sábado, 18 de octubre de 2014

PERSIGUIENDO MAGALLANES

PERSIGUIENDO MAGALLANES
18 Octubre de 2014

Salimos´de Madrid con Iberia e hicimos un vuelo sin apenas turbulencias (excepto ala hora del café, como era de esperar) e intentando dormir como se pudo.
Llegamos a Montevideo a eso de las 9 de la mañana y pasmos un rato largo en la cola de inmigración porque se juntaron varios vuelos a la vez.
Cambié 25 euros que llevaba y me dieron 600 pesos uruguayos. El cambista me informa de que un taxi al centro vale 1200 pesos!!.
Le señalo a Juanjo un letrero que advierte que el gasto medio en Uruguay es de 5500 pesos diarios.´Me parece mucho...
Intentamos sacar dinero en los cajeros del aeropuerto, pero no hay manera. El bus vale 45 pesos y para eso nos llega. Pero Juanjo ha ido a la oficina de Turismo, y ha encontrado una española que viene a trabajar unos días y va al mismo hotel. Nos sugiere que compartamos taxi. Finalmente paga ella,´porque lo factura a su empresa. El taxista nos ha llevado por la costanera, un camino bastante bonito, pero ha cobrado más por ello.
No podemos tener la habitación hasta las 3. Salimos a buscar cajeros y finalmente pudimos sacar pasta en uno que se llama BanRed. Los demás, ni caso.
Hay mucho edificio modernista, incluyendo una Casa de Brasil.
Vimos un café/librería donde iba Benedetti, Es Art Decó. Chulo.
Paseamos por la Plaza de la Independencia y otras calles del centro. José Artigas debe ser el personaje libertador central,´porque todo se llama igual y tiene uniforme que recuerda a Bolívar´que también tiene su monumento,
Tomamos una cerveza en la cervecería La Pasiva. Cerveza Chop (de grifo), Nos recomiendan que probemos en otro momento la cerveza Patricia.
Hay mucho puesto callejero, una zona marcada como de Diversidad Sexual, y llegamos al Mercado del Puerto, donde se concentran parrillas en las que puedes comer en barra o mesa. Tomamos chorizo, asado de tira y cuartil, pero Juanjo se ha pasado pidiendo, como siempre, porque las raciones son abundantes.
Volvimos renqueantes al hotel, y yo me morí en la cama, pegándome una siestaza hasta las 7 menos diez.
Habíamos quedado con Amaya a las 7, así que, tras una ducha y vestirme pitando, baje, y me dijeron que se había ido.
No sabía qué hacer pero, finalmente volvió. Se le había olvidado mi nombre y no nos encontraba, Volví a la habitación a terminar de vestirme mientras ella consultaba el ordenador, y luego salimos a cenar con ella. Intentamos enseñarle el Mercado del Puerto, pero cierran a las seis. Hemos buscado otro sitio y nos gustó uno que tiene un cocinero vasco, con quien Amaya ha hablado un ratito en euskera. Tomamos verdura y carne a la brasa y unas Patricias,

Hemos vuelto al hotel, para madrugar mañana,,,,ya veremos

1 comentario:

  1. Ya sé dónde está la obra de Barradas. Como no había fondos para hacer museo propio sus cuadros están en el Museo Nacional de Artes Visuales

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