Hemos dormido regular, como es lógico, por el cambio de horario. Pero Juanjo ja conseguido abrir el condado. Según debido quedar holgado uno de los números. Vaya birria estos candados: el anterior me duró dos vuelos y este uno.
Han venido temprano.a recoger la maleta, así que ya tenemos un bulto menos. Nos vestimos para lluvia. Parece que va astar lloviendo gran parte del día, pero de momento hace sol.
Abajo nos dan un desayuno guapo, con frutas, huevos , pan y memelda. Chocolate, té y café. He tomado té y probado chocolate con agua. Está rico. Ecuador es uno de les países chocolateros.
Hoy vamos de iglesias. Vivimos al ladito de San Francisco, así que hemos empezado por ahí. Hasta las 9 no abren la boletería para visitar el museo, así que hemos ido a la Iglesia, donde están en plena ceremonia. Iba a decir Misa, pero no estoy muy segura. La iglesia es barroca, con un altar exageradamente decorado. Es viernes, y está abarrotada de gente. Fuimos a ver las capillas del fondo y observé que mucha gente estaba apoyando botellas de agua de todos los tamaños sobre la balaustrada del altar. Supongo que será para que la bendigan. Efectivamente, el cura ha empezado con bendiciones. Primero ha bendecido a los enfermos, y muchos han levantado la mano. Luego ha anunciado la bendición de las reliquias, y la gente ha sacado las medallas del cuello y levantado estampitas. Finalmente, ha anunciado la bendición del agua para derramarla sobre quienes lo necesiten y la gente ha levantado las botellas, El cura informa que otro día bendecirán las mascotas.
Hemos ido a visitar el claustro y museo. Vimos muchas piezas de la escuela quiteña, que tienen mejillas sonrosadas, son bajitos, tipo indígena. Una pieza muy curiosa está en un paso procesional, donde hay un San Pedro cuya cabeza está hecha con el cráneo de una niña y conserva los dientes.
Visitamos el coro, que tiene una sillería interesante y un par de órganos. Desde allí vemos el altar con más detenimiento. Observo que hay muchos espejos entre los dorados, para darle más brillo. Igual en las capillas de la derecha. La Iglesia resplandece y sigue en ceremonia y abarrotada. Estamos haciendo la visita con dos italianas. Comentamos por lo bajinis lo recargado de la Iglesia, que nos tiene estupefactos.
Hemos hecho unas fotos en el claustro, porque dentro no dejan. Hay pajareras, y es muy agradable, con muchas plantas, palmeras, etc. Muy blanco. Los monjes siguen habitándolo.
Anécdota: la guía ha hablado del Papa Carlos V de España
Hemos continuado hacia la Compañía de Jesús, que debe ser la Iglesia más espectacular de Ecuador. La visita también es guiada. La Iglesia está literalmente forrada de pan de oro. Es barroca, pero tiene algunas capillas churriguerescas, por si no había bastante jaleo decorativo ya.
Nos cuentan que las bases están hechas de Andenita, una piedra de los Andes, y que las cúpulas son de piedra pómez, para que pesen menos. Una capilla se incendió durante una restauración. Quedan vestigios, pero está reparado. La guía nos dice que la hicieron tan cargada de oro y columnas salomónicas para mayor gloria de Dios, pero nosotros pensamos que la hicieron para mayor gloria de los Jesuitas, como muestra de poderío.
Hay un cuadro bastante curioso que muestra en infierno con pecados detallados, como el de ser Registrador de la Propiedad, o Bailarina. Nos dicen que fue bastante polémico cuando fue pintado por un monje. Los murmuradores también iréis al infierno, por cotillas. Que lo sepáis.
Anécdota: la guía nos ha pedido que escribiéramos en el libro de comentarios y nos ha ofrecido un Esfero. Se ha quedado perpleja por nuestra cara de pasmo y finalmente hemos adivinado que era un boli.
Hemos seguido la ruta de las Iglesias, pero la Merced está cerrada. Un prenda nos ha casi recriminado ser turistas, tener poco respeto, y nos ha comunicado que España está siendo castigada por admitir el comunismo. Me he dado la vuelta por no atizarle. Un gilipollas, vamos.
Hemos entrado en La Catedral pero, la verdad, es que una vez vistas San Francisco y La Compañía, las demás parecen sosas y oscuras. Santo Domingo debe ser chula, pero está cerrada por algún problema. En La catedral está enterrado Sucre, el héroe de tantas batallas contra los pañoles, como la de Ayacucho, y Montúfar, cuya loa en la lápida era: Sedicioso, Revolucionario y Rebelde.
Fuera de la catedral, en la escalinata, una banda de música está tocando música ecuatoriana y tienen gran éxito de público. El ambiente es agradable, aún no ha empezado a llover.
La lluvia empieza como a las doce, como en muchos sitios, y ya no ha parado.
Hemos comido a mediodía en un establecimiento de menús por 5 dólares. Para mediodía está correcto. Luego hemos estado dando vueltas cuesta arriba y cuesta abajo y viendo cómo se acercaban las nubes negras y nos empapaban.
La ciudad tiene un enclave precioso, en medio de un montón de cerros. En uno de ellos, el panecillo, hay una Virgen alada que corresponde a la del Apocalipsis, con el dragón debajo. A otro de los montes se va en teleférico. Iremos mañana.
Por la calle venden mucha fruta y hay montones de puestos de empanadas, humitas, tamales, etc. Todo apetecible. Venden mucho helado, pero me dan bastante mal rollo unas bandejas con merengue rosa y blanco en montañitas con un cucurucho encima. Tampoco parecen apetecibles las tartas, como merengosas y con mantequillas; pringosas, parecen.
Hemos caminado bajo la lluvia y pasado por la Ronda, que es una calle que la han reconvertido para artesanías. Había una barbería chulisima, pero sólo era decorado. Por la calle hay letreros que cuentan historietas de las casas, como el Murcielagario, una casa en cuyo sótano se juntaban los bohemios para beber y correrse una juerga. O Taita Pendejadas, un señor mayor, al que se le fue la olla y empezó a vender todo lo que tenía, las cosas más absurdas, pero se las compraban.
Uy!, que se me olvida que antes de comer hemos visitado el Museo Alabado, de cultura indígena. Muy bonito, en una casa colonial. Justo cuando salíamos ha empezado la lluvia. La vendedora de los tickets me dice que ya ha empezado a llover, mientras me pongo el impermeable. Le pregunto si eso quiere decir que ya no va a parar, pero me dice que bueno, que lo mismo despeja, pero que han tenido una temporada de clima raro, con gripes, y que cuando cambia el tiempo a veces hay temblores de tierra, y que uno de los volcanes ha estado activo estos meses atrás, pero que ya ha parado, y que él Cotopaxi también estuvo con movimientos, pero parece que ahora no, y que les informan de la situación de los volcanes constantemente, para estar pendientes.
Las casas tienen unos patios preciosos, tipo andaluz. Las fachadas son renacentistas, pero los patios son chulos de verdad y nos asomamos a todos los que vemos. la del Museo Alabado es preciosa.
Yo me he cansado de andar tanto y tan incómodamente, así que al final de la tarde hemos ido a descansar un rato, porque con tanta lluvia ha refrescado, y tengo frío y estoy mojada por varios sitios, a pesar del impermeable. Me he dado una ducha caliente y tumbado un rato en la cama.
Hemos ido a cenar a la Plaza Chica, pero ha sido algo catastrófico. No había de casi nada de lo que ponía en la carta, y nos han traído un hamburguesón inmenso, con mogollón de cosas de acompañamiento que no hemos podido terminar.
Hemos vuelto a dormir. Estoy reventada de tanta caminata y tanta lluvia. Intenté escribir un poco, pero apenas pude.
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