, caja fuerte..Salimos a comer algo. Es tarde. Vamos al mercado, donde hay restaurantes. Tomamos unos platos de pescado en un restaurante que se llama Donde Augusto, que acapara casi toda la planta baja. Es una marisquería y tienen también puestos de marisco y pescado. No hemos comido mal, pero creo que hemos pagado como guiris.

Volvimos al apartamento, comprando algo en el supermercado para esta noche, y bastante fruta en los puestos que rodean el mercado. En Santiago tenemos que aprovechar para sentarnos a estudiar lo siguiente que tenemos que hacer. Es complicado y necesitamos una conexión buena. La que tenemos está muy bien. Pasamos parte de la tarde buscando cosas en las distintas web. Cenamos tarde, enredados con esto. La verdad es que te pones a buscar en Internet y no acabas nunca...

Ha habido una puesta de sol espectacular que Juanjo ha retratado desde el minúsculo balcón. Da algo de vértigo.


DIA 40. DE TRAQUETEOS Y POLVO

DÍA 40

26/NOVIEMBRE/2014 DE TRAQUETEO Y POLVO

Hoy vamos a ir al Parque Nacional Lircay. Hay un bus a las 7, pero yo no quiero madrugar y Juanjo tiene que llamar a España. Ya comenté que los negocios abren tarde y los locutorios, igual. Desayunamos abundante. Nos han dado bizcocho de jengibre casero con frutas. Delicioso!!.

Como no tengo gafas de sol, he sacado una gorra con visera para protegerme algo. Anoche nos dio Miguel Ángel un pegamento que se llama La Gotita, como el súper-glue. Y le pasa lo mismo. Que funciona la primera gota y luego se seca.

He intentado caminar sin las gafas de sol pero aún me molestan los resplandores. La visera me quita algo pero, finalmente, cazo unas gafas de sol de un puesto que me cuestan 2 Lucas, o sea, unos 3 euros. Una Luca le llaman a 1000 pesos. En las pelis argentinas hablan también de Lucas, si os habéis fijado, al hablar de dinero. Así que las gafas son de plástico puro, pero tendrán que servir, de momento, porque no tenemos tiempo de parar. Cuando me compre otras, me tomaré mi tiempo para que sean adecuadas. De momento, me apañaré.

Llegamos a la terminal. Vemos que, después del bus de las 7 no sale otro hasta las 12. Y vuelve a las 5 de la tarde. Iremos, en cualquier caso, porque la ciudad no tiene mucho más, rotos aparte.

Pasamos por la estación de ferrocarril para hacer tiempo, ya que hay un tren que va a Santiago. Pero solo hay 3 al día. Uno sale a las 7, que es demasiado pronto y otro a las 3 y tarda más que el bus. Autobuses hay "a cada rato".

Pero hace mucho calor, y nos sentamos al fresco en un parque junto a la estación. Vemos una mani y comentamos sobre los próximos pasos. Luego fuimos a la terminal. En la zona de los buses cercanos, los vehículos son furgonetas que van y vienen sin parar. El que tenemos que coger no es furgoneta. Es un autobús alto y desportillado, con pinta de próximo al desguace, lo que me indica que el camino que vamos a hacer debe ser complicado. Generalmente este tipo de autobuses se utilizan para caminos con mucho bache, mucha agua, barro...

Emprendimos el camino. Dentro hace mucho calor. Como siempre me pasa cuando viajo en malas condiciones, me quedo dormida. No sé por qué me pasa eso. Pero en cuanto me pongo algo más cómoda, se me pasa el sueño. Empezó a ocurrir,e viajando por la India hace muchos años- de todo hace ya muchos años-. En esa época yo no pegaba ojo y usaba pastillas para dormir, pero ni así. En cambio, viajando por la India en autobuses que ni te cuento, me quedaba seca. Especialmente si la cabeza se bamboleaba y hacia un calor infernal y el autobús traqueteaba como una batidora. Yo no entendía como podía quedarme dormida así, si en los aviones o en otro transporte normal no pegaba ojo. Otra cosa que me pasa es que me mareo en autobuses buenos y carreteras fantásticas, pero puedo incluso leer o escribir sin problemas si la carretera es un desastre y el bus una castaña y traquetea. Cuantos más brincos dé y más incómoda, mejor me va.

Subimos una empinada carretera, sin asfaltar. Vemos cerros rodeándonos. Al ir llegando, el conductor se para a hablar con todos los que se encuentra. Esas cosas ya no nos llaman la atención. Después de la experiencia de Panamá, donde a la gente la dejaban en la puerta de su casa, y una vez el conductor de una "chiva" nos llevará a su casa a recoger la comida, que le entregó su mujer dándole un beso y saludándonos, ya nada de eso nos extraña.

Al llegar, a las 2, el conductor nos indica hacia donde tenemos que ir. Resulta que hay 2 km de subida empinada hasta la administración y veo en un mapa que el mirador al que pensábamos que podíamos ir está bastante lejos. Yo tardé tres cuartos de hora en llegar. Achicharrada. Menos mal que llevaba la gorra. Pero llevaba también amarrado a al cintura el cortavientos, porque nos dijo Miguel Ángel que lleváramos algo, que arriba estaba "helado" . Pues menos mal...Al  llegar, muerta de hambre, aunque íbamos comiendo cerezas que habíamos comprado en Talca -muy dulces, igual que los fresones  (frutilla le llaman a la fresa) que también estaba dulce a más no poder. Calculando el tiempo, le dije a Juanjo que no iba a pagar la entrada, porque entre subida y bajada, no iba a estar más de una hora, y que se fuera él. Me dijo que no merecía la pena. Pero de repente, cuando saqué algo de comer, se marchó, pensaba yo que a ver un cartel, pero no volvía, no volvía...me puse a comer y un rato después fui a ver si lo veía, pero solo veía continuar el camino. Aproveché que había baños y calculé el tiempo. Si Juanjo a las 4 no ha vuelto, empezaré a bajar yo.

El bosque que nos rodea, aunque frondoso, tiene aspecto Mediterráneo. Hay robles, coníferas...Vuelve Juanjo, que ha encontrado un sendero corto, en cuya entrada había un guarda que le ha dejado pasar por la cara. Me cuenta a la vuelta que ha llegado a un mirador. Ha sacado fotos de los cerros. Me explica que hay unos árboles que tienen hongos parásitos. Volvemos a verlos al bajar. Hay lagartos, alguna especie de buitres y escuchamos al pájaro carpintero, pero no se deja ver.

Tomamos una cerveza en un bar mientras esperábamos al autobús de vuelta. La dueña del local nos explicó que van a asfaltar la carretera. Que en invierno esta zona se llena de nieve y que su casa se destruyó con el terremoto. Ahora tiene una muy bonita, de madera,que le construyó el gobierno.

Bajamos en el mismo autobús traqueteante. Eso significa que, cinco minutos más tarde de subir, en cuanto empezó a andar, me quedé dormida. Me dijo Juanjo que había visto cultivos de cerezos, pero me los he vuelto a perder. He despertado al llegar a la zona asfaltada.

Cargados de polvo y sudor del camino, fuimos al hostal a quitarnos la ropa, cepillar las botas y ducharnos. Yo iba metiendo ropa en jabón según me la quitaba. El calor y la costra eran agobiantes.

Ya limpios y perfumados fuimos a cenar. Primero dimos un paseo hacia la plaza de armas, que aún no habíamos visto. Pasamos por la zona de la marcha y tomamos una cerveza en una cervecería concurrida, donde una planchera mayor preparaba bocadillos de muchos tipos. Las camareras la llamaban Maestra. A las señoras nos llaman Dama en todas partes.

Desea la dama tomar algo?

Dama, qué puedo ofrecerle?

Caminando por la calle veo una pareja que andaba muy abrazadita. Él, un chico alto, le decía a ella, con ternura:

Las cucarachas resisten una explosión nuclear

En fin, dulzuras de enamorados.

Cenamos donde ayer, pero me paso a la pasta. Juanjo sigue con carne roja. 


viernes, 28 de noviembre de 2014

DIA 39. LA REGIÓN CENTRAL

DÍA 39


25/NOVIEMBRE/2014 A LA REGIÓN CENTRAL

Nos han dicho en Iberia que seguimos en lista de espera. Hay opción para el 28, pero no nos da tiempo a ver Santiago, en ese caso. Así que seguimos en espera para el 30.

Nos mondamos de risa con Solange, la dueña del Hostal Casablanca. Dice que los viejitos se portan como los adolescentes. Su hija, que es adolescente, dice que ni hablar. Nos reímos.

En la terminal montamos en un bus que va en dirección a Santiago. Nos bajaremos en Talca, a unas tres horas antes dl final, tras seis horas, supuestamente, de viaje. En principio la carretera fue bastante mala. Está toda en obras. La vegetación por esta zona es abundante. Nos han dicho que en Valdivia llueve muchísimo. Vemos en el horizonte los Nevados, es decir, volcanes.

Cruzamos varios ríos. El primero de ellos, el Bio-Bio tiene fama de ser el punto hasta donde llegaron los incas. A partir de ahí los mapuches les cortaron el paso. Otra referencia nos da el Maule como último punto al que llegaron. Este también lo cruzamos. Es bastante curioso, porque es un río, al menos por donde pasamos nosotros, que tiene muchos brazos. 

He estado buscando el porqué de las palabras repetidas en Chile, como Bio-bío, Cau-cau, calle-calle...pensaba que era como en él balinés en el que la repetición significa plural. Una referencia dice que puede referirse a superlativos, como en el euskera, o a onomatopeyas, y que en castellano también se repite, como yo-yo, pipí...no sé. Me ha parecido llamativo porque en accidentes geográficos se ven bastantes nombres así.

Empieza a cambiar el paisaje, hay menos vegetación y parece que hace más calor. El clima de la zona donde vamos es Mediterráneo y se cultivan viñas. Es una zona famosa por los viñedos. Vemos muchos cultivos diferentes.

Perdemos de vista los Nevados. Muy a lo lejos se ven los Andes. La verdad es que Los Andes no los hemos perdido de vista casi nunca en todo el viaje. De hecho, hasta Cabo de Hornos se denominan como Andes la cordillera, aunque parte discurra por islas. Supongo que originalmente era la misma cordillera y las islas se separaron.

El viaje ha resultado accidentado. Nos han hecho entrar en un pesaje por el que hemos tenido que pasar varias veces y creemos que, finalmente, han puesto una multa. Y luego hemos tenido que cambiar de autobús. Ha salido despedida gran cantidad de aceite en una parada. Toda la trasera del vehículo estaba pringada. Juanjo ha visto cómo le saltaba el aceite al conductor, que ha acabado pringado. Nos han cambiado las maletas y ha venido otro bus en un momento. Vemos que la central de este autobús estaba en  el mismo sitio donde ha ocurrido la avería, lo cual ha sido una suerte.

Entre pitos y flautas llegamos como una hora tarde. Yo estaba cansada porque la carretera no ha sido buena. Además, se me han roto las Ray-Ban plegables que me compré en Nueva York hace unos 25 años (o más) y que siempre he tenido como oro en paño porque no abultan nada. Pero se ha partido la pieza central. Mal asunto. No tengo otras h me van a hacer falta. Mala pata que vi en Decathlon hace unos meses unas buenas para viajar y baratas. Estuve tentada de comprarlas pero, para qué, si viajaba con éstas. Mira tú por dónde...

Llegamos, como digo, cansados, al menos yo. El bus nos deja fuera de la ciudad, en un punto donde hay una gasolinera y taxis. Cogemos uno y nos dice que la zona a la que tenemos que ir está cortada por obras, así que damos un rodeo. Llegamos al hostal. Las direcciones de las calles, en Talca, son según los puntos cardinales. La dirección a la que vamos es 2 Oriente, 7 Sur. Las calles en las distintas direcciones parten de la Plaza de Armas y la orientación es por un cerro que se encuentra al Este.

El hostal es una casa de una planta. Los dueños son Miguel Ángel y Gladys. Él nos recibe. Estaba en la puerta, esperando. Le había dicho a Gladys, que me mandó un correo, que llegaríamos hacia las 6 pero, con tanto trajín....

Miguel Ángel se pone a conversar tranquilamente. Yo estoy deseando soltar las cosas, ir al baño y que me de un poco el aire, después de tanto bus. Tras un rato de charla, conseguimos soltar las cosas, dejar la ropa de abrigo y salir a la calle. El clima es templado. Yo he salido sin chaqueta y Juanjo en camisa. Hemos ido hacia el centro, a cenar. Vemos muchas casas destruidas por el terremoto de 2010. Miguel Ángel nos ha contado cómo lo vivió. Les pilló en la cama. Duró 3 minutos, que hay que imaginarlos. Primero se produjo un movimiento de arriba a abajo y luego otro como en olas. Le pregunté si cada uno duró tres minutos y me dice que no, que no habría podido soportarse. 3 minutos en total. Luego hubo un maremoto. Recuerdo el suceso, pero no recordaba en qué zona fue, pero estamos justo donde se destruyó más. Las referencias a ese terremoto es de 8,8 Richter, pero dice él que tuvo que ser más. Que uno de 8,8 lo sintió hace poco en  Iquique y que éste fue mucho peor. Dice que lo rebajaron porque a partir de cierta intensidad las compañías de seguros no pagan. Y los daños fueron tremendos y murió bastante gente.

Vimos edificios señoriales totalmente destruidos por la zona del centro. En esta ciudad las fotos más llamativas son las de casas rotas. En alguna no ha retirado aún los escombros, o puede que sigan cayendo. Muchas están parapetadas con vallas para evitar que la gente se acerque. Es impresionante ver como han quedado.

El terremoto más fuerte el que hay constancia en el mundo fue el de Valdivia de 1960, que quedó arrasada. En uno de éstos, un pueblo entero quedó bajo tierra.  Veo en Internet que el terremoto de Iquique que dice Miguel Ángel fue de 8,2 y el de 2010 de 8,8. En la escala Richter las diferencias de una magnitud a otra son tremendas, así que supongo que las referencias que se dan son correctas, a pesar de lo que diga Miguel Ángel.

Fuimos a cenar a un restaurante que se llama La Buena Carne. Y, como no podía ser de otra manera, aprovechamos para tomar carne roja, que hace tiempo que no la probamos. Muy buena, y bien de precio. Lo raro fue que, al estar en zona de viñas, pedimos un vino de aquí, pero el camarero nos dijo que no nos lo recomendaba y nos trajo uno de otra zona. Bien de precio.

Nos rodea un grupo de perros mientras cenamos. No me hace ninguna gracia. Tolero a los perros siempre que no estén muy cerca.  Juanjo acaba dándoles algo, cuando ya habíamos terminado. Amenaza con comprarme uno, pero le digo que se lo lleve a su finca. Yo no quiero perros.




Volvimos paseando con alguna dificultad. Las calles donde vivimos no están bien iluminadas y las aceras están bastante rotas. Próximo al hostal hay un campo de fútbol donde juegan durante la noche. Debe haber liguilla nocturna, como en Brasil.

DIA 38. VALDIVIA. LA CERVEZA

DÍA 38

24/NOVIEMBRE/2014 VALDIVIA: LA CERVEZA

Por la mañana estoy mejor, aunque con retortijones. He conseguido desayunar. El té me ha sentado fenomenal. Lo he tomado con ganas. Y unas tostadas. Habría comido más, pero no me he atrevido, después del día de ayer. Nos dicen que nos podemos quedar también está noche, aunque en otra habitación. Ellos cambian las cosas. Les llega una "delegación" de la tercera edad y tienen que cambiar las camas.

El hostal es un chalet sencillo con habitaciones luminosas y colchas claras y floreadas. Las paredes,,psi tasas de color blanco cremoso, contienen dibujos de macetas, Hay olor a limpio, y las habitaciones están limpísimas, perfumadas, con buenas toallas. Solo que hay medias bañeras bastante altas. Casi me mato al salir de la ducha.

Salimos a la costanera. Hace un buen día. No hace falta abrigarse mucho. Vemos la desembocadura del río Caucau en el CalleCalle, que se llama Valdivia un poco más allá. La costanera es muy agradable, y las casas del entorno son similares al hostal. Casas unifamiliares ajardinadas. Hay restaurantes de buena pinta, muchas flores, árboles llenos de pájaros tipo ibis, muy ruidosos. También vemos falcónidos que se posan cerca de nosotros, sin más problema. Se han adaptado a las ciudades.

En el mercado fluvial, como sospechábamos, los lobos marinos están pendientes de los trozos de pescado que les van echando. No solo los lobos, que parecen ahítos, sino también cormoranes, jotes (carroñeras de cabeza roja) y gaviotas de cabeza negra.

En el mercado vemos huevos verdes, dos tipos de algas, como el cochayuyo y el ---------. Fruta y verdura conocida y pescados y moluscos. La gente toma ceviches para desayunar. Nos quedamos una rato cotilleando y observando a los lobos marinos y nos dirigimos al museo histórico donde yo confío en sentarme un ratito en el baño. Llovizna a ratos, pero no molesta.

El museo está en la otra orilla, pero es lunes y lo están encerando, como era de esperar. Pero lo vemos por fuera, ya que es una casa colonial muy bonita, con soportales y un par de coches de caballos. Esta en un parque agradable, dedicado a museos pequeños en casas de madera, todas muy agradables, pintadas en tonos claros, con grandes ventanas. Hay una con formas redondeadas, que me gusta, aunque Juanjo se ríe de mi.

En esta zona se ven referencias a Ercilla. Alonso de Ercilla, el que escribió La Araucana, a Pedro de Valdivia, que fue gobernador de Chle y matado por los mapuches. La Araucana es la denominación que le dan al territorio en el que existen unas coníferas piñoneras muy altas, llamadas Araucarias.

Vamos al centro, a preguntar en LAN, porque tenemos intención de adelantar el próximo vuelo, pero nos dicen que lo tienen que hacer desde Iberia, lo que nos choca bastante, porque el vuelo es suyo. Nos aclaran  la llegada, que a mi me producía dudas. Ya hablaré de ello en su momento.

Paseamos un poco la ciudad, tomamos una cerveza en una terraza. Yo he tomado medio vaso. Me apetece algo fresco. Esta es una ciudad cervecera, donde fabrican gran parte de las cervezas de Chile y pueden visitarse cervecerías.

El terremoto de 1960 hizo mucho daño en esta parte, pero está ya reconstruida. La costanera es la zona más agradable. Tiene aparatos de gimnasia a lo,largo del paseo. Hay gente remando en el río. Hay barcos para hacer recorridos fluviales y el clima es templado. Juanjo dice que es un buen sitio para vivir. Se come pescado fresco y barato. Ayer comió un plato de pescado frito, en el que le pusieron dos mazas de pez sierra grandes, Ensalada y cerveza grande y pagó como siete euros, propina del 10% incluida.

Estuvo buscando cómo llevarme un caldillo, pero no encontró el medio. No creo que lo hubiera podido tomar, de todas maneras.

Hoy hemos ido a comer de nuevo al mercado. Subimos a la segunda planta y ahí entramos en un restaurante que tenía un piso más arriba, desde donde se ve el río. Yo tomé un plato de caldo de marisco con tropezones de almejas machas, piura  (un molusco rojo, no sé cómo es la cáscara), mejillones... Juanjo tomó pescado a la plancha. Pedimos una botella pequeña de vino. Yo he tomado poco. Me sabe ácido.

Volvemos al hostal. Tenemos que ver cosas en Internet. Juanjo intenta ver el partido del Granada-Almería, pero no lo logramos en ningún dispositivo, ni por GolTV ni por YOMVI, el del Plus.

Se marcha a cortarse barba y pelo. Tiene la costumbre de hacerlo cuando viaja y ha decidido que sea esta ciudad la adecuada. Le ha cortado el pelo y la barba, al medio, un barbero. No le gusta que le corten las peluqueras, porque dice que aprietan poco y le dura menos. Yo tengo que teñirme, pero me compraré un champú con color. Los ancianitos son bastante escandalosos y golpean en nuestra puerta por error. Espero que no les dé por irse a bailar y volver a las tantas escandalizando.

Reservo hotel para mañana en Talca, Juanjo saca los billetes, y salimos. En la terminal nos dicen que no dan comida en el bus, sólo una bandejita. Así que pensamos ir al supermercado a por algo para llevarnos. Juanjo ha comprado fregones muy dulces y damascos (albaricoques).

Cenamos en una terraza agradable, aunque no da al río. Hemos pedido una Pichanga, que es una bandeja con trozos de carne de varios tipos, patatas fritas, tomate, queso y encurtidos. Nos han puesto una cerveza sin filtrar. Turbia pero buena.

Nos fuimos pronto a la cama, que mañana hay que levantarse temprano.


DIA 37. LA REGIÓN DE LOS RÍOS

DÍA 37

23/NOVIEMBRE/2014 REGIÓN DE LOS RÍOS

Nos levantamos sin prisa, porque autobuses a Valdivia hay cada poco. Desayunamos después de ver que en la cuenta de Juanjo han pasado el aviso de fianza, aunque no el cargo. Tenemos que llamar a VISA para preguntar.


No había té para desayunar y he tomado un café de pollitos, con un poco de asco. Solo he tomado un poco.


En la estación, sacamos los billetes y Juanjo se va a un locutorio. En VISA le dicen que no estas hecho el cargo y que se puede devolver, pero habrá que estar pendientes. Mientras, me voy encontrando mal. Voy a comprar una coca cola a ver si me arregla el estomago porque siento ganas de vomitare y el autobús sale ya.

Montamos en el bus pasando por la Región de los Lagos, aunque no vemos ninguno. Tampoco distinguimos los. Volcanes, porque está nublado, aunque paramos en Osorno, del mismo nombre que uno de ellos.

Me he cambiado de asiento para ponerme en uno en el que pueda mirar al frente, por no complicar las ganas de vomitar con un mareo de coche. Compruebo dónde está el baño, de todas formas, por si acaso.

En Osorno bajo al baño y resuelvo el problema, aunque el resto del viaje no ha sido muy bueno y me encuentro mal pero, al menos, no hay ya peligro. Me he acordado mucho de mi amiga Chelo. Un día, en Africa, estábamos tardando en pasar una frontera desde Tanzania, porque los trámites eran muy lentos. Mientras esperábamos en el exterior a que loa funcionarios rellenaran los papeles, nos dice Chelo:

- No sé si vomitar aquí o en Kenya

Os podéis imaginar las carcajadas del resto...

En fin, llegamos a Valdivia. Juanjo fue a ver si el hostal que habíamos buscado tiene habitación. Al menos para esta noche si, y yo estoy deseando acostarme un rato. Tengo escalofríos y ganas de dormir. Tardan un poco en darnos la habitación, que estaba sin terminar de limpiar. Mientras, me quedo en un sofá blandito, en una sala agradable, con chimenea. La dueña me ayuda a llevar las maletas, porque Juanjo ha ido a comer.

En cuanto me dan la habitación me meto en la cama. Es domingo, así que cuando vuelve Juanjo de comer y dar una vuelta, se pone a ver los partidos de la liga española en la tele,

Me levanto algo mejor, pero sin ganas de comer. He tomado muy despacio un par de galletas y unos sorbos de coca cola y parece que no me han sentado mal, pero no puedo  pensar en nada que me apeteciera tomar.

Dimos un paseo. En la costanera, que da a los ríos Calle-calle, Cau-cau y Valdivia, hay lobos marinos en los muelles, muy cerca del paseo. Hay familias, que huelen fatal, pero les saco fotos. No es fácil verlos tan cerca en casi ninguna parte. Y menos en un río. Yo los he visto próximos, en California, pero en el mar.

Más allá, en la misma costanera, vemos el lugar del mercado fluvial. Hay muchos lobos marinos. Suponemos que están allí para comerse los restos del pescado. Cierto que los bichos también se apuntan a la vida fácil.

Vamos hacia el centro y compro un antiemético en una farmacia, por si acaso...y en un supermercado, un yogur para más tarde. Juanjo ha comido bien, en el mercado, y tarde, así que nos tiene interés en cenar, según dice.

Busca un sitio para comprar una cerveza, pero está todo cerrado. Me deja en el hostal y se va a buscar algo. Vuelve con cerveza y un bocadillo, aunque decía que no tenía hambre...

He tomado el yogur. Compré uno sin lactosa porque ponía Guatita Feliz (el estomago, acordaos de los callos) y el mío está muy triste. Hay pintada una carita con forma vaga de estomago que sonríe.

En la botella de Coca-Cola, de plástico, pone que es 100% reciclable y que en el 30% está hecho con plantas. Curioso.





La noche la pasé mal. El estómago mejoró,  la parte intestinal pidió protagonismo. Definitivamente, ha tenido que sea alguno de los mariscos de anteayer.

DIA36.CHILOÉ

DÍA 36

22/NOVIEMBRE/2014 CHILOÉ

La casa donde nos alojamos es un laberinto, con escalera que se bifurcan, por las que escuchas las voces de los que van contigo pero no sabes dónde están. Tenemos al lado de la habitación un comedor para desayunar pero nos dicen que tenemos que ir a otro que está al mismo nivel, pero al que para llegar, hay que bajar un tramo o dos de escalera y subir por otro lado. Horroroso. Al pasar por el que NO nos tocaba, vemos que les están dando tarta y, entonces, pensamos que estaban celebrando un cumpleaños y que por eso nos habían mandado al otro lado. Pero nos ponen también tarta de limón para desayunar. Todo muy raro.

Bajamos las maletas al coche pero volvemos a dejarlo aparcado y damos una vuelta por el centro. Visitamos una Iglesia Jesuita de madera que es la principal de la ciudad, en la plaza. Bastante chula. Luego Pasamos por un centro de artesanía. Me he comprado unos guantes, porque los que llevo están hechos una pena y éstos parecen calentitos.

Luego hemos cogido el coche para ver los palafitos. Como la marea sube mucho, las casas originales estaban así hechas, para dejar pasar el agua. Están pintadas de muchos colores, y resultan muy bonitas de ver. Pero en Castro hay poco más, así que seguimos a otros sitios. He visto un montonazo de cisnes de cuello negro y les hemos hecho unas fotos. Esos no se ven en Europa.

Visitamos Chonchi. A Paco le encanta el nombre. Hay una iglesia de madera, pero está cerrada. Conchita va a hablar con todo el que encuentra y le dan distintas explicaciones. Finalmente, la verdad es que la estaban encerando. Bajamos en coche a la costanera, intentando divisar un tipo especial de construcción de casas en madera de tres pisos. Haberla, hablas, pero están hechas una pena mora. Conchita ve unos plátanos y los compra para luego.

Para ir a ver otra iglesia, que es la estrella de la zona porque dicen que no tiene clavos, vamos a coger un Ferry que hace un trayecto de pocos minutos. Ni nos bajamos del coche. Éstos ferrys van "al tiro". Pasan constantemente. Pero echan un humazo de gasóleo que me ha revuelto el estómago. Paco quiere tomar ostras en una zona donde las cultivan, en Curacao  de Vélez.

Tuvimos que preguntar, porque no encontrábamos el sitio. Llegamos justo a tiempo para entrar antes que un autobús de tercera edad, que iban a comer ostras como locos. Cobraban 70 céntimos por cada una. Limón aparte.

Conchita y yo sólo hemos tomado un par. Juanjo y Paco, media docenita. No sé qué me pasa, que no me apetecen mucho y tengo un poco revuelto el estómago después del barco. Éstas son de otro tipo. Más grandes y alargadas. Muy buenas.

A continuación hemos ido a visitar la iglesia Jesuita de madera. Una señora que está encargada de cobrarnos algo, nos dice que lo de que no tiene clavos es mentira. Era cierto en la original, pero se dañó y ahora tiene clavos, como todas, aunque en carteles de la pared muestran las técnicas de ensamblaje de las maderas, algunas de bonito nombre, como Cola de Milano, Paco, que ha estudiado en los Jesuitas,, me habla un poco de la simbología jesuítica, ya que veo algunos elementos que me llaman la atención. Me suena a que están casi encriptadas. Tendré que leer algo sobre eso.

Yo sigo con el estomago pocho. He comido despacio uno de los plátanos, para ponerle algo consistente pero seco. Parece que me mejora algo.

Volvemos a subir al transbordador y, al llegar a la isla principal, intentamos llega4 a otra de las Iglesias del circuito, pero el camino era de "ripio", o sea, de gravilla, muy malo. Como tenemos que llegar a Puerto Montt porque Conchi y Paco tienen que subir al bus de las 22 h., nos damos la vuelta para salir de la isla. No paramos más hasta llegar a Puerto Montt. Allí fuimos a Angelmon, donde se encuentran los restaurantes de pescado. Solo hay uno abierto, y pedimos la cena, a bese de pescados, muy buenos. Pero el restaurante tenía tapicerías y manteles llenos de lamparones. Como íbamos con un poco de prisa, no nos dimos e cuenta hasta que ya nos habíamos sentado.

Fuimos rápido a la terminal, donde nos despedimos. La verdad es que el encuentro con Paco y Conchita ha sido de lo más agradable. Es muy interesante conversar con ellos. Espero volver a verlos, porque ellos pasan meses en España desde que se jubilaron, y nosotros tenemos pendiente un viaje a Canadá. Espero que podamos hacerlo alguna vez!

Buscamos un sitio para dormir. Hay uno próximo a la estación. Voy a verlo y Juanjo me pide que por favor, que no sea un puticlub, que ya nos pasó en Portugal, que dormimos en uno. No me parece que lo sea. Me enseñan una habitación y el precio es razonable, así que nos quedamos. Está lloviendo bastante. Empezó a llover a media tarde, pero cae a gusto.

Juanjo va a devolver el coche y viene con la cara desencajada. El tipo al que se lo alquilamos quería cobrarle un pastón porque dice que, entre las muchas abolladuras que tiene, hay una marca pequeña nueva. Juanjo ha reclamado hablar con su jefe, pero le ha dicho que está en Santiago. Como no tenemos prisa, Juanjo le ha dicho que nos quedamos los días que sea pero que ni hablar de cobrarle nada. Finalmente ha roto el Voucher desde el que puede cobrarle, a través de la tarjeta de crédito la fianza que dejaron. Pero Juanjo no se fía. Mañana habrá que hacer algo antes de irnos, para asegurarnos.







domingo, 23 de noviembre de 2014

DIA 35. ADIÓS, PATAGONIA, ADIÓS

DÍA 35

21/NOVIEMBRE/2014 ADIÓS, PATAGONIA, ADIÓS


Todos nos levantamos a las siete menos cuarto, y creo que teníamos todo listo para salir escopeteados. Hemos decidido ir a Chiloé en coche con Paco y Conchita. Lo de los Lagos no les atrae nada, tienen la tira en Toronto, y a Juanjo tampoco le interesan mucho.


Los turistas estábamos listos a la hora indicada, pero el bus ha tardado, al menos, otra hora. El ecuatorianos ha salido con su moto y los Kiwis con sus bicis. Los demás tenemos que esperar al bus.


Nos llevan a la Terminal de autobuses. Allí nos despedimos. Quizá encontremos aún a algunos que van para Chiloé. Conchita y yo nos quedamos guardando maletas mientras los chicos van a buscar un coche para alquilar. Hacen varios intentos y vienen con un Chevy. Nos ponemos en carretera.

Conduce Juanjo. Vamos al embarcadero, que está a 20 km, para coger el Ferry, que sale "a cada rato". Más bien, "al tiro". En el barco encontramos a Lucio y charlamos un momento con él. Quizá le veamos en Castro. Los Australianos también van a Castro, pero han debido salir antes. Por el camino hemos visto pedaleando a los kiwis, que ya llevan bastantes km.


Al bajar del barco vamos hasta Ancud, una ciudad al norte de Chiloé. Allí tenemos que poner gasolina, que vamos en reserva. De paso, entramos en la oficina de turismo, donde nos dan "harta información" . Hay varias iglesias de madera que visitar,mercados de pescado y palafitos en Castro.

El paisaje es precioso. El gallego nos dijo que Chiloé era la "Galicia de Chile". Hay muchas islas, pero también rías. Una pradera preciosa, con unas vistas ideales de las pequeñas islas, y muchos árboles. Veo montones de rododendros en toda su floración, de distintos tonos de rosa y malva. Pero hay muchísimas flores, montones de calas......


En Ancud fuimos al mercado. En el piso de arriba hay restaurantes para comer marisco. En la parte de abajo,,pescaderías con mucho marisco, moluscos...fruterías y "chacarerias", donde venden cereal, fruta, algas en paquetes o hatos grandes y los moluscos desecados y ahumados que ensartan en rosarios y tienen una pinta infame, pero que les dan a los guisos un sabor fantástico. Pregunta Conchita qué son chacarerias. Le enseño las tiendas. 

- Ah, Ultramarinos

- No. en Ultramar estamos nosotros. Son tiendas de comestibles- le comento


Tomamos unas almejas muy grandes y ruquisimas. Unos mejillones enormes, que llaman Choros. Locos, que se parecen a la carne de la Vieira, muy ricos. Un consomé de marisco exquisito. Y ostras. Preguntamos cuantas ponían por plato

- Llava hartas


Efectivamente, van muchas. Redonditas y pequeñas. Buenas. Con un leve amargor al retro gusto. Cada vez que preguntábamos por algo, el dueño se asomaba a la parte de abajo. Si había en las pescaderías, decía que si.


En la carta del restaurante hay un apartado que se llama BAJATIVOS, que son los licores, como ya habréis supuesto. Como lleven la cantidad de azúcar proporcional a lo que lleva todo lo demás, deben ser pura mermelada.


Cuando nos trajeron la cuenta, Paco hacia aspavientos. Era muy barato. Está encantado. Lo único regular ha sido la cerveza, que no estaba fría. Ahora que, no me explico cómo, de repente Conchita ha empezado a explicarnos que hay otro mercado, que este es de mejor calidad, y un chorro de cosas mientras yo la miraba con la mandíbula descolgada

- Pero tú como te has enterado de todo eso? - le pregunto sin dar crédito. Os juro que no se había movido de la mesa

- Le he preguntado al camarero


- Es que tú no la conoces - se ríe Paco


La verdad es que es impresionante. Conchita no se corta un pelo, habla con toda persona a la que se encuentra, pregunta todo lo que se le pasa por la cabeza y, como habla con voz algo afónica, no nos enteramos del chorro de información que le están atizando y que nos transmite pitando.


Fuimos caminando al centro y entramos en otra oficina de Información a preguntar algo de Castro. Allí descubrimos que los. Chilotas son insulares y también les importa un rábano la metrópoli. Hace poso sacaron la bandera española en una manifestación. Fue el ultimo territorio en abandonar la corona de España. Y fue colonizado por alemanes, holandeses....los piratas les breaban. Dice una chica de turismo que, su hijo pequeño cuando escucha las noticias, pregunta por qué hablan tanto de Santiago


- A nosotros qué nos importa lo que pase en Santiago- dice, convencido


Mientras Paco y Juanjo se informaban, Conchita y yo estuvimos cotilleando fotos y mapas. Vemos los mapas de Rapa Nui, las islas de Juan Fernández -una de ellas es la de Robinson Crusoe- el territorio Antártico chileno..


Vamos a visitar el fuerte, que está por la costanera. Queda un poco de muralla y los cañones. Hay un montón de cáscaras de concha en el exterior, que utilizan para pavimentar la zona de los cañones. Yo vi eso en Senegal: un pueblo en el que caminabas por cáscaras de concha, que iban formando suelo. Aquí lo utilizan como adorno.


Conchita quiere ver la pingüinera. Nosotros no estábamos poniendo mucho interés en ello, como hemos visto tanto pingüino y ellos también llevan tiempo de viaje, pensábamos que habían visto pingüinos también. Pero cambiaron de ruta y recorrieron parte de Bolivia, así que al sur no han ido mucho y no los han visto. Por una carretera costera, con precioso paisaje, llegamos a una playa donde había barcos que sacaban a gente a los islotes vecinos. Juanjo y yo preferimos pasear por la playa. Con los prismáticos vimos que eran pingüinos magallánicos, de los que hemos visto a montones.


Van Paco y Conchita con una familia española. Los padres han venido a ver a su hija, que se vino a trabajar a Chile, donde parece que hay trabajo abundante para titulados superiores y camioneros, según nos informa Conchita, por supuesto. Yo me troncho....han visto los pingüinos pero también una nutria que se estaba peleando con un gaviota por un cangrejo, y pato a motor.


En el año 60 hubo un terremoto muy fuerte que hizo gran destrozo. Vemos dos islas, pero anteriormente era una sola, que se partió con el sismo. 

Vamos hacia Castro, porque hay unos 100 km desde donde estamos. Seguimos viendo un paisaje divino, con rías, islas, etc. Llegamos a Castro, donde vamos a quedarnos en un hostal próximo a la plaza. Es un poco tarde, mientras miramos correos y Paco llama a su hijo, que le ha dejado un mensaje, se hace hora de cenar. Vamos a un restaurante cercano, que se llama Rapa Nui, en el que nos atiende una camarera muy agradable. Cenamos unos pollo y otros pescado, vino, y luego vamos a dar una vuelta por la plaza, en la que hay una fuente con Sirena - La Picoya- que, según salga mirando al mar o al lado contrario, así será el clima. La fuente cambia de color y es horterilla. También hay una Concha de actuaciones, tipo gaudiano.


Otro de los seres mitológicos de las islas es el Trauco. Un duende que deja preñadas a las chicas,Miguel que los delfines rosados del Amazonas, que se convierten en jóvenes apuestos y "abusan" de las doncellas. Mucho morado en ambos sitios, ya te digo...A Juanjo ya le nombró el Trauco una señora en cuanto llegó, dejándole mosca...


Tras la vuelta por la plaza, nos vamos a dormir. Mañana tenemos que madrugar


AL ABANDONAR PATAGONIA


Definitivamente, los Patagones son de Patagonia y punto. El resto del país les interesa poco. Y a ambos países, tanto Argentina como Chike, aparte del petróleo y gas que hay, lo demás parece que les interesa regular. Es recíproco el amor. En ambos sitios les tienen tirria a los israelitas. Ya lo he contado.


Estamos abandonando la provincia Magallanes-Antártica. Es un terrenos hostil que nos hace admirar a aquellos exploradores que no sabían donde se metían y, si lo hubieran sabido, lo habrían hecho igual.


La población es muy escasa y los núcleos urbanos están muy alejados. En 1800 km hemos pasado por dos aldeas. Y no hay más. Sólo tienen salida por barco. Para emergencias, helicóptero o lancha rápida.


El clima es un horror, la tierra improductiva. Sobrecoge en su desolación. Del tipo de terreno que hemos estado pisando dan cuenta los nombres: Bahías Desolada e Inútil, Fiordo Última Esperanza, Cabo Deseado..


En Chile se come mejor que en Argentina, definitivamente. Guisos caseros en ves de tanta carne. Todos opinamos lo mismo.


En Chile hablan castellano. En Argentina hablan Argentino y los acentos aparecen en los sitios más raros. Las conjugaciones verbales van a su puta bola.


Lo del dulce de leche o manjar, es enfermizo en ambos casos. Poco mate en Chile. Pero el café es soluble y muy malo. En cambio, en Argentina hacen expressos buenos. En ambos sitios ponen todo perdido de azúcar. Muy empalagoso. Excepto en las pastelerías alemanas.


En ambos casos, muy amables. Pero al loro con lo del mercado negro en Argentina. Si va alguien, que se lleve Euros y no haga el panoli como nosotros, que hemos perdido el 50% de los gastos por ir de legales. En Chile no hay problema y los cajeros van "Al tiro".




DIA 34. SOLAZO

DÍA 34

20/NOVIEMBRE/2014 . SOLAZO

Hoy está el mar mejor, pero hay bajas. Tracy no aparecerá hasta la hora de la cena. Xan ha sobrevivido. Yo me he repuesto y he dormido bien. Por si acaso, tomo una naranja antes de desayunar. 


Hoy vamos a entrar en el Golfo Corcovado, donde podrían verse ballenas azules, las más grandes de todas, así que salimos todos a cubierta a otear. Poco a poco, el mar va quedándose como un plato, y sale un sol increíble. Nos vamos quitando ropa hasta quedarnos en camiseta. Juanjo va en chanclas desde ayer. Un ecuatoriano se ha quedado en pantalón corto. Ese va en moto recorriendo países, y se fuma unos petas todo el tiempo. 


Entramos poco a poco, según nos vamos achicharrando, a los camarotes a cambiarnos de zapatos, de ropa...pedimos una piscina...No vemos mucho bicho, aparte de unas crías de lobo marino que estaban  tumbadas al sol, con las aletas hacia arriba. Hemos visto una corriente muy rara. Parecía que había animales, pero eran pequeñas olas. No vemos ballenas pero, si pasan, las veremos, porque el mar está en calma chicha. Nos dicen que el golfo se pone a veces peor que el mar abierto y que, en esos casos, tienen que buscar canales para evitarlo.


Recordamos lo de Magallanes con la calma chicha y hablamos de eso un poco con Paco. En el,puente nos dicen que pasemos, si queremos y allí vamos, que se ve mejor. Ni rastro de ballenas. Ni se ven pájaros tampoco, Vamos a popa, donde a veces se ven muchos pero nada de nada. 


Nos estamos tostando, pero dentro del barco hace más calor. En el camarote es insoportable. Así que nos quedamos en cubierta. Si te arrimas al borde, corre algo de aire. Continuamos con una conversación interesante. Tengo mucho calor y de vez en cuando me acerco a la borda para refrescarme, pero no quiero perderme la charla.  


El ecuatoriano ha desplegado una hamaca que cabe en una bolsita. Nos dice que es la primera vez que la usa. Todos le miran envidiosos...

Bajamos a comer sin haber visto más bichos. Tenemos a la vista las islas de Chiloé, donde estamos pensando ir, aunque no tenemos los planes muy claros. Esta tarde nos van a dar una charla sobre Puerto Montt y alrededores, incluyendo Chiloé. Vamos a ver qué nos cuenta Perci, a ver si nos ayuda a aclararnos.

Conchita va a echarse la siesta. Yo tengo varias opciones: 1: quedarme en el comedor, donde hace calor; 2: Ir al camarote, donde el calor es insoportable; 3: ir a cubierta, donde te achicharras pero corre el aire. Intento las tres y me quedo con la última. Al menos, si me achicharro, será buscando ballenas. En la parte de estribor posiblemente casque menos el sol, pero la costa está más cerca, y pensamos tener mejores posibilidades por babor..

He intentado escribir en cubierta, pero hace demasiado sol para escribir en la pantalla. Seguimos por allá más o menos la misma gente: Paco el catalo-canadiense, el ecuatoriano, Lucio el mejicano....se asoman otros guiris, todos buscando ballenas. Nada, ni rastro.


A eso de las cuatro llaman para la charla de las islas. Primero nos dan una cortita sobre la ruta y, un rato más tarde, llega Perci a contarnos lo suyo. Mientras llegaba, seguimos la charleta con Paco en el salón de proyecciones. Hace calor, pero al menos, cambiamos de ambiente y nos quitamos un poco del sol.


Perci nos habla de Puerto Varas, los Lagos Petrohué y otros; volcanes, como el Osorno, Tronador y Picudo; la ruta a Bariloche...esta última la hice yo en bus y es preciosa. También hay una versión combinada con catamaranes, pero a Juanjo no le interesa, ni tampoco mucho la zona de los Lagos. Estamos bastante dudosos. Paco y Conchita tienen que estar en Santiago el 23, para visitar a una amiga y les quedan dos días para hacer algo en medio, pero tampoco lo tienen claro.


Paco nos propone alquilar un coche entre los cuatro y nos parece bien. La cuestión es para ir...hacia dónde?. Tras la charla subimos a cubierta. Llega Conchita diciendo que ha hablado con uno de los náufragos, un camionero que hace la ruta con frecuencia, cargando su camión en el barco. Nos dice que Puerto Varas no va a interesarnos, que es pura zona comercial. Nos aconseja que vayamos a Chiloé, que es totalmente diferente. De paso, nos cuenta lo del naufragio, que está pendiente de juicio. Parece que la tripulación se atrincheró en el puente y que fue Perci quien se encargó de la evacuación. Pero que nada estaba en funcionamiento, que no tenían mantenimiento chalecos ni nada, y que el barco quedó totalmente inclinado. Lo habían arrimado a la orilla y les rescataron pescadores. Dice que pasaron muchísimo frío durante la hora y media que estuvieron en la isla esperando a que fuera alguien. Eran 17 pasajeros. El capitán se quedó en el barco hasta que se hundió, Parece que hay todo tipo de teorías: que si fue culpa del capitán, que si estaba borracho, que si estaba la marea alta y tenía que haber esperado a marea baja para ver las piedras, que si fue a propósito porque al barco le quedaba un año y lo iban a cambiar y así cobraban el seguro....etc, etc. Pero la aseguradora tiene que indemnizarles a todos los que iban.


La verdad es que llevan una rachita que no veas....ayer nos contó Felipe la verdad de algo que habíamos escuchado sobre un incendio. Lo del naufragio fue hace 3 meses, pero hace 2, unos camioneros se pusieron a hacer un asado en el camarote y le pegaron fuego. Para intentar apagarlo,echaron colchones encima, que también se incendiaron. En lugar de avisar, se escondieron. Los tripulantes detectaron el humo por el olor. Felipe dice que lo,peor queje de pasar en un barco es un incendio, porque hay mucho pasillo, mucho tiro de aire, y es una encerrona, porque no hay donde ir y tienen que atacarlo con todo lo que tienen. Los camioneros debían ir borrachos, y por eso no dejan ya que haya alcohol en el barco. Antes vendían cerveza, y la gente llevaba vino y cosas, pero ya se ha prohibido. Para más INRI, resulta que en una de las bodegas del barco hay una zona donde se pueden hacer asados, porque está ventilada, siempre que se pida permiso.


Nos cruzamos con El Evangelista, el otro barco de la compañía, que antes hacia esta ruta y ahora va de Puerto Montt a otro sitio. Nos cuenta el naufrago que hace poco se le rompió uno de los motores y tuvieron un retraso de 36 horas.


En el viaje anterior al nuestro hubo un mar de fuerza 10 y se mareó todo el mundo. Así que la ruta que estamos haciendo, con este mar tan calmado, les parece un lujo, después de todas las averías anteriores.


Fui a darme una ducha antes de cenar porque mañana no quiero entretenerme. Tenemos que desayunar a las 7:30 y subir al bus a las 8, y va a haber jaleo para entrar en los baños.


Recuperamos algunas de las bajas a la hora de la cena. Ha aparecido Tracy, aunque tiene mala cara. Como hemos tenido un mar tan bueno, hemos llegado a Puerto antes de lo esperado. No atracamos en Puerto Montt, sino en un lugar más lejos, para descargar. Los camioneros se van durante la noche, cuando descargan sus camiones. Vemos los volcanes al acercarnos a Puerto Montt. Preciosos, nevados hasta media ladera.


Estuvimos un rato en cubierta pero al ponerse el sol, me fui al camarote. Dentro hace mucho calor,,pero fuera hace frío. Dejo la maleta cerrada y en la mochila lo necesario para lavarme y cambiarme mañana. No sé si voy a poder dormir con tanto calor, pero me quedo seca enseguida.

sábado, 22 de noviembre de 2014

DÍA 33. MAREANDO Y YUGURTA

DÍA 33 
19/NOVIEMBRE/2014 MAREANDO Y YUGURTA 

A eso de las 4 ya se escuchaba a la gente que se baja en Edén dando vueltas por el barco. Yo me desperté antes, por un cambio de ritmo en la navegación, como si pasáramos sobre olas. 
Nos levantamos y fuimos a cubierta. Parece como si el barco estuviera parado pero, en realidad, está navegando muy despacio. Vemos Puerto Edén, que es pequeño. Tiene montañas con nieve por detrás y al rededor, y se encuentra en una bahía protegida por islas pequeñas. 

El sitio es bonito,,pero no nos explicamos mucho por qué le han puesto ese nombre, porque la zona donde estamos es inhabitable.

El paisaje que recorremos es en parte tundra y, en parte, tiene árboles que no se explica uno cómo pueden crecer porque solo hay 20 cm. y como máximo 1 m de tierra sobre las rocas de granito. 
Después de ver Puerto Edén, bajamos a por un té y un café y tomamos unas galletas. Juanjo se ha vuelto a meter en la cama, pero yo he salido y he visto que ni siquiera hemos parado. Alrededor del barco pasaban botes y lanchas. Creo que recogían a la gente y sus paquetes. 
Cuando volvemos a mirar, ya habíamos pasado Edén y navegábamos al ritmo habitual, unos 15 nudos (27 km/h). A eso de las seis y algo, avisan por la megafonía que estamos a punto de entrar en la Angosturs Inglesa. He llamado a Juanjo pero no quiere levantarse. Intento ir a proa, pero hay dos puertas, y la escotilla de fuera está cerrada, así que voy a la cubierta de arriba, donde un chico rubio y yo miramos hacia el frente. Salió uno de los pilotos del puente y nos dijo que bajáramos a proa, que se veía mejor. Le digo que la puerta está cerrada y me dice que la abramos sin problemas. Así que bajamos deprisa, y el chico abrió la escotilla , quitando las seis trabillas de acero que la cerraban. En la proa estaba Perci, que había entrado por la puerta de estribor y la había dejado abierta.Intentamos ver Pato a Motor, que se encuentran por esta zona, pero no se asoma ninguno. Vemos Albatros y crías de lobos marinos. Pasamos por la angostura, que es menos estrecha que el de ayer. Le comento a Perci que, aparte de todo, el sitio es precioso. Ya no recuerdo bien el plan de hoy, y me recuerda que vamos a pasar en una hora por los restos de un barco naufragado, donde están anidando gaviotines, y que saldremos al océano por la tarde. Me ha contado que el barco anterior, en el que deberíamos haber ido, no es que esté roto, lo que pasa es que se hundió.
-  Yo soy uno de los naufragados- me dice serio
- Pensaba que solo estaba estropeado. Y qué paso? - le pregunto
- Chocamos contra una piedra.
- Salieron todos? Si, no le pasó nada a nadie 


No quise preguntarle más, pero me intriga cómo puede un barco chocar con una piedra en una ruta que hacen dos veces por semana, una de ida y otra de vuelta. 
Me dice que esta zona está llena de lobos marinos, así que es un buen sitio para ver orcas. Por la tarde intentaremos ver ballenas. 
Justo antes de desayunar Pasamos por los restos del barco naufragado que,efectivamente, está petado de gaviotines. Vuelan a cientos sobre el barco. 

Desayunamos con los australianos. Justo cuando Tracy me estaba explicando una cosa que me interesaba, ha venido Christian a preguntarnos si queríamos subir al puente de mando. Y hemos salido disparados hacia arriba por una camino laberíntico. 
En el puente vemos todos los instrumentos, el compás magnético, el péndulo para la inclinación,,los radares de superficie, el eco de profundidad, la carta de navegación (éstas las archivan), el navegador GPS, y muchos botoncitos que dan muchas ganas de apretar. Desde el puente hay una vista estupenda y se está caliente. Tienen puesto el,piloto automático, por eso nos dejan estar allí. De todas formas, Felipe, el piloto que está de guardia, corrige de vez en cuando el rumbo. Nos dice que se fía más de un aparato digital que tiene a la vista, Estamos navegando por el canal Messier, y dentro de poco saldremos al océano. Va a estar algo movido, y nos enseñan la foto de las olas que vamos a pasar. De fuerza seis, creo, dicen que no es mucho. Parece que la semana pasada pasaron con una fuerza 10 y todo el mundo estaba malo. 
Hay una pareja de españoles jubilados.

Paco es catalán y Conchita es de Miranda de Ebro -que no es de Burgos, dice, que está más cerca de Álava- aunque la tomamos el pelo con eso todo el rato, su marido incluido. 
 Viven en Canadá, en Toronto.
Hablamos de distintas cosas, de Historia. Felipe es un tipo culto y nos explica bastantes cosas sobre los periodos de la historia de Chile, de las tribus que la habitaban...nos dice que hay unas tribus en el norte que hacen barcas hinchables con pellejos de animales. Nos habla de los canoeros, que pasaban casi toda su vida en las canoas, donde cocinaban, etc. y prácticamente no iban a tierra. 
Muy interesante la explicación sobre los Mapuches y su forma de guerrear. El imperio Inca llegó hasta la zona Mapuche. Éstos sacudieron a los Incas, que se dieron la vuelta y no lo intentaron más. Tampoco tendrían mucho interés, supongo. No creemos que hubiera nada que les interesara demasiado en esta zona tan poco habitable. 
Me ha parecido interesante la comparación que ha hecho de la forma de conquista de los Incas con la de los Persas. En ambos casos, adoptaban la cultura del país conquistado, ponían a un jefe dirigiendo la zona, y no se ensañaban más. Eran tolerantes y mantenían la cultura y costumbres de los lugares conquistados. Por eso no les ponían muchos problemas en su avance. También nos habla de los problemas que tenían los españoles para combatir por aquí, ya que la humedad les inutilizaba pistolas y espadas. 
Le pregunto qué significa el nombre de Chile y me dice que no se sabe con certeza, porque hay varias posibilidades derivadas de palabras mapuches como Che: gente, y otras. 
Nos dice Christian que tenemos que irnos porque van a cambiar la guardia. Salimos del puente y bajamos a comer. Hemos almorzado con unos neozelandeses que viven en Te Anau. Nos han dejado su correo. Ellos van en bicicleta a Perú. (Te cagas!!). Les hemos recomendado que hagan el camino de Santiago en bici. 
Al bajar al comedor el barco se movía un poco, pero, cuando voy a dejar la bandeja, iba dando bandazos con la bandeja en plan ola. No he querido té ni café, que ya me sé yo lo que pasa con los líquidos, y no he comido mucho. 
Subimos a cubierta a tomar el aire, pero el mar se está poniendo duro. Hemos pasado el Cabo de Penas (hay que ver qué mal lo tuvieron que pasar aquellos navegantes para ponerles el nombre que les cascaron a los accidentes geográficos...pero al,pasar por ellos lo comprendemos perfectamente). 
Intento acomodarme pero, en un momento dado, le digo a Juanjo que me voy a tomar una biodrsmina, porque no me fío. Le he ofrecido biodrsminas a Xan, un gallego de Santiago, que me ha dicho que lleva mal lo de los barcos, pero no ha querido. 
Tomo la biodrsminas y me acuesto un rato. Las biodrsminas suelen dejarme grogui, aunque lleven cafeína, así que me he echado una siesta bien buena, y me he levantado algo mejor. Al salir a cubierta, Xan me ha pedido una, pero se habían caído por el camarote, junto con varias cosas más, por el vaivén, y he tenido que buscarlas debajo de las camas. Eso me ha puesto mal cuerpo otra vez. 
Poco a poco el mar se va tranquilizando, pero hay bastantes "bajas" a la hora de la cena. Antes de cenar, hemos estado viendo Albatros de ceja, petreles...y Perci, Paco y Conchita han visto una ballena jorobada. Nosotros estábamos mirando hacia el mar, pero no la hemos visto. Son como las estrella fugaces, o las ves en el momento, o no hay manera. 
Nos ponen para cenar cosas contra el mareo: nada de sopa, pasta con dos tipos de salsa y naranjas. Nos explica la camarera que, para combatir el mareo hay que beber muy poco, porque los líquidos son malos para eso, comer cosas secas, y tomar ácidos. Por eso han hecho ese tipo de cena. Especial para mareos. Nos dice que a veces no se tolera el olor de las salsas y en ese caso es mejor tomar la pasta sin nada. Conchita, que se apaña para enterarse de todo, nos cuenta que las sacudidas del barco, un poco exageradas para las olas que hay, se deben a que la corriente de Humboldt manda las olas contra la costa y rebotan. Por eso el barco se mueve tanto. 
A esa hora ya me encuentro casi bien, pero no puedo pensar en leer o escribir, así que volvemos a salir a cubierta. En el puente estaban todos mirando a un carguero que pasaba. He visto un resoplido y lo he señalado con un grito. La ballena ha resoplado los veces más, nos ha dado tiempo a fijar dónde estaba, y hemos visto la cola. Juanjo ha hecho unas fotos en ráfaga y ha podido retratar la cola estupendamente, mientras yo aplaudía. Felipe me hacia señales con el pulgar en alto desde el,puente. Lo que hemos visto es una ballena jorobada, o Yugurta, que están migrando. 
Hemos tenido suerte. Pero también ha podido Juanjo retratar Petreles, Petreles Damero, que tiene unas alas bonitas, con dibujos en blanco y negro, Albatros de ceja e incluso a un Albarros Errante, de 4 m de envergadura, difíciles de ver porque no se acercan a los barcos. La envergadura de los Albatros de Ceja es de 1,5 a 2 m. El ala del errante, de 4 m en total, se ve bien larga incluso desde lejos. Los Albatros pasan el 80% de su vida en el aire, incluso copulan en vuelo, y duermen volando. Tienen el cerebro dividido, como los delfines, para volar mientras duermen. Si se posan, les cuesta elevarse. Se sumergen muy poco, nada que ver con los cormoranes, que bucean mucho. 
Muy contentos con haber visto la Yugurta y el Errante, nos fuimos a dormir. He tomado otra biodramina, porque no me fío y no quiero despertarme mareada.

DIA 32 . NAVEGANDO FIORDOS

DÍA 32

18/NOVIEMBRE/2014 NAVEGANDO FIORDOS

Me he despertado a las 7 o así, notando que cambiaba el sonido del motor y que nos movíamos . Me lavo el careto y poco más porque nos tienen que traer las toallas y en la ducha de chicas no hay luz. Tienen que repararlo. Nos hemos asomado a la cubierta y vemos que estamos aún muy próximos a Puerto Natales. Calculamos que el barco ha estado maniobrando para salir del Canal Señoret y entrar en el Fiordo Última Esperanza.

Nos dijeron que unas dos horas más tarde del zarpe íbamos a pasar por un canal muy estrecho, de 82 m. El barco tiene 80 m de ancho, o como se llame en náutica, así que el paso va a ser muy justo.

Desayunamos y subimos a cubierta. Hace un frío que pela. Vemos muchas montañas nevadas, e islas pequeñas. Yo aguanto un rato en la cubierta, pero bajo al comedor, que tiene buenos ventanales, a escribir un rato.

Vuelvo a salir a la cubierta cuando avisan por la megafonía que vamos a pasar por ese canal. Estamos en realidad en un laberinto de islas, y hay que pasar entre ellas como en una gymkana.

- Escila  y Caribdis- le digo a Juanjo


El paso entre los islotes es muy bonito, un puzzle de islas, islotes, con las montañas con nieve como marco.

Cambiamos de estribor a babor buscando la zona donde pegue menos el viento, que viene congelado, y con gotas de aguanieve. Hemos ido a popa y vemos que llevamos una cantidad muy grande de ganado vacuno, apelotonado en cajones. Huele.

Hay una zona protegida en popa pero, aún así, no se puede estar mucho rato. Avisan por megafonía que van a darnos una charla sobre la ruta. Inicialmente estamos saliendo hacia el sur, para luego pasar por un canal durante todo el día en dirección norte, hasta llegar a Puerto Edén a eso de las cinco de la mañana. Nos recomiendan madrugar mañana porque pasaremos por otro estrecho bonito.

Parece que pueden verse orcas, albatros, cormoranes, preteles, delfines, e incluso ballena azul pasado mañana. Si hay algo que ver, nos irán avisando, porque no puedes estar fuera todo el rato. Hemos salido a una zona de proa donde nos han dicho que se puede pasar, aunque hay un letrero de Paso Restringido, pero ahí es imposible quedarse, porque sopla el viento muy fuerte. Sólo salir a ver algo y meterte corriendo.

Hay salas de proyección. Una con documentales y otra con pelis de acción (de Ketchup, dice Percival). Esta tarde nos darán una charla sobre fauna. De momento, hemos visto un Albatros. (Había puesto Cormorán. Juanjo me riñe: " Cómo puedes equivocarte!! El Albatros es un ave mítica!!)

Por la tarde nos dieron una charla sobre fauna Patagónica: Christian en español, pero dijo que nos quedáramos a la charla en inglés. Ésta la dio Don Perci, que maneja bien el inglés y es mucho más divertido. Nos enseñó fotos de distintas aves y nos habló un poco de las curiosidades de cada una, pero es bastante divertido, el hombre.

Hemos vuelto a salir a cubierta. Vemos Albatros, petreles y algún lobo marino. Le he preguntado a Perci y me dice que mañana es conveniente madrugar, porque llegamos a Puerto Edén, donde baja gente que vive allí, y es bonito. Además tenemos que pasar por la Angostura Inglesa y ver un banco naufragado donde anidan gaviotines.
Perci nos ha llevado a la proa, por donde se entra por una puerta que pone Paso Restringido, pero dice que podemos pasar lo que ocurre es que el viento allí es difícilmente soportable, y nos vamos enseguida.

He pasado la mayor parte de la tarde en el comedor, escribiendo frente a los ventanales. Sólo salía si merecía la pena, por el frío. Estamos navegando desde la tarde por el canal Sarmiento.

A la hora de la cena nos sentamos con una pareja de australianos, que viven en Tasmania, aunque han vivido en más sitios. Han viajado mucho y ahora están jubilados y tienen a sus 3 hijos repartidos por el mundo, en Escocia, Canadá....así que les toca visitarlos de vez en cuando. Suerte!!.

Nos han contado muchas cosas de Tasmania, que nos vienen muy bien. Se han ido a dormir pronto porque quieren madrugar mañana para ver Puerto Edén y el estrecho.

Yo también me voy a la cama pronto por lo mismo. He puesto el despertador a las 5:00.

DÍA 31. AL BARCO

DÍA 31

17/NOVIEMBRE/2014 . AL BARCO



Hemos dormido como leños. Teníamos la ropa para lavar preparada en varias bolsas y la ha llevado Juanjo, que anda más deprisa, a la lavandería.

Le he preguntado a Rosa, la empleada de Juan a qué hora abren las tiendas y, como siempre, se queda pensando como si le hubieras preguntado por los neutrinos. Al rato me dice que a las nueve. O a las nueve y media. En fin!

Vamos a la zapatería después de desayunar y me dice la señora que me va a pegar y coser la bota a mano para que no se me vuelva a despegar.

Pasamos por delante del parque de bomberos. Esto se me había olvidado contarlo, pero es la ANÉCDOTA  de Puerto Natales. Uno de los primeros días, paseando por la ciudad Juanjo me dice que no podia creer lo que estaba viendo. Miraba a la acera de enfrente

- No me jodas que se ha quemado el Parque de Bomberos- decía muerto de risa

Efectivamente, la parte superior y toda la trasera del Parque de Bomberos estaba calcinada. La fachada estaba conservada, pero dañada. Lo que pasa es que vimos que tenían una bandera a media asta e intentamos no reírnos, porque ha debido acabar mal la cosa. Luego nos contó Juan que murió alguien. En Chile los bomberos son voluntarios. Él no estaba de acuerdo con que fuera así. Efectivamente, debería ser un cuerpo profesional. Le contamos que en España, para entrar a ser bombero hay que pasar pruebas muy duras.

Pero que se les haya quemado su propia casa, la verdad es que es de coña.

Fuimos a la costanera a ver si en Navimag nos daban alguna información sobre si hoy cenamos en el barco, si nos dan toallas...pero nos dijeron que todo eso nos lo dirían en la Terminal (Rodoviario, se llama). Hicimos unas fotos a los cisnes de cuello negro. Los cisnes pequeños que, como ya he contado, son totalmente blancos, se suben de vez en cuando encima del lomo de los padres, que nadan con los niños a cuestas.

Fuimos a comer justo cuando empezaba a caer una lluvia gruesa. Ya habíamos recogido la ropa de la lavandería y preparado las maletas. Yo pensaba que íbamos a hacer el checking y luego volver al hostal hasta las 9, la hora de embarque. Pero al salir del restaurante en un taxi, le comento a Juanjo que vamos a coger sólo lo que vamos a facturar y me dice que no, que nos llevamos ya todo, que para qué vamos a volver. Me ha fastidiado, porque tenía que mandar un correo que no me dio tiempo esta mañana y pasar la tarde entera en la Terminal no me hace ni pizca de gracia. Él pretende irse en un taxi a por mis zapatos y a comprar algo para llevarnos, vino si nos dejan, y que me quede yo en la Terminal.

Fuimos a la oficina de Navimag. Nos dicen que nos dejan todo el equipaje dentro del camarote, así que dejamos todas las mochilas y nos quedamos únicamente con la bolsa de la cámara, donde metemos la documentación y las Tabletas.

En la Terminal no hay prácticamente sitio donde quedarse. Me pongo a leer en el kínder, pero estoy incómoda y tengo frío. Le digo a Juanjo que vayamos mejor al pueblo, tomemos algo allí, recojamos los zapatos y demos una vuelta. Eso hacemos.

En la zapatería nos cambian la bolsa de plástico que llevaba por una muy mona de material biodegradable, con cierre, de color pistacho con florecitas. Es una campaña de algunos comercios para proteger el medio ambiente. Entregas tu bolsa de plástico y te dan una de las otras. La pena es que les he dado la mejor bolsa de plástico que tenía. Tengo otras más corrientes y me las habrían cambiado lo mismo.

Hemos ido a la costanera a tomar un chocolate en el Kao, donde, aunque el Internet les iba mal, pude al menos mandar el correo que necesitaba. No volveremos a tener conexión, al menos, hasta el día 21. Hemos comprado unos calzone para cenar porque no tenemos hambre a estas horas. Y unos trozos de pastel de fruta (Calafate y arándano) en una dulcería. En el supermercado compramos galletas y agua con gas. No nos dejan llevar bebidas alcohólicas, así que nada de vino.

En un centro de artesanía hemos comprado chocolate artesano de varios tipos. Una tira para cada noche de barco, de distintos gustos. La dependienta dice que es chocolate negro. Veremos cómo está de dulce. Tiene una versión 100% sin azúcar, pero mi capacidad de amargor llega, con dificultad, hasta el 90%. El 85% está bien, pero 100% es demasiado, para mí.

Hacia las 8 vamos a la Terminal. Tenemos que esperar hasta las 9, y lo pasamos leyendo y escribiendo. A las 9 nos montan en un autobús que nos lleva hasta el puerto, donde, tras una explicación de un guía, embarcamos.

Pasamos por la zona de carga que es enorme. En realidad, este es un barco de carga que admite pasajeros. Yo he comprado un camarote compartido, porque el pasaje es caro y otra cosa se salía de presupuesto. Nuestro camarote tiene tres camas. Están nuestras maletas y ninguna más, así que vamos a estar solos. Dentro del camarote hay un lavabo y un armario. Hay luces sobre las camas y enchufes.

Vamos al comedor tras un anuncio por megafonía, para que nos den una charla obligatoria sobre seguridad, horarios, etc. La mayor parte de los pasajeros son franceses. En el barco están todos los letreros en francés, porque este barco, que ahora se llama Ferry Edén,  hacia el trayecto Marsella-Córcega. El otro barco que tiene Navimag, que es el que anuncia en su página, está en reparación. Lo vimos en un astillero en Punta Arenas.

Después de la charla hemos cenado en el camarote lo que habíamos comprado. Y nos hemos metido en la cama, ya no hay nada más que hacer. Nos han dicho que saldremos mañana entre 7 y 7:30, según la marea que hay que esperar que aparezca.




En la oficina había preguntado cuándo llegaríamos a Puerto Montt, pero no me dicen nada seguro, porque todo depende de la meteorología. De hecho, hasta el embarque nuestro, los tres anteriores que han salido, porque la ruta no empieza hasta Noviembre, llevaban un retraso de doce horas. Éste va a ser el primero que salga, más o menos, cuando estaba previsto.

DÍA 30 . AL PIE DE LAS TORRES

DÍA 30

16/NOVIEMBRE/2014. AL PIE DE LAS TORRES


Casi así se llama un bar de Granada que tenía un dueño muy loco: Al pie de la Torre. Ya no está el loco. Cambió a dueños más modernos y lo fastidiaron. El otro cocinaba muy bien, y las tapas eran estupendas.

Desde la habitación, desde la Recepción y desde todas partes, se ve perfectamente el macizo de las Torres. Hoy está más nublado. Me he despertado a las 8:15. Había escuchado un sonido de la puerta al cerrarse y un rato después miré el reloj y eran las 5:45, así que Juanjo se ha debido ir como a las 5:30 o así. Supongo que se ha despertado con la luz y ha salido disparado.

De todas formas, seria una heroicidad que llegara antes de las 2. Juanjo camina rápido, pero eso ya sería  demasiado.

Voy a ducharme, aprovechando que hay agua caliente. Veo que las americanas se han ido, lógicamente, pero que en una cama hay cosas. Aparece una japonesa con la que charlo un rato mientras me visto y guardo las cosas. Me cuenta que ha perdido sus tarjetas de crédito y que tiene que irse para resolverlo, aunque pensaba haberse quedado hoy también. Parece que conserva una de cajero, y va a intentar sacar dinero, pero tiene que llegar a Ushuaia porque se marcha en el crucero que va a la Antártica aunque, afortunadamente, eso lo tiene pagado, porque es muy caro. Le pregunto qué vale y me dice más de cuatro mil dólares por diez días de crucero. Le digo que de todas formas tiene que ser una experiencia alucinante. Nos veremos luego, porque se marcha en el transfer de las 2 a Puerto Natales. Ella ya ha desayunado, así que me voy yo a hacerlo, porque el desayuno es hasta las 9:30.

Ayer no hice foto a Las Torres desde aquí que están tan cerca, y les he sacado una desde el comedor, antes de que se tapen del todo. Espero que Juanjo pueda llegar antes de que la nube se meta totalmente porque si no, no va a ver nada.

Me llevo un té al edificio Norte, donde nos alojamos, que es el más antiguo y más próximo al macizo, y escribo los diarios de ayer y hoy. A eso de las doce, las Torres están totalmente tapadas. Espero que Juanjo haya estado ya allí. Lleva más de 6 horas andando. Debería estar incluso bajando.

Una chica de recepción viene a encender la chimenea diciendo que hace frío. Sí que lo hace. Esta noche, mucha cama armada y mucha gaita pero, aunque me puse un pijama abrigado, tenía frío con el edredón. En el hostal y en otros sitios que hemos estado ponen edredón y dos mantas, una doblada. Aquí, sábanas y edredón. Acabé durmiéndome, pero a punto estuve de ponerme el chaleco polar. Estaba más caliente ayer con el saco.

Ya tengo que ir calculando el tiempo porque a las dos en punto pasa el transfer, y debo comer algo antes, porque no es plan de sacar comida en el autobús, aunque no sé si voy a tener ganas.

Ahora mismo está sonando el viento muy fuerte. Menos mal que, al final, Juanjo ha decidido llevarse su forro polar, porque pensaba irse en camiseta y con el cortavientos. Aunque sude, podria pasar frío al amanecer y, en la montaña, nunca se sabe...espero que vuelva pronto.

Se está poniendo el día muy feo. La chica que ha encendida la chimenea me dice que el día de ayer fue algo excepcional, que no pasa nunca. Juanjo se quemó la cabeza. La manía que tiene este chico de no darse crema protectora es de preocupar. Hoy se la he dejado a mano. Supongo que se la habrá llevado, porque no la encuentro. 

Madre mía, vaya vendaval!. Me estoy preocupando un poco....
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A las 13:00 no puedo creer lo que estoy viendo: veo a Superman Juanjo entrando al refugio. Me dice que salió a las 6:00 y que a las 9 estaba en el mirador. Que el camino era bastante duro. Pero se ha quedado un rato, una media hora, arriba. Parece que la vista es bastante impresionante. Próximo a las Torres y, bajo ellas, un lago glaciar. Todo rodeado de murallones de roca. Lo que pasa es que la mejor vista debe ser al amanecer, viendo cómo las primeras luces del sol dan tonalidades a las rocas de 12 millones de años. De ahí lo interesante de quedarse a dormir en El Chileno, porque está próximo a la cumbre y, desde el refugio hasta el camino que lleva al mirador, hay una bajada suave. Lo complicado es llegar al mirador, porque no hay camino, sino un paso sobre rocas.

Comenta Juanjo que cuando él estaba llegando, había gente que bajaba. Sospecha que hay quien se queda a dormir en el mirador. Dice que no hay guardas ni nada. Que mucho rollo, pero que nadie pregunta dónde vas.

Se está nublando muchísimo. Tememos que los segovianos, después de darse la paliza, no vean nada.

Juanjo se ha comido los bocadillos. Dice que bajaba rápido pensando en tomarse una cerveza, y que le costaba mucho trabajo la idea de quedarse esperando hasta las 7:30. Eso le ha motivado -la cerveza- para bajar antes.

Fuimos a la parada del bus y tuvimos que esperar un rato. Sopla el viento. Unos chicos están sentados en la hierba. Juanjo me dice que está pensando en hacer lo mismo

Ya, pero piensa que luego tienes que levantarte - le digo
Eso es verdad

Le indico una roca elevada que vale para asiento, pero enseguida aparece una buseta, no el autobús desvencijado del otro día. Monta la japonesa, alguna gente más, nosotros, y el grupo de chicos que estaban en la hierba,maque van desplegando los asientos centrales según se montan, para asombro por el aprovechamiento de espacio, de una pareja de españoles que van a nuestro lado y que nos dicen que no han podido subir al mirador, que hacia mucho viento, les ha dado miedo y se han dado la vuelta.

Los chicos tienen una juerga que no veas. Como estábamos todos atrapados, empieza uno a decir:

- Vamos a obsequiarles con una canción...que ha compuesto Germán
 
Se quedaban dos de pie. El conductor se asomaba con cara de guasa. Decían los chicos:

O entran esos dos, o nos bajamos todos

- Jesús, convierte una mochila en silla

Uno se vuelve y nos aclara lo que ya imaginábamos, y que nos tenía muertos de risa

- Es que ese se llama Jesús, y por eso andamos todo el tiempo molestándole. Pero ha estado muy bien, porque hemos hecho el circuito y no nos ha faltado agua, ni comida, ni vino....como venia Jesús...

Eso del vino si que no te lo creo - le decía Juanjo. Porque es imposible hacer trekking cargando con vino

Por si alguien no lo pilla, es que en Sudamérica a nadie le ponen Jesús de nombre. Les parece rarísimo. Como si te pusieran  Dios de nombre. De ahí la juerga.

Llegamos a Laguna Amarga y subimos al bus María José, para volver a Puerto Natales, donde llegamos unas dos horas más tarde. Me fijo que la suave pradera de Torres vuelve. Convertirse en estepa, con matojos amarillentos, guanacos, ovejas y, más adelante, vacas. Volvemos a pasar por el Lago Sarmiento, siempre por la RUTA DEL FIN DEL MUNDO. Que muy asumido lo tienen.

Al llegar a Puerto Natales vemos la escultura del Milodón. Es un animal prehistórico, cuyo único ejemplar conocido se encontró en una cueva de una isla próxima a Puerto Natales. Hay una excursión, que no hemos hecho, para visitar la cueva. El Milodón es el símbolo de Puerto Natales. Al verlo, caigo en la cuenta de un símbolo que he visto en los indicadores de las calles, que es la silueta del animal simplificada. Su aspecto es exactamente el de un oso, pero con cola como la de los dinosaurios. Y una altura de unos 3 metros, si la escultura que vemos es a tamaño real.

En cuanto bajamos del autobús se cumplió la predicción de Juanjo de que la bota derecha me llegaría hasta Puerto Natales. Efectivamente, al bajar dl autobús se me desprendió la suela como la otra. O sea, que mañana hay que ir a un zapatero. Se lo enseño a Juan al llegar y me insiste en que antes le haga una foto. Eso hice y la envié por whats app.

Hemos ido a comprar algo para cenar en el supermercado, incluyendo la cerveza anhelada por Juanjo. Le he dicho que le toca elegir la cena, ya que ha hecho tanto esfuerzo que mire qué le apetece. Está harto de bocatas. Empanado, le llamo yo, que ya llevo varios días "empanada" y me he dedicado a tomar el embutido con galletas de soda Light. Por eso compramos carne, champiñones y patatas, para hacernos un plato decente.

No vemos más gente que una pareja israelita en el hostal, aunque Juan nos ha dicho que está lleno. Están la pareja de franceses, ella japonesa, pero los vemos pasar de milagro.

Como es lógico, nos hemos ido a dormir nada más cenar. Debemos ir mañana pronto a dejar ropa en la lavandería, para facturar las maletas en el barco.

DÍA 29. BORDEANDO LOS CUERNOS

DIA 29

15/NOVIEMBRE/2014 BORDEANDO LOS CUERNOS


Hoy Juanjo ja decidido quedarse en la cama todo lo que pueda. Ayer se acostó con frío después de la ducha y hoy pasa. Dice que con lo que cobran por la cama, va a aprovecharla. Se me ha olvidado  comentar que cada habitante tiene un nombre, y la nuestra se llama PINGO. En ella durmieron la primera noche las americanas rubia y morena que nos vamos encontrando por todas partes. Hoy está una pareja alemana jovencita que han dormido juntos en la misma cama, muy apretaditos, y una pareja, creo que de americanos, a los que apenas he visto.


He revisado la bota y parece que ha pegado bien. Me las pongo, para ir a desayunar y ver si están bien fijas. Después de desayunar he ido a ver a Juanjo y sigue en la cama. La verdad es que tenemos maldita la prisa, porque el Catamarán no sale hasta las 12:30, al menos. La habitación hay que dejarla a las 10 pero, como no hay llaves que entregar, nadie se fija mucho, la verdad, si te quedas un poco más.

Con el ultimo té, he ido a la sala de la chimenea, a sentarme en un sillón con vista al Lago Pehoé y a los Cuernos del Paine, a leer un rato. Acabé el ultimo libro que tenía descargado en el iPad, y hoy no hay conexión a Internet. Pero he recordado que tenía algunos libros metidos en una aplicación del teléfono y me he puesto a leer a Ágatha Christie. Una de Poirot y otra que no es de asesinatos, sino de las relaciones madre- hija. Muy raro. Nunca había leído nada de ella que no fueran asesinatos.

No sé qué ha hecho Juanjo mientras tanto. A eso de las 11:45 ha pasado por la sala a decirme que iba al embarcadero. Hoy el día ha amanecido nublado en los Cuernos, pero se va despejando muy lentamente. Supongo que quiere hacer unas fotos desde allí, ya que hay mejor vista de los Cuernos.

Yo estoy a gusto. El sillón es cómodo y da el sol, así que estoy caliente, y leyendo, se me va pasando el tiempo tan ricamente. Hay unos americanos y franceses sentados en la sala, pero todos están leyendo. No hacen ruido.


Me acabo de acordar que anteayer, mientras caminábamos y veíamos los hitos que se marcaban por el camino, recordaba el hecho que siempre me ha parecido gracioso, seguramente hecho adrede, de que el Instituto Geográfico Nacional se encuentra en la Calle del General Ibáñez de Ibero, que fue quien inventó, o al menos, organizó, la red de Triangulación en España. Los más jóvenes, con lo de los GPS, no sabrán lo que es, ni ya tiene sentido, por ese motivo, pero sirvió para realizar la medición exacta del territorio. Todavía pueden verse algunos de los hitos de la red, que eran de diversas categorías, Los de categoría mayor eran unas torres triangulares que aún se ven en el campo, aunque van quedando pocas y a veces las miras sin darte cuenta de lo que son.


En fin, vaguedades de caminante. Cuando caminas te abstraes y piensas cualquier cosa. Eso comentaba hoy con Juanjo. Al caminar, especialmente cuando lo haces solo, piensas en muchas cosas y en nada en particular. A veces se queda la mente casi en blanco. Juanjo me pregunta qué pienso cuando camino sola. A veces voy hasta Adra andando, que son unos doce km. Generalmente, salgo con ímpetu y empiezo a pensar en las cosas que me fastidian, tengo conversaciones internas con gente a la que quiero decir cuatro cosas, se las digo mentalmente y entonces, parece que me relajo, empiezo a fijarme mejor en el paisaje y a abstraerme hasta que prácticamente no pienso en nada, hasta que me quedan dos km y empiezo a tener ansia por llegar, sentarme un poco, meter los pies en agua de mar, o darme un baño, y beber algo fresco.


A eso de las doce, vi que los Cuernos estaban bastante despejados y me acerqué también al embarcadero, a hacer unas fotos que ayer no pude, porque no estuvieron despejados totalmente en todo el día.


El sol engaña. Hace frío. Pienso que más que ayer. Aunque el viento es más suave, llega helado. Ha venido al embarcadero una chica de Recepción y nos ha dicho que está nevando en el Paso y que lo han cortado. Qué sólo se puede pasar con guía o acompañados de un Ranger. Me preocupo pensando en Yoli y Jose, que deben estar llegando a ese punto. Si no pueden pasar, van a tener que hacer todo el recorrido que han hecho hasta ahora y volverse sin llegar al Glaciar. Ellos han empezado el recorrido por la parte norte, que es como se hace. La segunda mitad de la O que tienen que trazar, es la parte donde estamos nosotros. Además, el paso tiene una marca de viento. Cuando hay una marca de viento, es que sopla de forma insoportable. Había una marca de viento en lo que Juanjo llamó " el ventisquero asesino", en la cumbre que da al Glaciar. Yoli nos decía que a veces lo pasaba fatal cuando hacia trekking, que a veces lloraba. Pensamos en ella en el Paso en estas condiciones y nos da algo de angustia.

Nos ha contado la chica de la recepción que el año pasado se perdió un argentino en la O y que no le encontraron. Que la semana pasada han aparecido sus restos: parte de una mochila, con documentos argentinos, y el cráneo. Nos dice que puede haberse caído, o salido del sendero y caerse, y que por allí anda el puma,  quizá morir por frío. Desde luego, de lo que quedara, si quedó algo darían cuenta los cóndores, supongo. Es estremecedor. Le comento a Juanjo que eso de hacer senderismo en solitario me parece una temeridad. Por mucha experiencia que tengas, nadie está libre de resbalar y lesionarse.Como te hagas un esguince en un sitio donde no haya nadie, lo llevas claro. En el Parque solo funcionan teléfonos satelitales. Como te hayas salido del sendero, lo que está prohibido y te caigas, que puede ser lo que le pasara, no te encuentra nadie. No creo que le atacara el puma si iba andando. Pero si salió del sendero, puede haberle pasado cualquier cosa.

Llega el Catamarán y montamos cuando desciende toda la peña. Hay que ver la cantidad de gente que entra todos los días!. Enseguida empiezan a recorrer el sendero al glaciar casi todos. El camino se llena de ropa de colores y grandes mochilas que llevan debajo humanos helados que emprenden la marcha con frenesí y con sus palos de caminante. Seres a cuatro patas que deben dejar perplejo al puma y a los cóndores. Me estoy acordando que en África una vez, creo que en. Tanzania, estábamos en la piscina de un Lodge en tumbonas al sol, y había muchos buitres. Nos advirtieron que nos moviéramos de vez en cuando porque si estábamos muy quietas, los buitres podían pensar que nos habíamos muerto y venir a atacarnos. Supongo que los cóndores estarán pendientes de los mismo, de carne quieta. No sé si habrá mucha carroña por aquí. La vez anterior, hubo un invierno especialmente crudo. De hecho, llegamos a Puerto Natales para visitar el Parque y nos dijeron que no se podía pasar por la nieve. También es cierto que no se preocupaban mucho de llevar a gente porque apenas había turistas entonces. Al fin, conseguimos llegar. Pero había tanta nieve, que habían muerto muchas ovejas ese año. Y ahora, al ir deshaciéndose la nieve, estaban quedando los cadáveres congelados al descubierto. Recuerdo las cunetas llenas de cóndores comiendo las ovejas heladas. Ahora hemos visto dos o tres volando, pero ninguno cerca.

Me está quedando un capítulo muy macabro!

Subimos al Catamarán. Hoy hay menos gente en dirección a Laguna Amarga, donde está la Administración. Y los Cuernos ya se han despejado de nubes. Al navegar por el lago, vamos viendo el macizo de los Cuernos y el Paine Grande desde diferentes perspectivas. Juanjo me enseña la parte que visitó ayer, la imagen que veía, aunque más nublada, y vimos el torrente y las caídas de agua por la montaña. La imagen de los Cuernos desde el lago es fantástica. Es un macizo precioso, con unas formas espectaculares. Los cuernos, de roca pura, están separados por un valle en altura cubierto de nieve. El conjunto con el Gran Paine es algo digno de ver.

En la parada del Catamarán, en Pudeto, esperaban los autobuses. En el mismo en que llegamos hasta aquí, podemos llegar hasta Puerto Natales o quedarnos en Laguna Amarga para esperar el Transfer hacia las Torres.  El autobús pasa entre los Lagos Nordesnkjöld y Sarmiento. Nosotros nos bajamos y el resto de gente sigue a Puerto Natales. Van el francés y la japonesa. Una pareja rara y poco agradable. La japonesa no saluda ni aunque la maten, aunque los vamos encontrando en distintos sitios. Y él, solo cuando le viene bien.

El transfer es un autobús viejo y desvencijado. Tuvimos que esperar un buen rato, porque no sale hasta que se aseguran de que no queda nadie mas por recoger. Hasta las tres y pico no salimos hacia Torres. El autobús se cala varias veces y tiene que tomar carrerilla para pasar los puentes de madera que cruzan el Río Paine,  bastante ancho y caudaloso.

Las Torres empiezan a verse sólo desde poco antes de llegar a Laguna Amarga. Desde allí, hay una vista estupenda de las Torres, el río y la pradera que los circunda. Hay muchos guanacos por el camino. No los hemos visto en la zona del Pehoé y Grey.

Hoy hace un día espectacular para pasarlo en transportes. Le comento a Juanjo, un poco mosca que, si la información hubiera sido buena, podríamos haber hecho todo este recorrido ayer tarde, en el Catamarán de las 18:30, llegar a dormir a Torres y haber pasado hoy el día subiendo al Chileno y Mirador. Las predicciones para mañana son peores. Yo tengo la bota bien pegada, y hoy podría haber hecho el recorrido, con tiempo, pero no me arriesgo a hacerlo mañana, para llagar a tiempo de coger el bus, porque no sé cómo va a estar el camino. Revisamos el mapa. Pone hora y media hasta el Chileno (calculo que al menos dos para mi) y otra hora y media hasta el Campamento Torres. Impensable que yo vaya al Mirador, porque es un sendero marcado en rojo y todo el mundo nos ha dicho que es muy complicado. Estoy echando cuentas y cargándome en tó, porque hoy es un día perdido.

Llegamos a las tres y media al Refugio. Es mucho mas caro que el otro, porque no hay camas con saco, tienen que ser armadas, o sea, con sábanas y edredón. Y la comida es más cara, también, aunque creo que es mejor, pero no nos queda más remedio que cenar, porque no tenemos ya suficiente embutido y queso para tantas comidas, y aquí solo venden galletas y pasta, pero no llevamos vajilla, claro...Encargamos dos cenas y vamos a la habitación, donde vemos que hay tres camas ya ocupadas.

Tanto correr, tanto correr...se supone que las habitaciones hay que dejarlas libres a las 9:30 ya llegar nos dicen que la habitación está sin terminar, que hay que esperar a que la hagan. Mientras, vamos a la sala común, donde comemos de lo que llevamos. Le propongo a Juanjo que vayamos a inspeccionar el sendero al chileno o que, incluso, lleguemos al chileno, y así decido si voy mañana con él o no. Como hace una tarde estupenda, le parece bien, porque tampoco hay otra cosa que hacer aquí en toda la tarde y es una pena desaprovecharla.

De momento, hay que llegar hasta el Hotel, a 1 km., donde hay muchos coches aparcados y muchos caballos pastando.

Hay una carretera de tierra ancha. Me pregunto si se podrá llegar al chileno en coche, pero ha sido una verdadera fantasía. Preguntamos a una pareja el camino, porque el indicador está caído y nos chapurrean en español que hay que pasar dos puentes antes del llegar al sendero. De momento, el camino no está mal, el sendero no parece complicado, aunque hay subidas muy empinadas....muy empinadas...y cada vez más empinadas y además veo que mucha de la gente que baja o sea cae o resbala, porque hay mucha piedra suelta, grava, y la bajada es una pendiente importante.

Una pareja que baja intenta dejarme pasar. He cogido un palo grande y estoy apoyada en él. Le digo al chico que no. Él insiste. Ya le digo: "Déjame que tenga una coartada". Él se ríe "Ah, que estaba descansando". Nos reímos todos.

Tras otra pendiente de perder el resuello entiendo que el camino esté marcado en amarillo. No porque haya las dificultades del sendero del glaciar, sino por el desnivel. En un letrero he visto que hasta el Refugio chileno que está a unos 3 km del hotel,  hay que pasar de 135 a 450 m y me parece mucho, en el del Glaciar pasamos de 50 a 280 o 90. No sé en qué cota está la cumbre, pero esto me parece una burrada, y yo, en las subidas, tengo que pararme cada 50-100 pasos a respirar un momento. Y las bajadas me dan canguelo.

Tras una subida especialmente empinada, le digo riéndome  a Juanjo, que me estaba esperando:
- Me parece que yo, como el gato del chiste, follo una vuelta más y me voy a casa

La verdad es que es muy fuerte. Unas americanas, que iban con prisa, se han dado la vuelta. Casi toda la gente con la que nos cruzamos va de bajada. Al acabar esa subida donde casi me rajo, hay una llanura. Pienso que a las 6 me voy a dar la vuelta desde donde esté. Recorremos la llanura a ver si se ve algo porque, a todo esto, parece que en lugar de dirigirnos a las Torres, vamos en dirección contraria, y cuando parece que el camino gira en el sentido de donde están las Torres, te crees que vas a ver algo, y vuelve a girar a la izquierda. Al acabar más o menos el llano, veo que hay una subida casi vertical y que no se va a ver nada, de momento. Le digo a Juanjo que hasta aquí hemos llegado. Además, me dice que se me está despegando la otra bota. La que pegué ayer está bien, pero la otra va a despegarse en cualquier momento. Eso termina de decidir la cuestión. Mañana no subo. Además, mi curiosidad por algo está en relación inversamente proporcional con lo empinado que esté el camino para verlo, a menos que se pueda llegar en coche. Y, en este momento, el MIrador del Paine ha perdido todo el interés. Aparte del hecho de que sólo habría podido, en el mejor de los casos, llegar hasta el campamento base y de ninguna manera habría intentado llegar al Mirador.

Le digo a Juanjo que siga él más arriba, si le apetece. Yo me quedo sentada en una piedra cómoda, mirando a un lago y a una laguna que están muy por debajo. El lago es de color azul hielo y la laguna, azul oscuro. Corre un vientecillo fresco y agradable, y me he quitado la chaqueta, porque al subir me dio mucho calor, ya que el día está tan soleado. Mucha gente baja en manga corta.

De repente, escucho por detrás de mí un sonido de viento fuerte. Me vuelvo, y veo que el viento se está llevando la nieve de las cumbres en lo que parecían nubes, pero es ventisca. Casi inmediatamente después el viento fresco tan agradable se convierte en un viento helado y tengo que taparme de nuevo.

Tres cuartos de hora más tarde llega Juanjo con malas noticias. Me dice que para mí sería muy difícil el siguiente tramo, que se complica mucho y que él no ha podido ni siquiera llegar al Chileno. 

Menos mal que no había sitio allí para dormir -me dice, porque habríamos tenido que subir cargados, como a alguna gente con unos mochilones que da miedo verlos.  Nos cruzamos con una chica muy -cargada

Esa no llega- dice

Iniciamos la bajada con cuidado y me dice Juanjo - de ahí lo de caminar solo que comenté antes- que al andar él solo ha pensado una cosa, a ver si me parece bien:
Que como el camino es muy chungo y no voy a subir, que mañana él va amar harte muy temprano. Que yo prepare las cosas, que me quede con mi documentación y billetes y que me marche en el bus de las 2:00. Que él intentará llegar a coger el de las 2 pero, que si no le da tiempo, que esperará al de las 7:30 y que mientras, yo vaya a por algo caliente para cenar, y una cervecita, por fa...Le digo que Ok, pero que no vaya a matarse por intentar llegar a las 2. Que vaya a su ritmo, que se lleve bien de comida, frutos secos, chocolate, galletas para desayunar...que se lleve toda el agua, porque en este camino no sabemos si hay rios, aunque siempre puede recargar en el Chileno.

Volvemos al refugio, viendo como grupos de senderistas con guía se hacen la foto de haberlo logrado, y nos damos una ducha hirviendo antes de cenar. Preparamos unos bocadillos para que se lleve Juanjo mañana. Le insisto en que se ponga en el bocata la mayor parte de lo que queda, porque yo voy a pedir un desayuno y, con picar cualquier cosa a mediodía voy que ardo. Lo importante es que él vaya surtido para el camino, que yo me arreglo aquí, que venden cosas.

Cenamos muy bien. Muy caro (27 dólares cada uno) pero bien. Leyendo un letrero veo que si te hacen la cuenta en dólares te quitan el IVA. Yo no lo sabia, y en la recepción antes me preguntaron si quería la cena en dólares  o en pesos. Como me daba igual, les dije que en pesos valía, pero no me contaron esta historia. No es gran cosa, pero un 19% con estos precios es mucho.

Nos sirven la cena en mesas corridas. A nuestro lado se sientan unos segovianos. Van mañana al Mirador y han alquilado un coche. Les preguntamos el precio y no es caro. Quizá podamos alquilarlo para ir a Chiloé. Me parece raro alquilar coche aquí, no creo que lo usen mucho, pero han tenido la suerte de encontrar alojamiento en la Hosteria Pehoé, aquella en la que tomé café la otra vez, pero no había sitio y los precios, en principio, me parecieron carísimos, aunque, visto lo que estamos pagando aquí, puede ser hasta barato. Ninguno nos animamos a preguntarles lo que les ha costado, porque no nos vaya a dar un algo...estos vienen tres semanas y nos dicen que qué suerte tenemos, porque les decimos que llevamos viajando desde Mitad de Octubre. No queremos decirles más por no desanimarles. Nos llaman de "usted", así que debemos tener aspecto de personas de la tercera edad (snif!). Ellos nos comentan que, al ser tres, y con lo caro que cobran todo por aquí, casi les sale más rentable alquilar el coche que andar pagando autobuses por tres.

Nos despedimos y nos fuimos a la cama. No os lo vais a creer, pero volvemos a compartir habitación con las americanas morena y rubia. Ya se tronchan de risa al vernos oootra vez!.




DÍA 28 . VAYA MALA PATA!

DÍA 28

14/NOVIEMBRE/2014 VAYA MALA PATA!!

Yo me despierto temprano y con ganas de ir al baño, pero procuro no moverme mucho por no despertar al resto de la gente. Como los guiris estaban montando tanto lío, me puse unos auriculares para no oírlos.

Juanjo se ha vestido enseguida. Yo he tardado un poco más, pero el resto d el agente ya se está levantando. Desayunamos nuestras galletas, yo me hago un té y Juanjo pide un café a los vampiros. Le ponen un café pequeño y supongo que le han cobrado casi 3 euros por él.

Está lloviznando, así que yo me pongo el pantalón impermeable. No se distinguen los cuernos del Paine. Está bastante nublado. Ayer vimos en un mapa que el sendero que vamos a hacer hoy, hasta donde se pueda llegar, es verde, o sea, sencillo. El del Glaciar que hemos hecho es amarillo y el que lleva a la Base de las Torres desde el refugio chileno es rojo y hasta el refugio, amarillo. Además no tenemos prisa y tenemos todo el día, así que esperamos u día de campo agradable, sin complicaciones, excepto que se ponga a llover mucho.

Empezamos a andar de los primeros, tropezándonos a ratos con los israelitas de ayer que, para ser israelitas, son simpáticos y saludan diciendo Hola!. Y sonriendo. La chica es bajita y lleva un mochilón muy grande.

Pero, como todos los israelitas, se saltan las normas, pasan por donde está prohibido, por los terrenos en recuperación del incendio del 2011 producido por uno de su pueblo. El incendio tuvo que ser brutal, porque seguimos viendo todos los árboles quemados también en esta zona.

Hay algunas veredas que no pertenecen al sendero, del que no te puedes salir, en teoría, a menos que haya un charco, a las que Juanjo llama los "caminos de los israelitas" porque son atajos. El grupo de chicos me invita a pasar por uno, que está atravesado con palos para que éstos no pasen, pero,les da igual. Saltan por allí con una juerga que no veas..no tienen arreglo!.

Pasamos por una zona donde hay un ventarrón que me obliga a agacharme para no caerme. Parece que está dejando de llover, pero el viento es tremendo. Anoche me dolía un poco la garganta y tenia algo de tos. Como es lógico, no me he traído el spray que tengo para eso. Está con el resto del equipaje.

El camino es bastante cómodo.nos acercamos al lago Skottberg, del que vemos elevarse cortinas de agua producidas por el viento. A nuestra izquierda tenemos el Gran Paine, que es el cerro más elevado, con mucha nieve, en el que vemos un glaciar de montaña y un cóndor encantado de su vida. Frente a nosotros, el lago y, un poco a la izquierda, los Cuernos del Paine, que están metidos entre las nubes. Se ve su perfil pero sin claridad.

Miramos un mapa que nos indica que hemos recorrido 2,5 km, y los 5 que nos quedan hasta el Campamento Italiano son de subida. No indica lo que hay hasta el francés, pero tenemos todo el día. Vuelvo al sendero y noto algo raro: se me ha despegado toda la suela de la bota y la llevo sujeta por la puntera. Juanjo dice que tenemos que volver. Yo no quiero que vuelva él, pero insiste, porque dice que me puedo quedar tirada por el camino si se despega del todo y que cómo voy a llegar.

A mi me parece que tampoco me puede llevar en brazos si se despega del todo y que no tiene sentido, pero insiste en volver conmigo, así que camino todo lo rápido que puedo, con cuidado de no arrancarme la suela que me queda, para que él no pierda todo el día y pueda hacer el recorrido.

No te puedes imaginar la rabia que me ha dado. Aunque ya habíamos visto el problema hace dos días. Juanjo dice que mire la parte positiva: que si se me llega a romper en el sendero de ayer habría sido horroroso. Es verdad, pero me estoy perdiendo un camino precioso, seguro!, aunque esté nublado. Ya no hay duda de que el camino del último día no voy a poder hacerlo. Es un sendero como el de ayer y, aunque consiga pegar la suela con algo que me den en el refugio para ir tirando, no puedo hacer un recorrido complicado con las botas así.

Así que hemos vuelto al refugio. Juanjo ha dejado el forro polar, le doy la bolsa con la comida y se va a caminar solo. El va muy rápido y seguro que llega bastante más arriba que si fuera yo. Le pido que haga muchas fotos, pero me dice que no sabe si será posible, porque está bastante nublado.


La verdad es que tengo la negra estos días. A la subida tuve que pedir en el Refugio aguja de coser para reparar la mochila plegable que se había descosido por una costura. Quizá llevaba demasiado peso. Hoy he pedido algo para reparar las botas y me han dado dos selladores. Uno es como Supergen y lo he usado para pegar la bota que está totalmente despegada. Pero la otra lleva el mismo camino. Así que le he puesto otro de los selladores, más liquido, en las partes un poco despegadas. Vamos a ver si aguantan hasta que pueda llevarlas a un zapatero...no voy a ir en chanclas al barco!. Y me da una pereza horrible tener que comprarme otras botas, moldearlas, hacerme ampollas....no, no...hay que reparar éstas como sea!!


He pasado el día leyendo. Para más gracia hoy no funciona el WIFI. Juanjo ha vuelto hacia las 5:30. Ha llegado por el mismo sendero, sin más historia, hasta el Campamento Italiano, y luego ha subido hasta el primer mirador, porque no se puede subir mas. Me dice que, de todas formas, igual yo no habría podido llegar hasta el primer mirador, porque el camino era muy complicado, con piedra suelta, y ríos en torrente. Escuchaba ruido fuerte de avalanchas de cuando en cuando. Hemos visto las fotos que ha hecho, y son de pura nieve, en algunos tramos en glaciar. En el mirador hacia mucho viento, pero o en el resto del camino. Ha llegado a las 12:30 al campamento, y a la 1:30 al mirador. Como allí no estaba a gusto para comer, ha bajado a un bosque de lengas (un árbol de esta zona) que estaba un poco más abajo. Luego ha vuelto a paso tranquilo, contemplando el paisaje. Pero tiene ampollas en los dedos de los pies.

Me ha enseñado en el mapa el punto donde sitúan el inicio del incendio del 2011.




Y no hemos hecho más. Cenaremos de lo que llevamos, porque pasamos de una cena tipo la de ayer. La pareja yanqui que compartirá nuestra habitación está tomándose una botella de Casillero del Diablo en copa de vino guay como si fuera bueno.

Ha llegado la pareja del barco, Pilar y el chico, creo que se llama Rafael?. Están en el camping.