miércoles, 19 de octubre de 2016

GALÁPAGOS

13/10/2016 GALÁPAGOS

Bueeeeenoooo, llegó el día tan esperado de ir a la joya de este viaje, a las Islas Galápagos. Estoy en el avión y aún me parece increíble poder llegar a un sitio tan remoto y único en el mundo.

Nos guardan en el hotel parte del equipaje. Una maleta y la caja de los sombreros. Vamos temprano al aeropuerto porque hay que hacer unos trámites para ir a Galápagos.

Hemos pasado por el Control Ambiental, donde nos han pasado la maleta y bolsas de mano por un scanner y nos han preguntado si llevamos semillas, comida, etc. He dicho que llevaba algo de chocolate, pero no importa.

Luego hemos pagado las tasas de aeropuerto. Otra condición para las islas. 20 $ cada uno y ya, por fin, hemos hecho el check in y obtenido las tarjetas de embarque.

Como hemos llegado pronto, hemos esperado un rato una vez pasados todos los controles de seguridad. Resulta que Juanjo se ha guardado en la bolsa donde lleva la cámara una botella pequeña de agua que yo había utilizado esta mañana y se le ha volcado parte en la bolsa. Así que cogió una toalla del hotel para secar todo y luego ha estado peregrinando al baño con todos los componentes para secarlos en el secamanos  de aire.

Despegamos de Guayaquil. Alcanzamos a ver los ríos y parte de la ciudad, pero se ha nublado enseguida. Nos han dado un Sandwich y una bebida y yo he estado poniendo el diario al día. Nos han fumigado para no meter insectos en las islas.

Aterrizamos en la isla de Baltra, donde está el aeropuerto. Han sacado las maletas del avión y hemos esperado a que el perro de la policia pasara por encima de todas y cada una de las maletas. Es curiosísimo ver trabajar a los perros policía. Y la verdad es, como le digo a Juanjo, que no se ha inventado nada mejor.

Nos montamos en un autobús que nos deja en el cruce entre islas, que es un canal estrecho, en el caso de Baltra y Santa Cruz. Baltra es una isla sin vegetación apenas, en la que vemos cactus y piedra volcánica, lo que en Canarias llaman picón. El aeropuerto es ecológico. Para entrar desde el avión, pasamos por un pasillo techado de placas solares. He visto algunos molinos de viento antes de aterrizar. A todo esto, hemos tenido un aterrizaje frustrado a causa del viento, nos han dicho. Al bajar nos damos cuenta de que realmente era fuerte: nos costaba andar.

Bien, pues llegamos al pequeño embarcadero y montamos en un barco para cruzar el canal. Hemos visto muchos pájaros, una garza...

El cruce del canal dura pocos minutos. A continuación nos montamos en un autobús que va a Puerto Ayora. En ese punto esperan autobuses de tours, taxis, etc, pero subimos al bus general, que es más pequeño que uno normal, y más grande que una "chiva", con asientos centrales plegables. Van residentes de la isla y algunos turistas, pocos. Nosotros vamos en los asientos plegables

Pasamos por un paisaje que cambia radicalmente. Subimos unas colinas plagadas de vegetación, donde vemos los cráteres gemelos a ambos lados de la carretera. Juanjo, al ser más alto, ha visto tortugas a los lados de la carretera. Yo no he alcanzado a verlas.

Bajamos en la última parada del bus y vamos andando al hotel que hemos reservado. Estrella de Mar, se llama. Puerto Ayora es pequeño, y se recorre en un paseo. El hotel está al borde del mar. Es sencillo, pero tenemos una habitación que hace esquina, con grandes ventanales desde donde vemos la bahía y donde el viento atiza de lo lindo.

Hemos ido a comer a uno de los sitios que pone en la guía. Es un italiano, pero hemos comido muy bien y tienen pescado -albacora-  aunque nos damos cuenta de que comer en la isla nos va a salir caro.

Caminando hacia la Estación Darwin, hemos pasado por el puerto pesquero, muy pequeño, pero donde están trayendo albacoras y montones de langostas. Se ven fragatas volando con sus buches rojos, y en el puerto hay muchos pelícanos intentando robar el pescado que traen en cajas.

Después nos hemos acercado a la Estación Darwin, que está a un corto paseo. Hemos entrado en el Centro de Interpretación y hemos visto cercados donde crían tortugas, iguanas...las tortugas estiran el cuello muchisimo. Hemos visto que en las islas hay muchas especies de tortugas, de distintos tamaños. Las que vemos en Darwin son de cuello muy largo, aunque luego vemos un grupo de caparazones mayores, pero están agachadas y, excepto una, que saca un poco la cabeza, no vemos si tienen el cuello igual. Hay una iguana de colores amarillos y verdes solitaria en un cercado. No se mueve en absoluto.
Recorriendo caminos nos encontramos con pequeñas iguanas de color oscuro. En una playa hay un aviso que dice que cuidado con las iguanas, que están anidando. En el camino vemos a una iguana que se mete dentro de una especie de nido hecho dentro de una cueva de ramas. Supongo que será eso a lo que se refieren.

Hemos visto a una chica con el uniforme de la Fundación, que lleva con cuidado una caja de cartón agujereada. Nos dice que es un pequeño petrel al que va soltar en un barranco algo alejado.

Hay un sendero que pasa por un manglar. Entró por él y salí a avisar a Juanjo, que no quería pasar, no sé por qué. El sendero acababa en una ensenada de mangle con un muelle para barcas. Allí había varios montones de iguanas pequeñas apelotonadas, como dándose calor. Algunas deshicieron el nudo y pasaron a otros grupos o bajaron hacia el agua.

En un pequeño muelle de Puerto Ayora hay una colonia de lobos marinos, que siempre están en la misma postura. Hay unos de color claros y otros oscuros. Huelen fatal, pero no se mueven.

Por la noche, Juanjo dijo que escuchaba un sonido como de una foca. No alcanzamos a ver nada, ya estaba oscuro, pero por la mañana vimos cómo un lobo marino se subía a una barca solitaria y se ponía en la proa en plan Capitán, como vigilando si veía tierra. Un lobo marino de todas, todas.

Hemos pasado por un club de buceo, Academy Bay, a quienes había mandado varios Correos y quedamos en pasar esta tarde. En principio, yo tenía pensado ir a bucear a Gordon's Rock, pero ese sitio tiene varios problemas: el trayecto puede ser muy movidito y nos dicen que hay bastante corriente. Como llevamos tiempo sin bucear, aparte de una inmersión de recuerdo que hicimos en La Herradura, nos dicen que es mejor que vayamos a la isla Seymour, que es una inmersión más tranquila y también se pueden ver tiburones martillo.

Así que iremos el sábado, si no hay inconveniente.

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