DIA 90
16/ENERO/2105 EL FUJIYAMA
Hoy no hemos desayunado Japonés. Hemos ido a la estación, tras dejar los equipajes, excepto las dos mochilas, en el hotel, y hemos desayunado torrijas y bollos con chocolate.
Hemos llegado bastante pronto, así que nos hemos "comido" la hora punta, empujones incluidos, aunque no es muy grave. Hemos tenido que quedarnos un rato en la sala de espera de la Estación Central, pero había Wifi y he aprovechado para hacer esas cosas para las que nunca tengo tiempo.
Hoy el día está totalmente despejado, con un sol radiante, hay que ver!. Se conoce que ayer llovió todo lo que tenía que llover y hoy el sol ha salido luminoso, aunque frío hace.
El tren bala es muy cómodo. Tiene un ingenioso sistema de perchas para las chaquetas y camareras con carritos ofreciendo comida y bebida, pero estamos servidos con el desayuno. Al poco de salir de Tokyo hemos visto el Fuji, y lo hemos tenido a la vista durante más de la mitad del trayecto. Yo tenía la esperanza de verlo, aunque no quería hacerme ilusiones, pero hemos tenido la suerte de verlo totalmente despejado, muy cerca y cubierto de nieve. Qué más se puede pedir!
Yo estaba entusiasmada y Juanjo, a pesar de la velocidad del tren, le ha sacado fotos decentes. La verdad es que ha sido un regalo, en estos días de invierno en los que los días despejados son raros.
Llegamos a Kyoto a mediodía. El hotel Almont está casi enfrente de la estación, pero hemos preguntado en la oficina de turismo a unas amables señoras que se han desecho en reverencias y Arigatos. Hemos caminado unos cinco minutos. El hotel nos ha salido barato, se ve que esta época está todo rebajado, pero es un hotel estupendo. Tiene un Onsen (Baño Público) y unas habitaciones pequeñas pero súper equipadas, muy agradables e impolutas. La gente se deshace en reverencias y Arigato Gozaimasu. Un poco exagerado, la verdad.
Mientras nos daban la habitación hemos ido a comer a un restaurante de la estación, donde hemos tomado un Ramen (fideos en caldo con unos trozos de carne y verduras) que estaban buenísimos y muy calientes. Mientras nosotros comíamos, han entrado y salido distintos comensales. La gente come rapidísimo.
Hemos hecho el check-in y nos hemos marchado a ver el templo de Fushimi-Inari-Taisha, que está a dos paradas de tren. Es un templo en la ladera de una montaña, cuyo recinto llega hasta la cima. Está cubierto de puertas rojas que son donaciones. Estas puertas están a recubriendo los distintos senderos que rodean la montaña y llegan a la cima. El altar principal está en la parte baja y alrededor de la montaña hay diversos altares más o menos grandes. Es un templo sintoísta, en medio de un bosque. Hemos tenido la suerte de ver danza Sinto en el recinto de la danza. En la plataforma había un grupo grande de señores trajeados viendo la danza. Uno de ellos se caía de la borrachera.
Hemos subido poco a poco el camino. Juanjo se ha puesto tibio a hacer fotos, todas de las puertas rojas y muchas a las chicas que van en kimono, que son bastantes, aunque a todas las saca de espaldas por no pedirles permiso, aunque a ellas les encanta que les hagan fotos. Para eso se visten de gala.
Hemos recorrido distintos senderos, pasado por lagos y hemos conseguido llegar a la cima. La subida no es demasiado difícil, aunque hay tramos de escalera bastante empinados. Para sudar. Hemos encontrado un cementerio. En él había ofendas de habas, rábanos y zanahorias en algunas tumbas.
Hemos bajado anocheciendo, cuando estaban encendiéndose las luces, así que hemos visto las puertas con la iluminación nocturna.
Hemos vuelto a Kyoto y buscado un sitio en la Estación para cenar, pero andábamos buscando las plantas altas y hemos tardado en dar con ellas. La estación es una ciudad subterránea abarrotada de comercios, restaurantes y gente. Como hay frío fuera, la gente se concentra en los centros comerciales de la estación. Uno de ellos, que se llama Cube es un centro tipo Corte Inglés muy grande, pero incluye tiendas de todas las marcas principales, Dior, Fendi, etc. En las plantas altas hay restaurantes y puestos de comida para llevar. Decidimos llevarnos unas bandejas de carne a la habitación y unas cervezas. La carne que nos han puesto son unas pequeñas rebanadas en unas cajas monisimas, con arroz y salsas. Nos dan una hoja informática, porque debe ser una de esas carnes especiales que hacen en Japón, pero he pasado el BIDI y la página web viene en japonés solamente.
Nos hemos acostado poniendo el despertador, que mañana hemos quedado con un japonés
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