viernes, 4 de octubre de 2019

El almacén de ropa y el refugio de niños

Hoy había que levantarse temprano, porque es día de reparto en el almacén de ropa.

Luz y Cruz han ido a tomar café fuera. Yo he desayunado en la casa un té y he ayudado a Mijail y a Raúl a cargar la furgoneta de ropa de abrigo. Se nos ha unido Seli y Luz y Cruz han venido ya para marcharnos

Hemos llegado al almacén un poco tarde, ya había gente esperando. Les han pedido el ticket, o sea, la cita, pero hay muchos, entre ellos un grupo de mujeres Somalies que no se han enterado de lo de la cita.

Le digo a Mijail que si no es posible poner un letrero en el campo, poner el horario y la necesidad de llamar para cita. Me dice que va a hablar con su hermano. Llevan solo dos semanas con el sistema y la gente no se ha enterado.

Algunos de los chicos salen encantados con lo que llevan. Raúl flipa con alguna de la ropa que hay, de marcas caras, nueva y muy bonita.

Uno de los gemelos entra en el almacenillo pequeño y saca dos peluches para dos niños que están felices con los juguetes.

Luego le ha atizado un bebé a Luz para que la madre pueda entrar tranquila a elegir su ropa. Es una mujer Siria, que nos dice que tiene 4 hijos. Uno rubito corretea cerca. Los otros se han quedado en Vial.

Raúl va anotando en un ordenador los datos de quien se lleva ropa. Más que nada, porque vean un control y no haya abusos.

La verdad es que ver a la gente salir feliz con su ropa es muy satisfactorio. Los gemelos deben estar muy orgullosos. Los niños se van con un muñequito y se ve a esas familias que en este momento no tienen nada a qué aferrarse, tener un momento de felicidad. Mucha gente que está perdiendo la esperanza tiene aquí un momento de autoestima.

Vemos que no hay mucha gente y está la entrega más o menos controlada y Mijail nos ha llevado a un café. Él se va a trabajar al restaurante de donde le llaman cuando tienen grupos grandes.

Hemos aprovechado para mandar unos mensajes y establecer algunos contactos.

Volvimos subiendo una larga cuesta y hemos encontrado que se ha acumulado gente. Han tenido que poner un cordón en la puerta para que no entrara más gente de la que cabe.

Estamos asombradas. Ellos tampoco se esperaban tanta gente, pero aunque les insisten en la necesidad de la cita, la verdad es que todos los que han llegado se van con ropa.

Cruz ha intentado recolocar las cajas, pero es inútil. Cuando ya vemos que la gente se va marchando, nos hemos puesto a recolocar las cajas y a doblar la ropa. El que suele controlar el almacén, Colin, nos dice luego que nunca había estado tan recogido y lo mismo nos dice Andonis.

Hemos ido a comer al centro con Raúl. Es curioso, pero esta mañana Cruz se ha encontrado por la calle con un maestro sirio con el que estuvo hablando ayer y. cuando estábamos acabando de comer, se acercó el palestino que estuvo ayer contándonos cosas, y entró a saludarnos y a contarnos algo que le ha pasado hoy y que le ha asustado bastante. Ese chico tiene una mirada muy triste. A Cruz se le saltan las lágrimas.

Hemos vuelto a la casa las tres, Raúl ha ido a hacer alguna cosa. Yo tengo que preparar la maleta de medicamentos por si vemos esta tarde à los médicos de Salvamento Marítimo, que pasan consulta en Vial.

Nos da tiempo a descansar un poco. Ha llegado Andonis y esperamos a Raúl. Finalmente vamos a ir al Refugio de niños Metadrasis

Hay un máximo de 20 niños de entre 6 y 17 años. Es un centro de tránsito mientras buscan a algún familiar. En seis a ocho meses, si no consiguen reubicarles con sus familias, les envían a un centro permanente en el continente.

Entre otras cosas, la maestra que está hoy encargada nos explica que procuran darles una educación que les haga encontrar un trabajo. Hablar bien griego y aprender un oficio.

Si a los 18 años tienen dos negativas a la petición de asilo, los mandan a Turquía, porque esa es la ley de la UE, vengan de donde vengan. Si les conceden el asilo, la ONU les paga una habitación durante 6 meses. Tienen que encontrar trabajo en ese periodo porque no hay más ayudas. Es bastante cruel, pero en España debe ser lo mismo.

A los bebés y menores de 6 años les entregan a familias de acogida, mientras localizan a la familia. Si no se encuentra, son adoptados definitivamente y se convierten en ciudadanos griegos.

Cruz ha auscultado esta mañana a Saba, una de las residentes de la casa, que tiene asma. Llevamos ventolin, pero necesita alguna cosa más y hemos ido a la Farmacia a comprársela.

Cenamos en casa con Raúl. Hemos comprobado en el supermercado para hacer una ensalada, queso y fruta. Estamos viendo cómo y cuándo irnos a Lesvos. Mañana habrá que decidir.



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