jueves, 27 de agosto de 2020

IL DOLCE FAR NIENTE

Hace unos cuantos días que me he jubilado. Cumplí 63 el día 11 y me he retirado del trabajo, 43 años después. No tuve ganas de escribir nada durante El Confinamiento, ni mientras estuve trabajando ni cuando dejé de iral hospital. Nadie tenía ganas de hacer nada, ni leer, ni escribir...Yo tampoco. Pero el verano ha cambiado un poco las cosas. Marta vino a pasar unos días, Elisa, Charo, Mónica y Aitana vinieron para mi cumpleaños. Antes pasaron aquí una noche Belisa, Filo y Ana Buen y tuvimos ocasión de celebrarlo. Esperanzs y su familia vinieron un par de días. Mis días son tranquilos. Sin poder hacer planes ee viaje, paso los días en calma. Nadando, estudiando, leyendo, viendo series, incluso dibujando. Y he vuelto a publicar mis relatos de viaje en Itineraria. He recuperado Magallanes y el diario Vuelta al Mundo y lo transformo en artículos con fotos. Hoy he ido a nadar, como casi todos los días. Voy hasta la boya nadando y luego me quedo en el agua relajada hasta que la mar me vuelve a la orilla. Hoy el mar estaba como un cristal. Me he quedado un rato más de lo habitual, mirando al horizonte, que se confundía con el cielo. Pequeños barcos dejan su estela en este mar plateado, sin olas. Una gaviota está sobre la boya, Desde hace días la encuentro allí, esperando, chillando a veces. Bancos de peces nadan a mi alrededor y algunos saltan fuera del agua. El agua está cristalina, siento como si volara. El señor de los bastones me dice que el mar va a cambiar el domingo. -Se acaba el verano - dice desde hace unos días Vuelvo a casa. Los gatos han invadido la mesa del porche y dormitan. Flor me acompaña a lavarme los pies, esperando que le de una chuche. La casa está llena de calma. El tordo que me despierta por la mañana, las tórtolas, ahora están callados. Apenas pasa nadie por la carretera. La mar sigue plateada, una ligera brisa se levanta y mueve apenas las ramas de los olivos, de la palmera. Calma, tranquilidad, aún calor. El verano. Il Dolce Far Niente