sábado, 10 de enero de 2015

DIA 79 PACÁ PALLÁ

DIA 79

5/ENERO/2015. PACÁ PALLÁ

Ayer compramos un billete de avión para Legazpi. Hay dos formas de ir: en bus, unas diez u once horas, o en avión, una hora. Yo prefería ir en bus, por ver algo, pero finalmente hemos sacado avión. Juanjo está conmocionado por el tráfico y, cuando ya tenía a punto un billete para las once, me ha hecho volver a empezar para comprar el de casi la una, por si no llegábamos.

Hemos desayunado un poco después de las ocho. A las ocho en punto, Juanjo andaba nervioso diciendo qué pasa con el desayuno, y bajando las maletas a la recepción, porque vamos a llevarnos lo justo. Yo soy muy pelma con la puntualidad, pero no sé para qué tanta prisa.

Hemos tardado quince minutos en coger el taxi pero, a pesar del tráfico de esas horas hemos llegado en quince minutos al aeropuerto, pasado la seguridad de entrada y facturando antes de las nueve. He preguntado si podíamos cambiar el vuelo por el anterior, el de las once, porque hay tiempo para aburrir, pero me dicen que hay que pagar sobrecoste, así que lo dejamos como está.

Nos esperan unas cuantas horas en el aeropuerto. Las salas de de baraje están llenas de gente, en incómodos asientos de plástico. Yo he vagado un poco por las tiendas, pero no hay nada que ver, así que me senté en una de las sillas y me puse a escribir, que llevo un retraso que te cagas. Para más INRI, el avión se retrasa, así que hemos estado cuatro horitas de nada en el aeropuerto esperando. Le digo a Juanjo que para esa pepla habría sido mejor ir en bus,moro lo menos sería más cómodo, veríamos paisaje y al fin y al cabo vamos a llegar casi a la misma hora, porque hay buses temprano.

He visto entre otras cosas, en el aeropuerto, un puesto donde venden unas bolas de colores que se llaman Puto. Puto Banana, Puto lo que fuera. Pero he hecho una foto a unas que pone PUTO CHOCOLATE EH.

Llegando a Legazpi, pensamos sacar dinero en el cajero del aeropuerto y preguntar en la oficina de información, pero el aeropuerto es de chichinabo, no hay cajeros ni de coña y hay un chismín de información sin gente, donde se acerca un hombre a atizarnos folletos informativos sobre el Butanding, el tiburón ballena. Le pregunto algunas cosas y me contesta regular.

Otro lío es salir del aeropuerto. Te abordan varias personas intentando llevarte en su coche por distintas cifras. Una asiática nos propone alquilar una furgoneta para ir a Donso entre los cuatro, pero el precio es muy caro.

Finalmente un policía nos indica los triciclos. Montamos en uno y por poquísimo dinero llegamos a la terminal de las furgonetas que van a Donsol. Funcionan como en muchos sitios: cuando se llenan, sales. Esperamos un rato, comprando unos cacahuetes porque no hemos comido, con tanto trajín, nada mas que un sándwich en el aeropuerto.

En el trayecto pasamos por un paisaje de bosques de cocoteros y arrozales, cm algún cebú que vagaba por allí. Las cabañas son de madera, con una entradilla, como un porche, pequeñas. El paisaje es bonito, como todos los del Sudeste asiático, verde y con muchas cabañas que humean.

Tardamos mas de una hora en llegar a Donsol. Lo cierto es que únicamente para salir de Legazpi hemos tardado casi una hora. No es que sea grande, pero hay mucho trafico. La carretera a continuación tiene mucha curva. Al salir de la terminal he visto un cajero y he caído en la cuenta de que no hemos sacado pasta.

En Donsol, sin tregua, según bajamos de la furgoneta, nos estaban acosando para montar en un triciclo. Subimos a uno. Juanjo y yo íbamos en la cabina y una señora en la moto, detrás del conductor. Vamos hasta  un hotel que se llama Woodlands. Todo lo que hay aquí son Resort, mejores o peores, y a lo largo de la playa, lógicamente. Escogimos uno entre varias posibilidades, no de los caros. Parecía que estaba muy lejos, pero la verdad es que está bastante cerca del Centro de Visitantes.

Nos han dado una habitación en una cabaña. Las cabañas dan a un jardín, hay una piscina, y todo da a la playa, con cocoteros. La habitación es de lo más simple, con dos camas grandes, aire acondicionado y ventilador, pero no hace mucho calor. Nos han encendido el A/C pero lo hemos apagado un rato más tarde.  El baño es algo cutrecillo, y se sale el agua por alguna parte. He ido a recepción a decirlo, lo han limpiado y han puesto una alfombrilla para recoger el agua. Eso es todo.

Pregúntanos en la recepción por el centro de visitantes y las salidas a los tiburones y nos dicen que está ya cerrado, que van a llamar para hacernos una reserva y que solo se puede pagar en cash y que los cajeros están ya cerrados y que no abren hasta las ocho y que tenemos que estar en el centro a las siete y que el desayuno es desde las siete pero que podemos pedirlo antes y que en el hotel solo se puede pagar en cash, pero que podemos cargar las cosas a la habitación. Todo esto es a base de preguntar, porque motu proprio, no te dicen ni Mu.

Un chico de la recepción se ofrece a acompañarnos mañana al Centro, para avalarnos y pagar después, pero un rato más tarde nos cuenta que se ha enterado de que hay un cajero nuevo que está abierto, así que hemos comido un triciclo para ir a por pasta. Nos da 10.000 pesos, curiosamente, ya que hasta ahora sólo hemos conseguido sacar 5000 máximo, unos 90 euros pero la verdad es que, aunque no los hemos gastado aún, nos hace falta dinero, porque aquí las tarjetas de crédito no valen para nada. De camino de vuelta me da la impresión de que teníamos que haber sacado más, porque hay que pagar el barco para los dos, alquilar equipo de snorkel...tendremos que seguir cargando los gastos del bar a la habitación.

Hemos ido a cenar. La cerveza la ponen caliente. Asco. Unas botellas de San Miguel antiguas, pero metidas en agua para refrescarlas. Hay una pizarra con diversos platos y la contraseña del Wifi, que nos cuesta conectar. La contraseña es Butanding, y el usuario, el Resort de al lado, que no hemos pillado porque es caro, pero nos da la impresión de que todos los de alrededor son del mismo. Hay happy hour, pero no hemos tomado nada. Juanjo dice que no es el mejor sitio, pero yo opino que si este no es, o sé cuál va a ser, porque no vamos a ir a otro.




Nos hemos acostado enseguida. Aquí se hace de noche cerrada a las seis, empezando a ponerse el sol poco después de las cinco, pero los atardeceres en la zona ecuatorial son cortos. Hoy nos hemos perdido la puesta de sol, con el trajín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario