sábado, 14 de febrero de 2015

DIA 112 RUTAS POR KATHMANDÚ

DIA 112

7/FEBRERO/2015 RUTAS POR KATMANDÚ

Vamos a dedicar el día a recorrer Katmandú con tranquilidad. Aunque el primer día recorrimos varias calles y plazas, hoy vamos a hacer unas rutas marcadas en La Biblia, una que va de Thames a Durbar y otra hacia      el sur.

No voy a describirlas porque contienen montones de templos-pagoda, Stupas, ventanas talladas, patios..vemos parejas y grupitos de guiris todos biblia en mano, siguiendo las mismas rutas que describe El Listo, como dice Juanjo, aunque observamos que se ha dejado sin describir varios templos y edificios bonitos.

Los Bahal son patios vecinales, a veces bastante grandes. Suelen contener un templo, que puede ser muy sencillo o una verdadera joya. Muchas veces tienen un pozo, o algún medio de obtener agua. Los estanques suelen estar fuera, en plazas. Allí van a coger agua en bidones, incluso a lavarse. Están muy por debajo del nivel del suelo, se baja por escaleras, y a veces están tallados. El agua sale a través de unos surtidores que siempre tienen tallada una figura. En muchos casos es la boca del cocodrilo sagrado. No hay grifos: el agua sale constantemente, pero los chorros no son muy abundantes, así que a veces las colas para recoger agua son largas. Supongo que son centros de reunión, como antiguamente las fuentes en España y en todas partes.

Tenemos suerte, porque hoy es sábado, el día de fiesta, así que hay menos tráfico y podemos caminar con cierta tranquilidad. Este recorrido sería imposible hacerlo entre semana, porque apenas se podría caminar por la calle. En esos días, con evitar que te atropellen o hacerte un esguince en un bache de la calle, ya tienes bastante. Hoy podemos verlo todo tranquilos, ver las tallas de las ventanas desde la otra acera, y contemplarlas a gusto.

La cantidad de polvo que acumula esta ciudad es impresionante. Los edificios con sus ventanas enrejadas de madera, sus vigas-tirantes hacia los tejados y puertas talladas son preciosos, pero el polvo se los come. Pienso que en los tiempos esplendorosos, con los edificios nuevecitos y las maderas limpias y jugosas, la ciudad en si debía ser una joya. Lo cierto es que aún lo es, a pesar del polvo.

Hemos visto la plaza Asan Tole, desde donde se iniciaban las caravanas al Tíbet. Hay unos templos importantes y suponemos que habría un Caravanserai,. Siempre nos dan buen rollo los Caravanserai. La palabra es bonita, pero el lugar de reunión de las caravanas, el jaleo que habría de comercio, de vendedores, de gente que llega cansada buscando albergue y de la gente emocionada por partir, todo eso imaginas en un Caravanserai. En el caso de esta plaza, hay que aislarse un momento e imaginar cómo pudo ser. El templo central, no muy grande, debía recoger la ofrendas de quienes partían para tener un viaje seguro, y de quienes llegaban ilesos como agradecimiento.

Los templos que vemos en los Bahal, plazas y calles son predominantemente pagodas, pero hay un par de Stupas: una de ellas es una réplica de la de Swayambunath. Alrededor de las Stupas suele haber varias Chaityas, que son Stupas pequeñas. Donde hay Stupas, hay a veces un molinillo de oración grande metido en un cuarto adyacente. A veces también están rodeadas de molinillos de oración. Hemos visto cerda de Asian Tole, un templo híbrido, medio budista, medio hindú, Seto Macchendranath,  en el que hay un letrero que dice que son bien recibidas las personas de todas las religiones. Tras él, hay una plaza de alfareros y hombres que portan una especie de instrumentos musicales con una cuerda de algodón. Creo que pretenden vendernos uno.

El recorrido nos lleva toda la mañana, hasta cerca de las tres. Hemos entrado a comer a un Momo-Hut, como lo lees, que tiene unos  16 tipos de momo, incluidos dulces. Hemos pedido un variado de dulces y salados. Muy ricos los de cordero. Los dulces son de manzana, plátano y chocolate con cacahuetes.

Volvimos a descansar un poco al hotel y a preparar cosas para mañana, que nos marchamos de Asia y tenemos un viaje largo, muy largo.

Juanjo quería probar un restaurante de Thames que le ha llamado la atención, pero hemos comido tarde y no me apetece. En su lugar, hemos bajado a cenar al hotel, que no cierran hasta las 10 y podemos tomarnos un platito de momos ligero.

Ayer llegó un grupo de chinos al hotel. Cuatro chinos regateando duro. Hoy le hemos preguntado al dueño porque la negociación parecía dura. Nos dice que quieren un coche grande a precio pequeño y que los chinos son muy escandalosos y hacen mucho ruido. Esa impresión tenemos también nosotros. Le decimos que los españoles también somos muy de armar jaleo pero dice que no, que con los españoles bien, pero que los chinos son una pesadilla


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