sábado, 10 de enero de 2015

DIA 80 BUTANDING, EL TIBURÓN BALLENA. REGALO DE REYES

DIA 80

6/ENERO/2014 REGALO DE REYES: BUTANDING, EL TIBURÓN BALLENA

He puesto el despertador a las seis para desayunar y meter en la mochila plegable alguna toalla, crema protectora, etc.

Tomamos unos Banana Pancakes, que me encantan, con huevo a la plancha y tostadas. Estoy buscando desesperadamente las biodraminas, para tomarme una por si acaso, pero no tengo ni idea de dónde las he puesto. Y eso que las saqué a propósito y llevo cuatro cosas, pero ni idea.

Vamos andando al centro de visitantes. Van también una pareja de ingleses y dos holandesas, que se alojan en el mismo hotel. Antes de llegar al centro, nos aborda una señora para alquilarnos los equipos de snorkel y nos mete en una oficina y nos pone a rellenar papeles, pagar - no nos han clavado mucho, vamos a compartir el Padang con los antes mencionados, máximo seis personas por barco- y nos meten a ver una peli con instrucciones. No podemos tocar a los tiburones, tenemos que estar a tres metros de la cabeza y a cuatro de la cola, solo puede haber un barco por cada tiburón...un agobio!.

Esperamos un momento en el puerto tras probarnos las aletas, y enseguida salimos en un padang, que es un barco pequeño con flotadores a los lados hechos de palos. Visto desde lejos, parecen ir sobre el agua como esos insectos que llaman limpia-aguas, o algo así, pero la verdad es que son muy estables.

En el barco vamos seis guiris, la pareja de ingleses, las dos holandesas y nosotros. Hay una holandesa bastante graciosa que me recuerda a alguien, pero no daba con quién. Acabo de caer en la cuenta de que me recordaba a una enfermera de urgencias muy gamberra, de Cintruénigo, de cuyo nombre no soy capaz de acordarme. Hay un piloto, un vigía y un guía.

Estuvimos navegando bordeando la costa, estamos asombrados de ir tan cerca de tierra, siendo unos bichos tan grandes, pero empezamos a hacer círculos sobre una zona en concreto, hay otros tres barcos haciendo lo mismo. Pasaba más de una hora y empezábamos a desesperar. No todos los días se ven tiburones. Parece que las condiciones climáticas hoy son favorables,  porque el día está despejado y el mar en calma, pero no se sabe. Nosotros confiábamos en tener nuestro regalo de reyes en  forma de tiburón, pero Juanjo está convencido de que no vamos a ver nada y lleva repitiéndolo desee ayer.

El,primer regalo ha sido ver despejado el volcán Mayong, que está activo. Le vemos humear, con una forma cónica preciosa. Dicen que es el más perfecto del mundo en cuanto a forma. Es menos picudo que el Arenal de Costa Rica.

Nos cuentan que en determinadas condiciones de la marea, el plantón sube hacia la superficie y entonces es cuando se puede ver a los Butanding.

De repente, se ponen todos como tensos y dos barcos empezamos a echar una carrera en una misma dirección. El que llegue antes, se lo lleva. El otro barco iba con solo dos guiris, así que iba más rápido. El guía nos dijo que fuéramos preparándonos. Nos pusimos las mascaras, tubas y aletas, y nos sentamos en la borda a esperar que nos avisaran para saltar. Es bastante estresante. Estás tenso esperando la orden, el guía nos hace seña de esperar mientras mira al agua y de repente nos grita:

- Go, go!!

 Nos tiramos todos hacia el mismo lado. Había que nadar deprisa hacia la popa, evitando los flotadores. Juanjo se tiró por el lado contrario. El grupo fuimos nadando tras el guía. Una de las holandesas dice que cayó sobre la cabeza del tiburón, yo alcancé a ver una cola enorme con la punta superior muy larga. El tiburón pasó deprisa. Entonces llegó Juanjo diciendo

- ¿Qué ha pasado? ¿Alguien ha visto algo?

Subimos al barco quitándonos todo y volviéndonos a poner las aletas y demás. El guía dijo que nos preparáramos de nuevo. Navegamos un momento y enseguida volvió a gritarnos para saltar. Esa vez yo no vi nada, pero Juanjo vio la aleta, porque uno de los que se tiraron le dio un pescozón en el cuello para que mirar en dirección al bicho.

Subimos de nuevo al barco. El guía se enteró de que esta vez yo no había visto al tiburón y me hizo ponerme a su lado. La vez siguiente nos tiramos al agua juntos y de repente me grita

Mira su cabeza, mira su cabeza

Entonces miré hacia mi derecha y encontré delante de mi la enorme boca. Me dio como una opresión en el pecho de ver un animal tan grande delante de mi. Aunque sabía lo que iba a ver, te impresiona de verdad. Subimos un poco para no estorbarle, estábamos rozándole, aunque yo evité tocarle, pero creo que el guía sí lo hizo. Pasó el tiburón delante de nosotros, con sus doce metros de largo y tres de ancho y, al pasar la cola, me rozó suavemente la rodilla con la punta, una caricia suave y sedosa que parece imposible poder sentir.

Salimos dando gritos de alegría. Una holandesa y el inglés le han filmado la cabeza. Nos mandarán el video.

Volvimos a prepararnos y a saltar. Esta vez el tiburón pasó unos metros por debajo. Pasó entero debajo de mi, yo lo vi bien, pero la verdad es que el agua está bastante turbia. Ese se lo perdió Juanjo.

Nos tiramos una vez más. Juanjo vio el ultimo, pero yo no alcancé a verle. El guía nos pregunta si estamos contentos con eso y le dijimos que si. La verdad es que es agotador el rato, pero estamos como locos. El inglés nos dice que lleva muchos años buscándolo por distintos países y que nunca había conseguido verlo.

Volvimos hacia la costa, y devolvimos nuestros equipos. Nos han dado un certificado de Interacción con el Butanding, el tiburón ballena, el pez más grande del mundo, que hemos tenido la dicha de ver. Ha sido un regalo de reyes, de verdad, extraordinario. Juanjo comenta la pa que da ver un animal así, nadando suavemente, con su inmenso tamaño.


Volvimos caminando al hotel. Las holandesas se han ido, porque tienen un vuelo ahora a Palawang, creo. Nosotros nos vamos a darnos un baño tranquilamente en la playa y en la piscina, a relajarnos un rato, después de la hermosa experiencia. Tomamos una cerveza caliente -ajcooo-

He nadado un poco con las gafas de nadar. La playa, llena de cocoteros,  está bonita desde el agua, pero el agua está muy turbia. Nos han ofrecido buceo, pero ni locos, con esta agua tan revuelta después de las lluvias. Es el peor momento ahora para buceo en esta zona, porque las lluvias arrastran mucho lodo.

Hemos ido a comer, y el chico de la recepción ha venido a darme malas noticias. Resulta que no habíamos hecho muchos planes porque no sabíamos cuando íbamos a poder ver el tiburón ballena. No pensamos que íbamos a verlo tan pronto pero, ya que lo hemos conseguido, pensamos marcharnos mañana hacia Cebú, porque parece que hay ferrys nocturnos a diario. Le había pedido al recepcionista que me lo averiguara, porque no hay manera de que nadie nos de una explicación clara.

Ha llegado diciéndome que lo sentía mucho, pero que había un Ferry esta noche y otro mañana muy temprano, pero que mañana por la noche no había.  Hay que hacer un trayecto muy largo para cogerlo,my no da tiempo a pillar el de la mañana, y hoy no nos vamos ni locos, necesitamos descansar un poco...me quedo mirándolo inexpresiva, con sensación de vacío.

- Sorry ma'm - me dice el chico, compungido

Cuando llega Juanjo para comer, se lo cuento. Estamos algo desconcertados. Si no vamos a Cebu mañana, no nos va a dar tiempo a ver nada más. Hay más gente que está como nosotros. Una americana y un irlandés deciden irse esta tarde. Me llama la atención que a mediodía aún no se hayan ido, pero han calculado que llegarán a tiempo saliendo a las cuatro para alcanzar el Ferry de las seis.

Le he pedido al irlandés que me preste la Lonely Planet, a ver si nos aclaramos, pero no nos aclara gran cosa, la verdad, de como ir a Cebu. Después de comer me voy a echar una siesta. La pedazo de siesta que te cagas...hasta las cinco. Cuando me levanto, Juanjo no se lo puede creer. Ha entrado en la habitación, ido al baño...yo no me he enterado de nada.

Me voy a nadar un poco para despejarme y, al ponerse el sol, a ducharme y darme repelente, porque los mosquitos atacan, aunque no hay muchos, pero yo siempre me calzo picaduras a espuertas.

Juanjo no quería, pero he pedido un gin tonic y me han dado dos. He encontrado a la americana de nuevo

Qué haces aquí? No te habías ido?
Ha sido fallido
Qué ha pasado?
Que el Ferry estaba lleno y hemos tenido que darnos la vuelta

El Ferry que iba lleno es el primero que hay que coger. El que sale de Pilar hacia Masbafe, no el de Masbate a Cebu, me explica, porque yo estaba totalmente confundida. Me dice que van a salir mañana, aunque no haya barco hasta pasado

Al menos estaremos en Masbate y reservaremos el barco

Miro en la página de Trans-Asia los horarios, precios...pero no podemos pincharlos para reservar. Hay que ir a jugártela.

Le llevo un gin tonic a Juanjo y le cuento las últimas noticias. Valoramos la posibilidad de iros mañana, irnos en avión...pero el avión desde Legazpi a Cebu es muy caro y pasa por Manila. No hay vuelo directo. De aquí a Legazpi hay más de una hora, casi dos, y hay que esperar en Donsol a que salga una furgoneta que se llene... O pagar una pasta por un coche para dos..no es nada atractivo el plan. Estamos cambiando de opinión a cada rato, pero finalmente hemos decidido quedarnos aquí mañana a tocarnos las narices, y ya iremos pasado a Cebu como sea.

Hay un evento hoy en el hotel, y ha venido mucha gente a cenar, pero resulta que la mayoría son españoles. Ni idea de donde han salido.

Hemos cenado y nos hemos tomado un cocktail junto a la piscina. Luego nos hemos ido a dormir. A pesar de la siesta, caemos como leños




1 comentario:

  1. Pero todavía andáis por las antipodas, yo pensaba que este viaje emulando a‎ Phileas Fogg, estaba limitado a 80 días, pero ya veo que tenéis miedo a enfrentaros a nuestros colmillos, que sin duda son mas peligrosos que los del tiburón ballena. Supongo que el reportaje gráfico os durara hasta la jubilación. FELIZ AÑO 2015 desde este fresco rinconcito. Disfrutar x los demás.

    kissess varios.

    ResponderEliminar