6/10/2016 EL PUNTO MÁS CERCANO AL SOL Y TRUEQUES
Nos hemos levantado antes de lo normal, incluso, para ir al mercado de Guamote, que es un mercado indígena y, según llevamos el viaje, va a ser el único que podamos ver, por coincidencia de fechas.
Santiago nos ha preparado un desayuno muy rico. Luego, taxi hasta la terminal y bus a Guamote. Hoy, al ser día de mercado, hay muchos autobuses para allá. A veces montan animales en los buses, pero en el que vamos nosotros sólo llevan telas y cosas así.
Bajamos del bus a la entrada del pueblo y subimos andando hasta el mercado. Las calles están llenas de gente con sus coloridas vestimentas. Las mujeres llevan una cantidad de ropa encima inenarrable, enaguas incluidas, con medias y faldas de lana, capas rojas, jerséis, blusas....la tira, además del sombrerito de fieltro. Las faldas llevan unos bordes muy vistosos, con bordados de colores. La verdad es que es un espectáculo precioso ver junta a tanta gente vestida de colores llamativos.
En este mercado, aunque funciona el dinero normalmente, se da también el trueque. Se vende absolutamente de todo lo que se te pueda pasar por la cabeza, reunido en calles por gremios. Es decir, que hay calles donde predominan los sombreros, en otras las telas, en otra las hierbas y sahumerios, etc.
Venden de tanto en tanto cerditos negros y alguno blanco, gallos...he visto un coche que llevaba el maletero abierto lleno de gallinas. También venden ovejas muy lanudas. Tienen flequillo, como las de Nueva Zelanda.
Hay mucha venta de joyas de oro, colgadas en paraguas rojos con trípode y las mujeres llevan collares de muchas sartas de cuentas pequeñitas de oro.
No les hace gracia que les hagamos fotos. A Juanjo le han echado alguna bronca, aunque es muy discreto para eso y saca a casi todo el mundo de espaldas y se corta bastante de hacer fotos en estos casos.
Hace un tiempo de lo más variable, pero yo he acabado en manga corta y me he achicharrado y quemado la piel, aunque está nublado la mayor parte del tiempo.
Un señor mayor me ha preguntado en quechua mi nombre y me ha dicho el suyo. He repetido la pregunta y me ha dicho que lo he dicho bien. Pero ni idea de cómo se escribe. Suena como Imashuti gangi.
Los letreros de Paso Peatonal están traducidos al Quechua: Ayllukuna yallina ñan. La gente de desparrama por la línea férrea, como nos ha indicado una señora. Sigo, como siempre, asombrada por lo bien que se habla en Sudamérica. Nosotros diríamos vías y punto.
Hemos pasado un par de horas visitando el mercado y por fin hemos vuelto a buscar un bus para ir a otro sitio. He preguntado antes en la oficina de turismo porque tenía alguna duda.
Cogimos el bus que va a Riobamba y nos bajamos en Colta, donde está la Iglesia de la Balbanera y la laguna desde la que Mayka dice que se ve muy bien él Chimborazo, pero hoy no es el caso, porque las nubes no se van.
Visitamos primero la Iglesia, que es la primera que se construyó en Ecuador. Es muy sencilla, con una fachada de piedra tallada. Hay un cartel que dice que la construyó Belalcázar, que era muy devoto de la Virgen de Balbanera, en conmemoración de que los incas les iban a dar para el pelo, rezó a la Virgen para pedirle la Victoria, y se le incendió la munición, con gran estruendo que hizo huir a los indígenas.
Luego fuimos a echar un vistazo a la laguna, alrededor de la cual han hecho un parque bastante majo, pero nos han cobrado la entrada. Hay grandes masas de totora, entre las que circulan barcos turísticos. La laguna es muy grande, aunque la totora ocupa la mayor parte del espacio.
Bajamos andando hasta el pueblo de Colta, donde se suponía que hay unas ruinas de la época de la colonización. Lo que vimos fue un cartel que explicaba que Diego de Almagro fundó allí la primera ciudad de Quito, aunque luego la trasladaron hasta su ubicación actual a causa de un terremoto.
No nos saben indicar dónde están las ruinas, que tampoco deben ser gran cosa, y renunciamos. Paramos el primer autobús que vimos -los buses te paran y te dejan en cualquier parte- y seguimos hasta Riobamba. Juanjo tuvo un ataque de inspiración, porque el bus que cogimos era el Quito-Riobamba y nos dejó en la terminal en la que llegamos (hay una interparroquial y ésta, para trayectos largos- y fuimos a ver los horarios para ir a Cuenca mañana, aunque pensamos que salen a cada rato y que el viaje dura 4 horas y que saldrán multitud de compañías. Pues no. Sólo sale Patria, tiene pocas horas de salida y el viaje dura nada menos que 6 horas. Horror!!. Así que hemos sacado billetes para las 7:30, porque el siguiente es a las 9:30 y no nos apetece llegar tan tarde.
Hemos ido al Mercado de la Merced a tomar la especialidad de Ribamba, que es el cerdo "hornado". Pero debe ser hora punta, está abarrotado y muchos puestos ya han vendido todo el "chancho" que tenían, pero hemos conseguido un par de platos. Está muy bueno.
Volvimos al hotel y le comunicamos a Santiago que mañana nos vamos muy pronto y nos recomienda que salgamos a las 6:45 para llegar a tiempo a la terminal.
Hemos subido a la habitación, yo me he echado crema porque estoy tipo gamba y escuchado un poquito la radio y tal. Juanjo se ha ido a un bar a tomar una cerveza viendo el partido Ecuador/Chile. Hay montones de banderitas por las calles, y gente vestida con camisetas de Ecuador, que venden también por todas partes. Hemos comido junto a una familia de Guayaquil armados de camisetas.
Después hemos salido a cenar a una cafetería, La Abuela Rosa, donde ponen tentempiés. Hemos tomado tamales de pollo, un bolsón de verde (masa de plátano macho, o sea verde, con queso), y un sanduche ( no es de coña, lo escriben así) de pernil (jamón) cale tiro en una barriga pequeña de pan con lechuga y tomate. Lo hemos adornado con cerveza y Juanjo se ha tomado un chocolate con malvavisco (nubes) y canela.
Hemos vuelto al hotel. Mañana nos vamos. Pero Santiago nos ha invitado a un vodka con limón, en compañía de unas amigas suyas. Hemos estado un rato de palique. Hablando de cosas en general, del mundo, de política...a éstos no les cae bien Correa, cosa que nos deja un poco perplejos, porque parece que es un tipo que no tiene una pega, aparentemente.
Nos hemos ido a dormir, que mañana nos espera un día duro. Tenemos que rehacer las maletas esta noche, que mañana salimos pitando.
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