sábado, 22 de noviembre de 2014

DÍA 30 . AL PIE DE LAS TORRES

DÍA 30

16/NOVIEMBRE/2014. AL PIE DE LAS TORRES


Casi así se llama un bar de Granada que tenía un dueño muy loco: Al pie de la Torre. Ya no está el loco. Cambió a dueños más modernos y lo fastidiaron. El otro cocinaba muy bien, y las tapas eran estupendas.

Desde la habitación, desde la Recepción y desde todas partes, se ve perfectamente el macizo de las Torres. Hoy está más nublado. Me he despertado a las 8:15. Había escuchado un sonido de la puerta al cerrarse y un rato después miré el reloj y eran las 5:45, así que Juanjo se ha debido ir como a las 5:30 o así. Supongo que se ha despertado con la luz y ha salido disparado.

De todas formas, seria una heroicidad que llegara antes de las 2. Juanjo camina rápido, pero eso ya sería  demasiado.

Voy a ducharme, aprovechando que hay agua caliente. Veo que las americanas se han ido, lógicamente, pero que en una cama hay cosas. Aparece una japonesa con la que charlo un rato mientras me visto y guardo las cosas. Me cuenta que ha perdido sus tarjetas de crédito y que tiene que irse para resolverlo, aunque pensaba haberse quedado hoy también. Parece que conserva una de cajero, y va a intentar sacar dinero, pero tiene que llegar a Ushuaia porque se marcha en el crucero que va a la Antártica aunque, afortunadamente, eso lo tiene pagado, porque es muy caro. Le pregunto qué vale y me dice más de cuatro mil dólares por diez días de crucero. Le digo que de todas formas tiene que ser una experiencia alucinante. Nos veremos luego, porque se marcha en el transfer de las 2 a Puerto Natales. Ella ya ha desayunado, así que me voy yo a hacerlo, porque el desayuno es hasta las 9:30.

Ayer no hice foto a Las Torres desde aquí que están tan cerca, y les he sacado una desde el comedor, antes de que se tapen del todo. Espero que Juanjo pueda llegar antes de que la nube se meta totalmente porque si no, no va a ver nada.

Me llevo un té al edificio Norte, donde nos alojamos, que es el más antiguo y más próximo al macizo, y escribo los diarios de ayer y hoy. A eso de las doce, las Torres están totalmente tapadas. Espero que Juanjo haya estado ya allí. Lleva más de 6 horas andando. Debería estar incluso bajando.

Una chica de recepción viene a encender la chimenea diciendo que hace frío. Sí que lo hace. Esta noche, mucha cama armada y mucha gaita pero, aunque me puse un pijama abrigado, tenía frío con el edredón. En el hostal y en otros sitios que hemos estado ponen edredón y dos mantas, una doblada. Aquí, sábanas y edredón. Acabé durmiéndome, pero a punto estuve de ponerme el chaleco polar. Estaba más caliente ayer con el saco.

Ya tengo que ir calculando el tiempo porque a las dos en punto pasa el transfer, y debo comer algo antes, porque no es plan de sacar comida en el autobús, aunque no sé si voy a tener ganas.

Ahora mismo está sonando el viento muy fuerte. Menos mal que, al final, Juanjo ha decidido llevarse su forro polar, porque pensaba irse en camiseta y con el cortavientos. Aunque sude, podria pasar frío al amanecer y, en la montaña, nunca se sabe...espero que vuelva pronto.

Se está poniendo el día muy feo. La chica que ha encendida la chimenea me dice que el día de ayer fue algo excepcional, que no pasa nunca. Juanjo se quemó la cabeza. La manía que tiene este chico de no darse crema protectora es de preocupar. Hoy se la he dejado a mano. Supongo que se la habrá llevado, porque no la encuentro. 

Madre mía, vaya vendaval!. Me estoy preocupando un poco....
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A las 13:00 no puedo creer lo que estoy viendo: veo a Superman Juanjo entrando al refugio. Me dice que salió a las 6:00 y que a las 9 estaba en el mirador. Que el camino era bastante duro. Pero se ha quedado un rato, una media hora, arriba. Parece que la vista es bastante impresionante. Próximo a las Torres y, bajo ellas, un lago glaciar. Todo rodeado de murallones de roca. Lo que pasa es que la mejor vista debe ser al amanecer, viendo cómo las primeras luces del sol dan tonalidades a las rocas de 12 millones de años. De ahí lo interesante de quedarse a dormir en El Chileno, porque está próximo a la cumbre y, desde el refugio hasta el camino que lleva al mirador, hay una bajada suave. Lo complicado es llegar al mirador, porque no hay camino, sino un paso sobre rocas.

Comenta Juanjo que cuando él estaba llegando, había gente que bajaba. Sospecha que hay quien se queda a dormir en el mirador. Dice que no hay guardas ni nada. Que mucho rollo, pero que nadie pregunta dónde vas.

Se está nublando muchísimo. Tememos que los segovianos, después de darse la paliza, no vean nada.

Juanjo se ha comido los bocadillos. Dice que bajaba rápido pensando en tomarse una cerveza, y que le costaba mucho trabajo la idea de quedarse esperando hasta las 7:30. Eso le ha motivado -la cerveza- para bajar antes.

Fuimos a la parada del bus y tuvimos que esperar un rato. Sopla el viento. Unos chicos están sentados en la hierba. Juanjo me dice que está pensando en hacer lo mismo

Ya, pero piensa que luego tienes que levantarte - le digo
Eso es verdad

Le indico una roca elevada que vale para asiento, pero enseguida aparece una buseta, no el autobús desvencijado del otro día. Monta la japonesa, alguna gente más, nosotros, y el grupo de chicos que estaban en la hierba,maque van desplegando los asientos centrales según se montan, para asombro por el aprovechamiento de espacio, de una pareja de españoles que van a nuestro lado y que nos dicen que no han podido subir al mirador, que hacia mucho viento, les ha dado miedo y se han dado la vuelta.

Los chicos tienen una juerga que no veas. Como estábamos todos atrapados, empieza uno a decir:

- Vamos a obsequiarles con una canción...que ha compuesto Germán
 
Se quedaban dos de pie. El conductor se asomaba con cara de guasa. Decían los chicos:

O entran esos dos, o nos bajamos todos

- Jesús, convierte una mochila en silla

Uno se vuelve y nos aclara lo que ya imaginábamos, y que nos tenía muertos de risa

- Es que ese se llama Jesús, y por eso andamos todo el tiempo molestándole. Pero ha estado muy bien, porque hemos hecho el circuito y no nos ha faltado agua, ni comida, ni vino....como venia Jesús...

Eso del vino si que no te lo creo - le decía Juanjo. Porque es imposible hacer trekking cargando con vino

Por si alguien no lo pilla, es que en Sudamérica a nadie le ponen Jesús de nombre. Les parece rarísimo. Como si te pusieran  Dios de nombre. De ahí la juerga.

Llegamos a Laguna Amarga y subimos al bus María José, para volver a Puerto Natales, donde llegamos unas dos horas más tarde. Me fijo que la suave pradera de Torres vuelve. Convertirse en estepa, con matojos amarillentos, guanacos, ovejas y, más adelante, vacas. Volvemos a pasar por el Lago Sarmiento, siempre por la RUTA DEL FIN DEL MUNDO. Que muy asumido lo tienen.

Al llegar a Puerto Natales vemos la escultura del Milodón. Es un animal prehistórico, cuyo único ejemplar conocido se encontró en una cueva de una isla próxima a Puerto Natales. Hay una excursión, que no hemos hecho, para visitar la cueva. El Milodón es el símbolo de Puerto Natales. Al verlo, caigo en la cuenta de un símbolo que he visto en los indicadores de las calles, que es la silueta del animal simplificada. Su aspecto es exactamente el de un oso, pero con cola como la de los dinosaurios. Y una altura de unos 3 metros, si la escultura que vemos es a tamaño real.

En cuanto bajamos del autobús se cumplió la predicción de Juanjo de que la bota derecha me llegaría hasta Puerto Natales. Efectivamente, al bajar dl autobús se me desprendió la suela como la otra. O sea, que mañana hay que ir a un zapatero. Se lo enseño a Juan al llegar y me insiste en que antes le haga una foto. Eso hice y la envié por whats app.

Hemos ido a comprar algo para cenar en el supermercado, incluyendo la cerveza anhelada por Juanjo. Le he dicho que le toca elegir la cena, ya que ha hecho tanto esfuerzo que mire qué le apetece. Está harto de bocatas. Empanado, le llamo yo, que ya llevo varios días "empanada" y me he dedicado a tomar el embutido con galletas de soda Light. Por eso compramos carne, champiñones y patatas, para hacernos un plato decente.

No vemos más gente que una pareja israelita en el hostal, aunque Juan nos ha dicho que está lleno. Están la pareja de franceses, ella japonesa, pero los vemos pasar de milagro.

Como es lógico, nos hemos ido a dormir nada más cenar. Debemos ir mañana pronto a dejar ropa en la lavandería, para facturar las maletas en el barco.

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