DIA 104
30/ENERO/2105 UNA VUELTA POR LA CAPITAL
Hemos salido tras el desayuno a recorrer algunas cosas de Phnom Pehn. No hay mucho, y no pensamos ir ni muertes a Killing Fields, donde se empeñan en llevarnos todos los tuktuk. Nos encaminamos hacia el Palacio Real, que nos pilla al lado.
El Palacio está compuesto por una serie de pabellones con forma de pagoda y un jardín enorme. Dispuestas en el recinto hay también escupas que deben contener los restos y/o reliquias de los últimos reyes.
Visitamos el salón del trono, donde, entre otras cosas, se corona a los reyes. Tiene un suelo hidráulico bonito, cubierto de alfombras y un trono dorado o de oro, flanqueado por imágenes de dioses en los pasillos laterales. Debajo de la tarima donde está el trono, hay unos sillones dorados. El techo está pintado. Aunque no podemos entrar, vemos el salón desde la puerta y desde todas las ventanas, a las que nos asomamos subiéndonos en tarimas. En el recinto hay vatios templos, un centro de ceremonias y la joya del recinto, la pagoda de plata o del emperador de jade. Esta pagoda tiene el suelo cubierto de baldosas con laminas de plata, aunque en su mayor parte esta también alfombrado. Las paredes tienen vitrinas con Budas de plata, oro, y ambos, en una santidad enorme, de tamaño mesita de té, con variaciones. En el centro hay un Buda de pie de oro, veintitantos kilos de oro, y un gran número de piedras preciosas, que forman un pectoral que le cruza el pecho en forma de aspa. Este está metido en una vitrina.
Un poco más atrás, sobre un trono de oro, se encuentra en otra vitrina otro buda, este de cristal de Baccarat, de color verde. El Dorado trono se encuentra en una posición bastante más elevada que el que está de pie. Otros Budas y pagadas de oro flanquean a los principales. Hay jarrones con capullos de loto de plata.
Detrás de los Budas hay otras cosas, como una silla de coronación, con otros 23 kilos de oro. Hay un derroche de metal impresionante. Cuando me pongo de nuevo los zapatos de comentó a Juanjo que de plata no sé, pero oro hay a espuertas.
Vimos más recintos en el jardín, templos pequeños, una colina con un pequeño jardín lleno de Budas y un templo enmedio, y antes de salir vimos unas exposicioes de sillas de coronación, de trajes de danza, de sillas para elefantes con y sin techo, Y la escalera para subirse al bicho,mambo en adornada de dorados, como las sillas. Son para las cacerías reales.
Vimos fotos del rey anterior, el que tuvo que exiliarse y fue coronado de nuevo, Norodon Shihanouk, y del actual, de 61 años, Norodon Shihamouni, del que hay un enorme retrato con montones de luces en el paseo, junto al río y enfrente del palacio.
Salimos a media mañana y nos encaminamos al Museo Nadional, donde están las piezas originales de las esculturas que hemos visto en Angkor. El museo es interesante, pero es mucho mejor el de Siem Reap. Entre otras cosas, porque el de la capital está si. Reformar, es de los antiguos, con sensación de dejadez. El de Siem Reap es moderno y mucho más interesante por la información. El de la capital tiene muchas piezas, pero resulta más aburrido.
Phnom Pehn resulta bastante más tranquila que Saigón. Es más francesa, y hay bastantes franceses. Se echa de menos que alguno vaya vestido de algodón blando, como en las pelis.
Volvemos a escapar de quienes quieren llevarnos a Killing Fields, y nos vamos mejor a la piscina del hotel. Hace bastante calor y queremos darnos un bañito antes de comer. El agua está fresca, porque a la piscina no de la el sol. Nos traen unas cervezas con tapa de croutons al ajo. Hemos comido en el mismo hotel. Pensábamos que la comida iba a ser un desastre, pero está buena. Yo he probado el pescado Amok, porque ya no tendré otra oportunidad. Se cocina en hoja de plátano y lleva crema de coco y picante. Muy rico.
Hemos echado una siesta y vuelto a la piscina, a buscar un hotel en Nepal y a leer un poco. Luego hemos tomado un cocktail junto a la piscina y hemos salido a cenar. Lo hemos hecho en un restaurante normal. Les había fallado el cocinero y la carta estaba menguada, pero nos ha salido barato y estaba bueno. La cerveza la traían en jarras, pero se calentaba enseguida.
Para compensar, hemos ido a un sitio de vinos a tomarnos uno al fresco, en un jardín mono, con árboles llenos de bombillas en su tronco, como se estila aquí. Me han picado mosquitos, para que no todo fuera perfecto.
He intentado pagar el hotel pero el chico que está hoy en recepción debe ser novato,mes todo agobios y no sabe manejar las tarjetas. Me dice que mañana.
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