ECUADOR
29/09/2016 MADRID-QUITO
Ha sido un viaje bastante plasta, la verdad. He ido a recoger a Juanjo a las 7:30 y después fuimos a dejar el coche en el garaje. Llevamos nuestras 3 maletas (2 pequeñas de Juanjo y una mediana mía) y un maletón que nos ha dado un compañero de Juanjo para la familia ecuatoriana de su mujer.
Montamos en el autobús para el aeropuerto, que normalmente llega enseguida, pero ha habido un accidente en la N 2 y hemos tardado más de hora y media en llegar.
En Iberia, además, los mostradores iban a menos de la mitad de personal y sólo atendían 3 personas cada vez.
Después hemos tardado en el paso de seguridad. Yo he tenido que salir para sacar el iPad, para que vaya en bandeja aparte. Eso es una novedad. Juanjo también ha tenido que abrir su maleta porque llevaba dispersos los frasquitos de líquidos.
Embarcamos, y nuestro sitio lo había ocupado un chico ecuatoriano muy tocho. Pero se ha ido al suyo. Fue un error.
El vuelo ha durado unas doce horas, bastante pesado. Pero al llegar, hemos pasado el control de pasaportes en un vuelo y las maletas han salido enseguida. Llegamos a Quito en taxi, bajo un diluvio tremendo. Las carreteras son buenísimas, pero había algo de atasco.
La calle del hotel Portal de Cantuña es de una sola dirección y hemos tenido que andar unos metros. Lo justo para empaparnos. El hotel está dentro de un callejón y es una casa tradicional, con un patio interior acristalado, muy bonito, con muchos sofás y mesas de juego. El techo de cristal está adornado con flores de forja. Abajo hay muchas plantas. Hay dos pisos de habitaciones, todas distintas, bien decoradas. Nos ha recibido Cayetano, un chico altísimo, que nos ha prestado su teléfono para hablar con los destinatarios de la maleta. Vendrán mañana a por ella.
Mi maleta no se abre. He comprado un candado para avión, que conprobé que funcionaba, pero no hay tu tía. No sabemos si se habrá descojonao con algún golpe, pero no se abre. Yo llevo en ella la ropa de abrigo. Sólo tengo un impermeable fuera y, con la lluvia, parece que va a hacer frío. Estoy preocupada por ver cómo abriremos la maleta.
Hemos salido a cenar algo. He tomado una humita de queso, que sólo se toman en América y me encantan. Es una masa hecha con maíz que se cuece dentro de una panocha. Hemos probado cerveza, pero creo que voy a prescindir de ella.
Los establecimientos de comidas cierran muy pronto. Muchos a las seis. Hay que estar al loro.
Nos acostamos bastante cansados, por el viaje y el cambio de hora. La ciudad parece preciosa y el enclave, una chulada, pero la veremos mañana, Hoy estamos rotos
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