DIA 109
4/FEBRERO/2015 PATAN
Aunque hemos dormido mejor, decidimos cambiarnos de habitación. Hemos dejado el equipaje fuera, en el hall.
Salimos del hotel después del desayuno y cogimos un taxi para ir a Patan, que está al ladito de Kathmandu, e incluso estuvimos tentados de ir andando. Pero finalmente cogimos un taxi, que no son caros, porque pelear con las motos, coches, ricksaws y el polvo y baches de las calles es un coñazo.
El taxista nos dejó en la Plaza Durbar de Patan donde, para empezar a hablar, hay que pagar. Algo menos que en Katmandú, pero también tiene lo suyo. Allí, que es más pequeño, tienes que luchar a brazo partido con los pretendidos guías, para que te dejen ir solo. La verdad es que algunos hablan español bastante, pero preferimos ir a nuestro aire.
La plaza es bastante más pequeña que la otra, pero no hay vehículos, y no hay tanta gente, así que es más fácil de ver. A pesar de su tamaño, tiene mochos templos, y un palacio real con museo que dejamos para luego.
Casi todos los templos son de tipo pagoda, de arquitectura Newari, que corresponde a la zona del valle, pero hay también un templo de piedra, de estilo indio, con cúpula mongol. Bonito. Además contrasta muy bien con el resto de templos-pagoda.
Nos pasamos la mitad de la mañana vagando entre los templos, cada uno a su bola. Una vez esquivados los guías, nos quedamos tranquilos, porque aquí hay menos vendedores. Hay que fijarse en las vigas-tirantes de madera de los templos, que están talladas. Unas con torturas, otras escenas eróticas...muy variado. Yo subí a un templo al que permitían la entrada a no hindúes, pero no tenía mucho interés.
Pagamos de nuevo por entrar en el palacio, que tiene varios patios con estanques tallados alguno de ellos. Luego visitamos el museo, que es bien interesante, porque da una muy buena descripción del panteón hindú y de cómo puede reconocerse a cada una de las deidades, por sus atributos o vehículos. Por ejemplo: si ves un templo que tiene delante un torito arrodillado mirando al templo con cara de pena, es un templo de Shiva, porque el toro Nandi es su vehículo. Un Lingam siempre es de Shiva. Un Garuda indica un templo de Vishnú. Una escultura sentada en plan descanso, sin cruzar las piernas, es Brahma, que creó el mundo y ya no tiene nada que hacer. Una figura danzante con muchos brazos y una pierna flexionarla es Shiva en su danza cósmica, el Nataraya. En cambio, una figura de ojos saltones, enseñando los dientes y con collares de cabezas humanas es su parte destructiva, Bhairav.
Las diosas me resultan más complicadas de reconocer. Pero Kali, la parte violenta de Parvati, la consorte de Shiva, con su danza destructiva, se puede distinguir.
Ganesha no tiene pérdida, porque tiene cabeza de elefante y su vehículo es una rata. A mi me cae genial, es un dios de sabiduría y da buena suerte. Es muy venerado. Una vez tuvo una cabeza normal,mera guardián-hijo de Parvati, pero Shiva le cortó la cabeza por error y su señora, cabreadisima, le hizo ponerle otra, pero tuvo que ser del primer ser vivo que entrara al palacio y ese fue un elefante.
Un Buda con las piernas cruzadas en posición de loto indica meditación. Si tiene las manos juntas indica que predica. Si tiene una mano en el regazo y otra hacia abajo está llamando a la madre tierra para que le ayude a vencer al demonio que le está dando la lata.
El Lingam ya he dicho que es el falo de Shiva, pero puede estar solo, metido en un cuadrado -yoni- que simboliza lo femenino. O puede tener tres cuerpos: el Lingam arriba -Shiva- un rombo enmedio -Vishnú- y un bloque cuadrado abajo -Brahma- y significa la Trinidad.
El recorrido del museo, aparte de su interés, nos lleva a distintos pisos por estrechas escaleras. Desde ventanas de enrejado o con barrotes, pero inclinadas hacia abajo, vemos los patios del palacio.
Hemos ido a comer a un restaurante que está en el jardín del palacio. No había momos. Juanjo ha tomado una comida completa nepalí, que lleva sopa, legumbres, verduras crudas y cocinadas, algo de carne y arroz con salsas. Yo he tomado un curry de verduras. Hay grupos de franceses que están comiendo de buffett, pero no tenemos hambre como para eso.
Hemos dado otra vuelta por la plaza y hemos ido a recorrer calles buscando otros templos importantes. La Lonely Planet marca un recorrido que empieza en Durbar y acaba una de las Stupas de Ashoka, pasando por el templo dorado, donde hay que pagar algo. Este es un monasterio y su fachada está cubierta de placas de bronce, aparte de un labrado interesante y una imagen en plata.
Llegando a la Stupa de Ashoka pedimos ayuda a unos nepalíes para salir hacia la zona de la estación de autobuses, porque estábamos en un lío de calles. En la carretera cogimos un taxi que nos llevó a Swayambunath, la Stupa más importante de Nepal, patrimonio de la Humanidad, al igual que las dos plazas Durbar que hemos visto.
A este templo le llaman el Templo de los Monos, porque hay unos cuantos macacos que,mal verdad, son bastante sociables y no dan la lata. A mi los monos me tienen cierta manía y procuro no ponerme muy a mano.
Al templo, que está sobre una colina, se puede subir por una escalera por el este, pero el taxista nos dejó al oeste, desde donde la escalera es menor. Lo agradecí, porque me he acatarrado con los fríos del hotel y me encuentro un poco ahogada. Subimos a la Stupa, donde ni tengo que comentar que hay que pagar, faltaría más. Es bastante grande, con ojos de Buda en las cuatro partes de la torrecilla que está sobre la cúpula. Sobre la torrecilla hay un cono con trece niveles y sobre él una sombrilla. Cono y sombrilla en dorado. Los trece niveles son los estadios para alcanzar el Nirvana. Bajo la Stupa hay un plinto rodeado de molinillos de oración, El plinto simboliza la tierra, la cúpula el agua, el cono el fuego, la sombrilla el aire y el pináculo de la sombrilla, el fuego.
Voy girando todos y cada uno de los molinillos de oración mientras voy viendo lo que rodea la Stupa. Hay dos templos y muchas esculturas. Simbolizan muchas cosas, pero soy incapaz de averiguar quien es cada una. Dos esculturas de mujer simbolizan una el Ganges y otra el río Jamuna, y a esas las localizó, porque son esculturas en bronce, pero alrededor del plinto hay capillas y la representación de los cinco elementos, pero no distingo cuales son.
A un lado de la Stupa hay un Buda bastante grande con una cara muy agradable. En un cuarto lateral hay un molinillo de oración enorme. Giro el templo del Buda en sentido de las agujas del reloj, como tiene que hacerse, pero el altar por detrás solo tiene molinillos.
Nos hemos quedado un rato, leyendo la descripción del templo y abrigándonos, porque está cayendo la tarde y hace frío ahí arriba. Los monos saltan a nuestro alrededor. Desde Patan y viniendo en el taxi hemos visto los Himalaya nevados. Pensábamos que podíamos verlos desde la colina, pero la vista está oculta por el templo del Buda y solo se ve las ciudad.
Bajamos por la escalera larga, viendo los Buda que hay en otros niveles y figuras de animales: Garuda, elefantes, caballos...una tropa de monos baja corriendo y brincando detrás de un señor que les está echando comida. Hay unos monitor pequeños muy divertidos.
Vamos caminando y tragando polvo hasta el hotel. Nos hemos duchado para quitarnos toda la porquerías pillada en el día. No me apetece salir, por el catarro, así que nos hemos quedado a cenar unos momos en el hotel. Puntazo increíble: la cerveza está bien fría. Espectacular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario