Cuando vinieron a trabajar a la planta Celso y Antonio, me dijo Mª José que iban a venir unos chicos que eran “mu apañaos”.
Total, que una noche me tenía que dar el relevo Antonio, al que yo no conocía aún. La mala suerte fue que cuando llevaba recorridos unos cuantos km. en el coche, me di cuenta de que no llevaba las gafas de leer y así, es imposible trabajar de noche. Tuve que darme la vuelta y llegué a trabajar un poco justa de hora.
Antonio se puso a darme el parte y no quise interrumpirle preguntando cosas para que no se le hiciera tarde.
Empezó a contarme enfermos y a cada rato decía (o yo le entendía esto):
- Este es un aemeí –y seguía luego hablando del enfermo
La primera vez no le presté mucha atención, pero contó otro paciente:
- Este también es un AMI
Entonces me dije : “Demonios, esto debe ser un Infarto Agudo de Miocardio, pero, como este tío es “tan apañao”, seguro que me está diciendo las siglas en inglés: AMI (Acute Miocardial Infarction)
Y me volvía a contar otro y lo mismo. Yo no quería interrumpirle, aunque me parecía rarísimo que todos estuvieran infartados
Aunque tenemos unos cuantos enfermos de medicina interna (o medicina eterna, como le llaman aquí por razones que te puedes imaginar: largas estancias y consecuencias…) me chocaba que todos tuvieran infartos además de otras cosas
Cuando se marchó Antonio, me puse a leer los comentarios sobre los pacientes infartaos que me había contado y entonces lo descubrí: No era un AMI, lo que me decía Antonio. Me decía:
- Este es Una MI –o sea, una Medicina Interna y les pasaba cualquier otra cosa, pero sin infartos por medio
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