martes, 26 de noviembre de 2019

Lavandería y comida para los sin techo

Fuimos al Mercado Central el domingo por la tarde tras haber hecho una visita arqueológica al Ágora de Atenas, donde se encuentra el Hefesteion, un templo imponente.

Hay una ONG que se llama Steps, que van los domingos y miércoles a partir de la s cinco de la tarde hasta las nueve de la noche. En la plaza hay un puesto fijo donde se instalan.

Llegan con una furgoneta que contiene dos lavadoras, secadoras, y recogen los sacos de ropa de la gente que vive en la calle. Los sin techo odian estar sucios. Es uno de los motivos de rechazo de la gente, además. Steps recoge por orden las bolsas de ropa y calculan la cantidad que pueden lavar cada día. Les dan un número y meten la ropa de los sacos en bolsas de red, de forma que en cada lavadora meten dos sacos de ropa. Son lavadoras grandes.

Mientras, otro grupo prepara comida. Llevan unos quemadores y cazuelas grandes, donde preparan un guiso de carne, verduras y arroz. Para la gente que espera, en otro punto hacen té caliente que reparten constantemente.

Un médico recibe en la plaza, con una mesita, un pulsioxímetro y algo más, a la gente que hace fila para ser vistos. Los casos que puede solucionar, ahí mismo, los resuelve con parapetamos, etc, en caso de catarros. Si considera que deben ser estudiados más despacio, los envía dentro del local, donde les ven en consulta interior.

No había visto nunca ese tipo de ayuda. Hemos pasado un rato largo observando, hablando con algunas personas, voluntarios y demandantes de ayuda. Había extranjeros y griegos en ambos casos.

Nos ha parecido un proyecto interesante. Steps cocina también en los campos. Los vimos en. Oorintos. Solo comida, en este caso.

Es una idea fantástica exportable a nuestras ciudades, si algún gobernante pusiera interés.





domingo, 24 de noviembre de 2019

El campo de Corinto

Hemos ido con Patricia, de SOS Refugiados, a llevar ropa al campo de Corintos. Llevados meses funcionando y se encuentra a cierta distancia de la ciudad. Hemos parado a ver el famoso Canal, una obra de ingeniería impresionante del S XIX.

Había militares en el campo. Íbamos con la furgoneta y un pequeño camión, pero no nos han dejado entrar. Otra gente llegaba con coches llenos de cajas pero nos han echado a todos. Tuvimos que aparcar fuera, un poco desconcertados. Hay como una hora de viaje y no íbamos a darnos la vuelta, lógicamente.

Nos reunimos varias organizaciones decidiendo qué hacer. Steps estaba repartiendo comida dentro. Una polaca, que va todos los días a llevar cosas nos dice que los militares se van a eso de las cinco y que entonces podríamos pasar.

Corintos es un campo de tránsito. En dos meses les trasladarán a otros campos de Grecia. La incertidumbre es total.

Mientras, hemos dado una vuelta por el campo. La gente está alojada en carpas divididas por tabique de madera y cartón. Una mujer árabe iba en chanclas y nos pedía zapatos. Un hombre, que tenía un bebé, nos pide una estufa para que no se enfríe el niño, porque hace mucho frío, pero no tenemos.

Una chica argelina, Tina, que tiene una niña pequeña, abraza a Patricia. Estuvo en un squat en Atenas y Patricia le daba los pañales y todo lo necesario para la niña. Pero un día, a las 4 de la mañana, la policía entró en el squat y se llevó a todos sus habitantes a Corintos. Nos cuenta que la comida es muy escasa y un asco. No la pueden comer porque enferman. Todos los días les dan una manzana, un bote pequeño de leche y un zumo para la niña. Ha prometido enviarnos fotos de la miseria que reparte el ejército. Es una chica espabilada y simpática. Habla francés e inglés, ha estudiado criminología  e intenta aprender palabras en español. Ya no recibe ayuda del gobierno porque le han dado DNI y, supuestamente m tiene que buscarse la vida. Lleva año y medio esperando un pasaporte y viviendo como puede. Nos ha pedido que publiquemos su foto, por eso la he puesto.

Encontramos a unas profesoras griegas que van los fines de semana a jugar con los niños. Vemos que bastante gente va a ayudar. Hoy han llegado 100 personas. Les dan lo básico al llegar, una manta, una colchoneta, algo de aseo y ya no reciben nada más.

Finalmente se marcharon los soldados y el camión pudo dar una vuelta por el campo repartiendo cajas de ropa. No teníamos ningún contacto que se encargará del reparto. Basmilah, uno de los voluntarios afganos que ha venido al reparto, organiza a la gente por nacionalidades y encarga a uno de cada grupo que reparta entre los suyos. No sabemos si es la mejor opción, pero no hay otra.

Debe ser que la situación me ha dejado mal cuerpo. Al volver a casa no tenía ganas de cenar, solo de dormir. Pensamos que ver estas situaciones nos agota mentalmente. Por eso acabamos tan cansadas.


viernes, 22 de noviembre de 2019

UNA ALEGRÍA, POR FIN

Me ha mandado un mensaje la traductora afgana de la que hablé en Lesvos, para decirme que han llegado con su pasaporte a París y que están bien. Ha mandado fotos de su marido e hijo y se les ve bien. Por fin una buena noticia, después de tanto tiempo.

Ahora voy a hablaros de las organizaciones que trabajan en Atenas.

Ya comenté anteriormente que Patricia, de SOS refugiados y Kerrie, del Hope Café, son dos mujeres valientes, que llevan años viviendo en Atenas desde que empezaron a llegar refugiados.

Pero hemos conocido otros proyectos. ELNA es un proyecto precioso, donde acogen a mujeres vulnerables, embarazadas, con niños, incluso que hayan sufrido agresiones. Se la conoce como La Maternidad y es una organización española. Carlos es es director, un tipo de lo más agradable, empático, que lleva dos años viviendo en Atenas. El proyecto es precioso, aunque su capacidad es muy limitada. Debería haber más como ellos, pero es muy difícil .

Nos ha contado historias tremendas de gente que ha pasado por allí, pero ELNA tiene abogados que les ayudan con la solicitud de asilo, se ocupan de escolarizar a los niños y de que los refugiados tengan  un recurso para vivir, les ayudan a ir a clases para encontrar trabajo, por ejemplo, de traductores. Es una organización de ayuda directa que está funcionando muy bien, aunque tuvieron muchos problemas de inicio.

Estuvimos en el squat que sigue ocupado, pero no quisieron hablar. Se les nota el miedo en la cara. Estamos seguras de que en pocos días van a desalojarles.

Hemos visitado el Greek Forum for Refugees, una organización que ayuda a los refugiados dándoles clases para prepararlos como traductores, hay un pequeño proyecto de artesanía, otro de fútbol...y ayudan a quienes llegan para derivarlos a otras organizaciones, alquiler de pisos, etc. Estuvimos hablando con Silvia, una española que lleva 9 años viviendo en Grecia. Es psicóloga, estuvo en las islas y ahora trabaja en esta organización definitivamente. Habla griego, tiene consulta de psicología en la organización y no piensa moverse de aquí.

Nos ha dado información sobre otras organizaciones. Elena, una de las voluntarias de ELNA ha estado recabando datos sobre lugares donde poder derivar a familias que les llegan y no caben ya en la casa. Pero es complicado. Hay pocos lugares de acogida y todos están saturados.

Le preguntamos por datos sobre menores, etc., pero todo lo que se sabe es la información oficial, poco fiable.

Lo que está claro es que hay muchísima gente atrapada en Grecia, sin salida y sin recursos. Y que la comunidad internacional y, especialmente, la UE no tiene interés alguno en resolverlo.

Nos han llegado noticias del gobierno griego y todas malas. Quieren acelerar las deportaciones, sacar a la gente de las islas y convertirlas en prisiones, si ya no lo eran bastante. No quieren que esta gente salga de los campos, que se convertirán en campos de concentración de facto y por ley. Devolverán a su origen a toda esa gente amenazada de muerte. Todo es ilegal, pero sabemos que la UE no va a hacer nada.

En la primera entrevista, las familias están siendo deportadas, da igual la vulnerabilidad, guerra o amenaza. Aunque recurran y aún en el caso de que ganen el recurso, ya estarán deportados y será imposible localizarles. Eso ya está pasando. Si empeora, que empeorará, imaginaos lo que va a ser de esta gente.



martes, 19 de noviembre de 2019

Niños que viajan solos

He preguntado varías cosas a Giuglia, la mujer que nos enseñó Still I Rise en Samos sobre los niños que están solos y me ha contestado lo siguiente:

1. Por el momento, únicamente a los niños que viven en casas se les permite ir a escuelas griegas, donde tienen clases especiales por las mañanas. Los requisitos para entrar en una escuela griega son: el certificado de vacunación, el certificado de un pediatra y una dirección permanente.

          Esto significa que la mayoría de los niños no tienen acceso a la escuela. Solo unos pocos y apartados del resto.

2. Los niños no acompañados pasan por un sistema de acogida diferente a los adultos, pero pasan mucho tiempo en el campo y no hay sitio suficiente para todos.

          Es decir, hay muchísimos niños viviendo solos en The Jungle, un lugar muy peligroso, donde probablemente serán violados o secuestrados.

3. Los menores no acompañados no reciben ningún dinero de ACNUR. Los adultos reciben 90 € él cabeza de familia, y hasta 50 euros por cada miembro de la familia hasta un máximo de 5 personas.

           Los niños solos no tienen recursos. Probablemente se dedicaran al tráfico de drogas o prostituirse por comida, si no los secuestran. Muchos llegan a Still I Rise con ataques de pánico. Deben pasar muchísimo miedo por la noche en un sitio tan peligroso.



No se me van de la cabeza tampoco los chicos jóvenes y hombres solos atrapados en las islas. No tienen ninguna probabilidad de salir porque no se les considera vulnerables. Es terrible. No se me va de la cabeza la imagen de aquellos chicos del puerto que iban a mirar como se marchaba el ferry que nunca les trasladará a un lugar seguro. Y a muchos los mataran si vuelven a su casa.

El horror




Refugiados que viven en la calle

Se han desalojado todos los squats. Solo queda uno, Notara, que sospechan que será desalojado en breve. Hay cientos de edificios vacíos, pero al Gobierno le molesta que los refugiados tengan techo, por lo visto. Más ahora, que llega el invierno.

A muchos los han llevado a otros campos, Corintos, por ejemplo. Pero muchos no han querido irse y se han quedado en Atenas buscándose la vida, pero muchos están en la calle.

Hemos ido el lunes con Arthur, un albanés que se ha venido a vivir a Grecia tras ver cómo estaba la situación. Aquí trabaja en lo que salga y, tres veces por semana, va a repartir bocadillos y té a la gente de la calle. Goyo, un voluntario de ELNA, estuvo con él hace un tiempo y nos ha llevado a nosotras y a dos voluntarias más de ELNA, Elena y Silvia, junto con una francesa y algunos refugiados para repartir la comida.

Hemos quedado a las 5 y empezamos a preparar bocadillos de jamón, queso, lechuga y tomate. Se les da lo que hay. Y se preparan 3 grandes termos de té para darles algo caliente.

Como íbamos varios, han aprovechado para coger bolsas con mantas y ropa de abrigo. Así hemos salido del local que le prest a Arthur el Ejército de Salvación para preparar el material.

Antes de salir, nos hace unas fotos y nos da instrucciones:
1. Estar sonrientes. La gente que vive en la calle son personas tristes y necesitan una sonrisa
2. Tratarles con mucho respeto.

Por el camino he ido preguntando a Arthur por él mismo ( tiene 2 hijos) y por la situación. No tiene la menor idea de la cantidad de gente que hay en la calle, pero tiene unas cuantas personas controladas a quienes lleva los bocadillos, estén o no, porque irán a recogerlos y nadie se los va a quitar. Los refugiados se ayudan entre sí. Un señor mayor no quiso el bocadillo porque nos dijo que había podido comer hoy. Para que se lo diéramos a otro. Si un refugiado te pide bocadillos para otros es porque no están en ese momento. Arthur lo sabe y nos lo confirma.

Parece ser que hay algún programa de alimentación por parte del gobierno, municipalidad y algunas iglesias. El ayuntamiento y las iglesias católicas reparten una comida a diario. El gobierno y la iglesia ortodoxa solo da a los griegos sin techo.

Arthur nos muestra los lugares donde suele haber reparto, pero cambian de sitio  cada dos días, a veces.

En Navidad no habrá programa de alimentación y Arthur saldrá todos los días a repartir. Nos escandaliza que, justamente en Navidad, no haya comida para ellos.

Arthur trabaja de forma individual. Utiliza los donativos personales de la gente que le ayuda. Y esa es toda la ayuda que tiene. Pero dice que es muy gratificante y que la gente vuelve. Y, si no, utiliza sus propios recursos. Me cuenta que un Agosto se fue a dormir a la calle durante varios días, para comprobar lo que era aquello y que pasó mucho frío.

En un portal hay un hombre durmiendo. Arthur le deja el bocadillo y el té con cuidado de no despertarle. Me dice que aprovechan las primeras horas de oscuridad para dormir porque hacia medianoche viene gente a atacarles y robarles si están dormidos. Arthur me dice que la gente que vive en la calle es gente buena. Que las personas malas están escondidas y que han aumentando mucho el número de policías últimamente, desde el nuevo gobierno.

Hemos llegado a un parque bajo la Acrópolis, cuyo nombre significa Sacrificio. Allí se sacrificaban los animales que iban a ser ofrendados.. Es irónico que allí vivan refugiados que estén en trance de ser sacrificados por la burocracia. Pero Goyo se queda pasmado porque allí antes había muchísima gente. Solo queda una mujer anciana griega y poco más. Arthur no sabe qué ha sido de ellos. Se los han llevado. Pueden estar detenidos, llevados a algún campo, sentirse perseguidos y haber cambiado de área...

Cuando estábamos acabando recibimos un whats app que dice que se sospecha que el domingo por la noche detuvieron a 90 personas. Serían refugiados. A los griegos les dejan en paz.

Hay muchos chicos jóvenes. Vuelvo a pensar en el problema de estos chavales, que no tienen donde ir, no tienen recursos para marcharse....

Le he dicho a Arthur que volveremos a acompañarle mientras estemos aquí. Y me lo agradece mucho. Es uno de los héroes anónimos cuyo trabajo sólo será reconocido por la gente a la que atiende.





domingo, 17 de noviembre de 2019

Atenas. SOS Refugiados y Malakasa

Ya estamos en Atenas.lo primero que hemos hecho, tras instalarnos, ha sido ir a visitar a Patricia, de SOS Refugiados. Estaban limpiando el almacén. Esperan un trailer de Stuttgart. Una mujer iraquí estaba fregando el suelo. Esa mujer ha venido a Grecia con tres hijos. Su marido está en la cárcel. Uno de sus hijos tiene una cardiopatía reumática. Otro tiene un síndrome de Down, hidrocefalia, una posible espina bífida y no camina ni controla esfínteres. La mujer ayuda en lo que puede a SOS. Hay gente increíble.

Patricia suministra alimentos al campamento de Malakasa dos veces por semana. A veces no tienen.y hay que comprar aquí. La leche materna es carísima en Atenas, por ejemplo. Hemos visto lo que queda en el almacén. Hay muy poco. El envío de Stuttgart es de ropa.

Hemos hablado con Patricia mucho rato. Cenamos junto con Jamal, un sirio refugiado adorable, que tuvo un restaurante en Atenas pero acaba de cerrarlo por deudas. Es un punto importante en SOS. Un tipo muy sensato. Es psicólogo. Ha protagonizado una película documental, Varados, que se está proyectando o se ha ha proyectado en Madrid y es candidata a varios Goya.

En los campamentos hay gente que vive en contenedores y otros, no registrados, que viven en tiendas. La comida de SOS va para los de las tiendas.

Lo que hemos observado en Malakasa, donde fuimos a repartir la comida, es que estos campamentos están en condiciones muchísimo mejores que los de las islas, con diferencia. Hay amplitud y, aunque las tiendas están tan mal como en todas partes, no hay tanto hacinamiento, excepto una carpa bajo la que se encuentran 40 tiendas sin espacio apreciable entre ellas, pero al menos están protegidas de la lluvia.

Nos han confirmado que ya sólo hay una opción de entrevista en Grecia, tras la cual viene la deportación. Se ha retirado la tarjeta sanitaria a los refugiados. Al no haber constancia de vacunación, no se permite a los niños ir al colegio. Gracias todo al nuevo gobierno fascista.

En Malakasa se hacen lotes de comida para las familias. Se les llama por lista y se les da lo que corresponda. Pero Hilda, una irlandesa que hace pedidos semanales a un supermercado, me dice que hay gente en las tiendas que no reciben del reparto. Va a instalarse en Malakasa con su marido a enseñar inglés y controlar el tema de la comida que se reparte.

El domingo ha llegado el trailer y hemos ido a descargarlo. Cajas de ropa, mantas, zapatos y algunas tiendas, sacos de dormir y utensilios de cocina. Nos hemos dado una buena paliza porque había que descargar rápido para que el camión no estuviera aparcado mucho tiempo. Ha venido a ayudar mucha gente de la que vive en la calle.

Se han vaciado todos los squats. Solo queda el de Notara, uno de los más antiguos. Parece que se van a hacer vigilias para evitar su desalojo. Los que han sido desalojados viven en la calle. Algunos se han ido a campamentos pero, si se van, pierden la posibilidad de escolarizar a los niños. Los que ya iban a la escuela, podrían seguir haciéndolo viviendo en Atenas, pero en los campamentos no hay posibilidad. Por ese motivo, alguna familia ha vuelto a Atenas, aunque sea a vivir en la calle, para que los hijos puedan ir a la escuela.

Vamos a intentar ir con un grupo que reparte ayuda a la gente de la calle. Esta semana mismo. Ya iré informando

Hemos visto el inicio de la manifestación del Politecnico para conmemorar el levantamiento popular cuando gobernaba la Junta de Coroneles. Ahora, con el gobierno fascista vuelven a vivir una especie de dictadura. Entonces murieron unos 80 estudiantes. En la politécnica han leído todos los nombres junto a coronas de claveles rojos y mientras se iniciaba la manifestación, en la que todos llevaban banderas rojas. La zona está tomada por policía  militares y nos recomiendan que no nos movamos por la zona, a causa de los posibles disturbios. Estamos muy cerca de la zona de conflicto. Esperemos que no haya problemas.







viernes, 8 de noviembre de 2019

Laura, abogada sin fronteras

He hablado poco de ella. Encontramos a Laura por casualidad, en la calle, mientras paseábamos. Acabábamos de llegar a Samos. Ella también. Y se acercó a nosotras a preguntarnos algo. Un taxista habría intentado comerle el tarro, diciéndole que la isla era muy insegura y que no caminara sola. Nos quedamos un poco perplejas. La ciudad parecía muy tranquila, le dijimos que viniera con nosotras a dar un paseo y que pasará de chorradas. Seguramente el taxista era de los anti-refugiados e intentaba asustarla.

Laura trabaja en un famoso despacho de abogados en Madrid. Es gallega y una mujer de lo más sensible, concienciada, feminista y de trato muy agradable.

Nos hemos estado contando nuestras mutuas experiencias. Tan interesada está ella en las nuestras como nosotras en las suyas. Abogados sin fronteras se ocupa de preparar a los refugiados para la entrevista de solicitud de asilo. Esta entrevista, dura, fría y muy prolongada intenta encontrar contradicciones en sus historias para no darles el asilo.

La entrevista la realizan funcionarios griegos y personal de un organismo de la UE para los refugiados (EASO) Pero conseguir que acepten es complicadisimo. Están deportando a familias, algo que no se había hecho antes. A Laura le ha llegado un caso de una familia a la que quieren deportar entera excepto al hijo menor. La madre fue a la oficina de Abogados desesperada.

Pero además, Laura nos cuenta casos que le llegan y te ponen los pelos de punta. Un chico del Congo se derrumbó cuando le preguntaron por qué se fue y tuvieron que llevarle al médico con un ataque de ansiedad, o a saber qué. No podemos imaginarnos lo que ha sido la vida de los solicitantes de asilo. Por la calle veo chavales a los que les falta un brazo, muchos con muletas....Han sido torturados, esclavizados...amenazados de muerte, gente a la que han asesinado a toda su familia....mujeres violadas desde los 11 años, escapando de un destino inimaginable. Pero el asilo, nos dice Laura no se está concediendo en casos de violencia de género. Solo ha encontrado un caso en Dinamarca, a pesar de lo que digan las leyes. Laura sufre viendo a las familias y a los bebés y querría adoptar a los niños que están solos.

Laura encuentra que se están violando todos los Derechos. La Declaración de Derechos Humanos es papel mojado. Se incumple constantemente. La convención de Estambul, el Convenio de Dublín...es como si no existieran. Con total impunidad.

También hay casos de gente mayor. Laura nos ha contado sobre un hombre de uno de los países que fue protectorado francés. Tiene más de 70 años. Han matado a toda su familia. Va a los abogados con sarcasmo.

- Francia nos ocupó nuestro país y ahora venís a ayudarnos

Laura le pide perdón, le muestra su total acuerdo con sus palabras y le explica que va a hacer por él todo lo que pueda. El hombre la entiende y le agradece su postura, per9 es lo que hay. Entre Europea y USA hemos esquilmado África, tras el reparto aleatorio y absurdo que se hizo en la Conferencia de Berlín. Todos los recursos para tecnología están en África. Por tanto, a Europa le interesa mantener los conflictos armados en el interior de los países africanos para poder extraer los materiales a bajo coste, explotando a niños en las minas, fomentando las luchas tribales que se provocaron en Berlín al crear países ficticios delimitados por accidentes geográficos, sin importarles que se reunieran en un mismo país pueblos enemigos, manteniendo dictadores caníbales, como Idi Amín Dada que mantenía al pueblo aterrorizado. Pueblos aterrorizados y esclavizados que son carne de cañón para la explotación de seres humanos de cualquier edad a cambio de una vida inimaginable, con niños soldado, violaciones desde muy pequeños, torturas y esclavitud.

Laura ha conocido ayer a un chico que ha sido esclavizado en tres países. Una persona muy educada. Mataron a su padre, que era médico, porque se murió un paciente suyo. El hijo ha tenido que huir porque también iban a por él tras matar al resto de la familia. Ha sido esclavo durante unos 8 años. Y ha conseguido escapar y ahora está en este infierno que es Vathy, en Samos. El infierno en vida, del que no creo que pueda escapar.

Laura nos cuenta por las tardes, tomando un vino, los casos que ha vivido. Lo está pasando mal. La noche del diluvio no pudo dormir y al día siguiente fue temprano al campo para acompañar a una congoleña a la entrevista. El campo embarrado, que le ha destrozado el alma.

Me impresiona que dice, llena de rabia, que estuvo en Marzo en Auschwitz y que esos campos eran mucho más dignos. No hay comparación con éstos. Por lo menos había barracones y cocinas. Se pregunta por qué no llevan a la gente de los campamentos a los campos de concentración nazis en lugar de tenerlos como memoriales. Son mucho más altas las alambradas en Grecia de lo que eran en la Alemania nazi. Yo no conozco esos campos, pero me dice que éstos son muchísimo peores.

No hay consciencia en Europa de lo que está pasando en las islas griegas. Grecia es un país barrera, con una segunda frontera en las islas. A veces pienso que el gobierno griego desearía un tsunami que acabara con las islas y sus habitantes. Europea se ha aprovechado de la debilidad económica de Grecia para endosarle el problema y que no nos lleguen a nosotros, por favor, a cambio de dinero y de lo que haga falta. Es una puta vergüenza.


Mi homenaje a Laura y a la gente que, como ella, proporciona asistencia legal a estas víctimas. Hacen un trabajo impresionante a costa de sus propias secuelas anímicas.



jueves, 7 de noviembre de 2019

Lágrimas

Estuvimos ayudando en el almacén de R4R. Clasificando pallets de ropa. Pudimos conseguir un abrigo a la mujer Siria y acompañarla a Med'Equali Team. Le han dado medicación para el tiroides y le harán analítica. Ha sido muy rápido y eficaz.
He visto entrar a muchos chicos con las piernas vendada con venda de gasa. Quizá quemaduras de los barcos.

En Med'Equali Team empiezan muy temprano. A las 7. La gente va a hacer cola a las 6,30 pero tengo la impresión de que ven a todos los que acuden. Parecen eficaces.

Hoy fuimos a ver Mazi, una escuela para chavales de 12 a 17 años. La organización se llama Still I Rise. Sobreviven con donaciones privadas, no quieren dinero oficial ni que les condicionen.

Hay clases de inglés, matemáticas, geografía, historia, arte, música, alemán, sexualidad... No pueden conseguir allí un título oficial pero sí prepararse para un examen por libre. Los niños desayunan y comen en el centro. Una empresa griega les prepara la comida.

Hemos hablado con Giuglia, una de las fundadoras. Es italiana y dice que va a quedarse hasta que todo se solucione. Serán años, pero es su vida, nos dice. Una mujer 7 encantadora.

Muchos de los niños están solos. Apenas puedo contener las lágrimas. Viven solos en el campo y tienen mucho miedo. A veces llegan con crisis de ansiedad y ataques de pánico. Hay una sala especial Paea relajar a los niños que llegan así. Se ocupan dos trabajadoras sociales y una terapeuta ocupacional. Desgraciadamente, no tienen psicóloga. Tengo la piel de gallina y abrazo a Giuglia al marcharnos.

Subimos al campo. Están los payasos de Flying Seagulls, una ONG que distrae a los niños en una carpa que han montado en un terreno de R4R.

Entramos a The Jungle cerca del puesto de policía. Aún hay barro de la lluvia de hace dos días. La gente sacó la ropa a la lluvia para que se lavara. En Samos Volunteers sólo pueden lavar una vez cada 3 meses. Y  en el campo sólo pueden hacerlo en cubos.

La parte que da al puesto de policía está copada por africanos. Apenas se puede andar entre las tiendas. Es un espacio muy pequeño, mucho peor que Moria. Caminamos como podemos, resbalando en el barro húmedo. La gente nos saluda. Hay muchísimos varones, pocas mujeres.

Un hombre nos quiere enseñar su tienda, para que veamos que se la ha fabricado él mismo. Nos conduce entre tiendas y llegamos a la suya, construida con palos que ha sacado de la basura y plástico. Nos dice que no entra agua pero tiene que cerrarla bien para que no entren ratas. El interior está cubierto de cartones y trozos de tiendas de Acnur. Nos dice que tiene que forrarla más para el frío, pero que no tiene dinero.

Nos ha contado su historia. Es de Ghana. Dispararon a su padre y lo mataron y a él le hirieron en la cabeza. Nos muestra una gran cicatriz y un informe médico porque desde entonces tiene dolor de cabeza y vértigos. Ha dejado a sus hijos en Ghana.

Ha llegado otro chico de Sierra Leona con otra historia triste, como deben ser todas las historias de los miles de personas que aquí viven. Hablaba mejor inglés y nos ha contado que era futbolista y muy conocido en África. Pero la familia de su madre mató a su padre por la posesión de una tierra. Él, por ley, si no muere, está obligado a quedarse con esa tierra. Pero si va, lo matan. Ha tenido que esconder a su mujer e hijos, llevar a sus hermanos a Ghana para que no los maten y él ha tenido que escapar de África porque entre países africanos no hay visados y, al ser tan conocido, pueden encontrarle en cualquier país africano y matarle. Él no quiere esa tierra, sólo quiere vivir. Nos dice que ganaba dinero jugando al fútbol, que estaba bien en su pueblo pero

-Fíjate dónde estoy ahora, aquí no se puede vivir--nos señala la cabaña y la cama.

Solo come arroz, saca cosas de la basura y las vende, para enviar el dinero, los 90 euros, a su familia. No quiere la comida del campo. Es mala y, de todas formas,  no llega para todos. Así que cocinan arroz y nada más. Hemos visto las fotos de sus hijos. Son preciosos. La niña tiene casi 4 años y el niño, casi 2. Está en contacto con ellos por el teléfono.

Nos dicen que no les dan entrevistas para marcharse, que sólo se las dan a los sirios. Esto no debe ser verdad, pero es la idea que tienen.

Solo quieren marcharse de aquí, pero me temo que van a pasar años antes de que puedan salir. Están atrapados en la Isla. No hay vida para ellos.

Apenas puedo contener las lágrimas cuando nos despedirnos. Les doy las gracias por contarnos su historia. Nos marchamos del campo. Por hoy no quiero saber nada más. Se me rompe el corazón y me siento impotente. Estos seres humanos sin futuro te parten el alma




lunes, 4 de noviembre de 2019

Rabia e impotencia

Os he dicho que estaba diluviando. Y no para de llover.

Estando aquí no podemos ni dormir. Nos despertamos con angustia de pensar en cómo estará esa pobre gente.
Yo me despierto de noche viendo las caras de todos ellos y me horroriza pensar lo que están pasando. Hay una señora siria que hoy estaba helada. Con un vestido fino y no tenía otra cosa de abrigo. Está enferma y le estamos buscando un médico. Lo que pasa aquí es terrible.
No le he encontrado un abrigo de su talla. Es muy grande. Hemos mirado todas las tiendas. Es desesperante. Iba a acompañarla mañana al médico, porque tiene un problema de tiroides pero he mandado un mensaje a su marido. No podemos ir mañana. Tiene que ir con un abrigo. No puede pasar horas de cola bajo la lluvia y el frío con un vestido fino. Tengo que encontrarle algo. No puede salir así.


El Aita Mari no ha llegado hasta hoy a Lesvos. No sé si aquí llegará algo de lo que traen
Esta isla está muy perdida
Te llenas de rabia y pena.
A lo mejor mandan aquí algo de ese barco, pero es tarde. Ya hace frío. Y se tarda mucho. El Aita Mari ha llegado hoy a Lesvos con ropa y suministros. Y fijaros lo que ha tardado y que no quería el gobierno dejarle salir con la ayuda.
Hijos de puta, gobernantes de mierda, solo pensando en votos. Con esta gente muriendo de frío y hambre.

Y creo que por fin hemos entendido lo que piensan los refugiados de la ayuda. Vienes aquí un tiempo y vuelves a tu zona de confort. Pero ellos no pueden salir. Están enjaulados. Les importan una mierda las clases y los entretenimientos. Solo quieren irse. Y el trabajo de las pequeñas ONGs que les montan actividades deben parecerles ridículas. El palestino le ha preguntado a Luz dónde está ese lugar en el que podrían hablar y buscar soluciones.

Nunca les dijimos eso. Pero no quieren otra cosa. Irse de este lugar de mierda en el que malviven entre ratas y basura, con los niños enfermos de hambre y frío. Gente inocente, gente expulsada de su tierra. 

Y les damos entretenimientos. Y nos mandan a la mierda. Con toda la razón. 

La Cruz de las ONGs y los refugiados de Samos

Hoy habíamos quedado con el grupo de sirios y el palestino para acompañarles a las ONGs con el fin de que las conocieran y quizá se animaran a acudir a alguna, para entretenerse y aprender griego.

Tardaron en llegar. No teníamos nada claro que fueran a venir. Les hemos mandado un whatsapp y finalmente han venido varios sirios y el palestino. El sirio que nos tradujo en viernes no ha venido. Ya vimos que no tenía ningún interés.

Hemos ido con ellos a Armonia. Una de las voluntarias habla árabe y ha estado hablando con ellos. Parece que ya estuvieron por allí hace tiempo, pero no han vuelto. El palestino me ha puesto un mensaje en el traductor del teléfono:

- No quiero aprender inglés en Grecia. Quiero irme.

Mientras, el marido de la enfermera siria me pone en el traductor que ella está enferma, que tiene un problema de tiroides y que tienen que hacerle análisis todos los meses, pero que no se la han hecho desde que están, aquí, hace dos meses y medio. No podemos ir al hospital, no les reciben. No sabemos qué hacer. En Armonia nos dicen que vayamos a Med Equality.

Antes de marcharnos le pido a la mujer que mire en We are One, al menos para saber donde está. Le digo, con una traductora, que ella puede impartir talleres de salud en árabe para la gente que no habla inglés. A las voluntarias de We are One les parece genial, pero tiene que venir esta tarde o mañana para hablar con las organizadoras. La mujer no parece interesada en absoluto. Ni siquiera se ha asomado para echar un vistazo. Me indica que tiene frío y quiere irse.
Estamos bastante desconcertadas. Vemos que los refugiados no tienen ningún interés por las actividades que les mostramos, aunque pensamos que es la única forma que tienen de salir de un bucle de inactividad terrible.

Nos hemos ido a Med Equality para acompañar a la mujer. Allí nos dicen que tiene que ir mañana a las 7. Que si va a esa hora, la verán durante el día. No consigo que me den cita de otra manera, aunque ella no tiene abrigo y a esa hora se va a helar. Pero me dicen que todos tienen problemas y no pueden hacer excepciones. Su marido nos pide que les acompañemos y acordamos hacerlo.

La siria no tiene abrigo y está helada. Es una mujer muy grande. Fueron a R4R a buscarle algo pero no hay nada de su talla. Hemos estado mirando en las tiendas por si encontráramos algo para ella, pero todo nos parece pequeño.

Está lloviendo a cántaros. Yo no sé si van a poder ir mañana con tanta lluvia. Ella solo tiene un vestido fino. Si tiene que esperar en la calle, se va a empapar.

Qué desesperante es todo. Qué tendrá esta gente en la cabeza para no querer relacionarse con ninguna de las organizaciones. Ni para pasar el rato. Y la verdad es que éstas de Samos están muy bien coordinadas. Pero algo hay que no podemos saber. Algo pasa o simplemente están totalmente desanimados con todo. No sabemos. Nos lo preguntamos pero no tenemos idea de la realidad de esta gente. Solo, lo que vemos pero, ¿cuál será su forma de ver el mundo tras esas tiendas que hoy pueden inundarse?

Las ONGs de Samos. La Cara

El campo de Samos, Vathy, es mucho más pequeño que el de Lesvos. Sin embargo, hay más habitantes que refugiados. Samos ha duplicado su población en pocos meses y, lógicamente, es causa de conflicto.

The Jungle está en muy malas condiciones. Movement on The Ground trata de acondicionar el sitio. No puedo dar más detalles porque ha sido imposible encontrarnos con ellos. Refugees  for Refugees (R4R), suministra el material: tiendas, mantas, ropa de abrigo....a los recién llegados, prioritariamente  y a los demás cada tres meses, según el material que haya disponible. R4R están en Facebook.

Samos Volunteers ofrece un espacio para los hombres que están solos, muchos de ellos casi adolescentes. Dan clases de inglés, e incluso facilitan el examen de Cambridge para distintos grados. Tienen un espacio aislado para mujeres donde hacen yoga y pueden asistir a clase de inglés, pero la mayor parte de las personas que pululan por allí son varones. Siempre hay mucha gente y mucho ruido. Dan clase durante todo el día. SamosVolunteers.org es su página web.
Tienen una lavandería gratuita para los refugiados. Nos han contado que cada día les permiten entrar un rato al campo para dar los tickets de lavado para el día siguiente. La entrada en este campo está muy restringida y no a las ONGs registradas se les permite la entrada, excepto casos puntuales, como este.

Action for Education es una organización con distintas ramas: Banana Project, que tiene dos grandes bananos a la entrada, ofrece clases de inglés, alemán y pintura de 18 a 23 años. Tiene también algunas duchas.
Hay un aula separada del edifico donde a diferentes horas van mujeres y hombres a recibir clase de informática, básica y avanzada. A última hora se prestan los ordenadores para la gente que hace cursos online.

Armonia Project es otra rama de AxE que se ocupa de dar comida a enfermos, mujeres embarazadas y a personas con discapacidad que no pueden hacer la cola de comida del campamento.

La comida la preparan voluntarios de “la comunidad”, es decir, refugiados. Preparan comida para diabéticos y comida normal.

The Nest es una preciosa guardería de Armonia que cuida de los hijos de las personas que están en Banana, en Armonia o en We are One.
La información de estas organizaciones está en
indigovolunteers.org


We are One es un espacio exclusivo para mujeres, donde les dan algo de fruta y huevos. Allí pueden reunirse, recibir clases de yoga, inglés, o de cualquier materia de la que haya una voluntaria dispuesta a prestarla. Es un espacio muy bonito, como todos los anteriores, Para más información,
www.glocalroots.ch

Praksis es una escuela para niños de hasta 8 años, pero hemos visto que tiene poca capacidad. Es una escuela pequeñita.

Mazi es otra escuela para menores. No pudimos hablar con ellos, están muy ocupados, pero hay un enlace https://stillirisengo.org

Baobab es otra organización que cuenta, principalmente, con voluntarios de la comunidad, aunque hay profesoras europeas de idiomas. Tienen duchas y les dan toallas que lavan allí mismo. Mucha gente va a ducharse allí. Es otro espacio de encuentro. Se dan también unas doscientas cincuenta comidas diarias que se preparan allí mismo. Su página es https://www.swisscross.help

Stagona es un centro de juego para niños, pero están de prestado en un local de baobab y quizá tengan que marcharse, porque Baobab quiere poner clases de informática.


















viernes, 1 de noviembre de 2019

Samos, la prisión

Esta mañana hemos ido al campo de refugiados, a meternos en The Jungle y ver cómo están.

Mientras hacíamos unas fotos al campo desde la carretera se ha acercado un chico con la mano vendada preguntando si éramos periodistas. Le he dicho que sí. Nos dice que le han disparado anoche. La conversación ha sido dificultosa, con el Google translator. Nos dice que le ha disparado un griego ayer por la noche y señala hacia arriba de la carretera. Nos ha enseñado un informe del hospital, en griego, y una radiografía donde se ve un perdigón. Fue a la policía y le echaron sin hacerle ni caso, diciendo que se buscara un intérprete. Pero él no conoce a nadie. Le hemos dado el teléfono de los abogados y yo misma les he mandado un mensaje de whatsapp desde su teléfono, preguntando por Laura o Andrew.


  • Me está diciendo Luz ahora que teníamos que haberlo hecho de otra manera. Aunque Laura nos dijo que diéramos el teléfono y mandaran un mensaje, teníamos que habernos dejado de rollos y acompañarle a la oficina o lo que fuera, porque el chaval tenía cara de terror. Es sirio.


A la vez ha aparecido uno de los palestinos del parque. Hemos aprovechado para darle también el teléfono y que manden mensaje a los abogados. Pero daros prisa, les digo, porque Laura y Andrew se van en dos semanas.

Hemos subido a The Jungle. Las tiendas se extienden monte arriba. Tiendas pequeñas y unas cuadradas, en forma de cubo. Éstas están hechas con una estructura de madera cubierta de.plásticos.

Nos llama la atención un chico que está rastrillando la parte exterior de un cercado de alambre de espino que rodeaba unas cuantas tiendas. El cercado tiene una puerta sujeta con un pulpo elástico para mantenerla cerrada. Nos hacen pasar y nos enseñan las tiendas. Hay una amueblada con una mesita de madera y un jarrón de flores. Tiene un pequeño armario y alguna silla, con dos camas. Nos dicen que después del incendio, vino gente, griegos también, y les dieron algunos muebles.

Hay una ducha y un retrete que nos enseñan con orgullo. Lo ha hecho uno de ellos con una estructura de madera y recubrimiento de plástico. Se ve muy aseado. Fuera hay una parrilla y un tanque de agua.

Les damos la enhorabuena. Una delas casitas tiene una puerta hecha con el cabecero de una cama. Nos parece todo de lo más ingenioso. Con unos cuantos materiales se han construido un pueblito de cuatro casitas. El retrete y la ducha les permiten no tener que salir fuera por la noche, porque es peligroso.

Entre los habitantes de esa “familia” hay sirios, un palestino, iraquíes. La mujer es enfermera y querría ayudar en el hospital, pero no es posible y le digo que vaya a dar clase a We are One de temas sanitarios. El palestino es pintor, pero hay clases de dibujo en todas las organizaciones. Después de un buen rato de charla, hemos quedado en ir con ellos el lunes a We are One y a Armonia,, presentarles y que vean si pueden apuntarse a clase.

Mientras hablamos, escuchamos un altavoz. Nos dicen que es un recordatorio para las personas que tienen que ir a la entrevista.
El palestino tiene la cita para esa entrevista de solicitud de asilo en agosto de 2021.

Hemos salido del campo noqueadas de nuevo. Luz no ha podido contener las lágrimas. Anoche debió llover un poco y el terreno está resbaladizo. Es imposible vivir en estas condiciones. Tras el incendio hubo un traslado urgente de 700 personas, pero han llegado otras 400, por lo menos. Si llega el invierno, es posible que dejen de llegar barcos. Solo posible. Y que vayan trasladando gente al continente. Solo una probabilidad. En el continente las condiciones pueden ser hasta peores y nos dicen que la comida es muchísimo peor, pero no están cercados de agua y tienen una posibilidad de escapar por tierra. La única posibilidad real que tienen estos muchachos es poder entrar a otro país como ilegales. Es durísimo decir esto, pero así es.