Ha amanecido hoy un día de película.
Me he levantado muy temprano porque antes de las 8, Julio estaba en la puerta, para sulfatar la palmera.
Tengo que ir a La Rábita a poner una inyección a la tía de Juanjo y quizá hacer unas gestiones en banco.
Está el mar precioso y hace calorcito. En casa de Eugenia estaba su marido von vértigo. Menos mal que su hijo Fede ha coincidido que está de vacaciones, porque Manolo no puede caminar solo para ir al médico.
Juanjo me ha llamado porque no hace falta que vaya al banco, así que hice compra y volví despacio para pasar por la playa.
En El Lance vi cornoranes en las rocas. Pensé que ya se habían ido. Pero había uno y otro llegaba volando. Aparqué el coche y bajé a la playa. No quería asustarles. Fui por un sendero junto al acantilado y luego, despacio, fui acercándome al borde del mar, para hacerles fotos más cerca. Está el agua transparente y tranquila, para kayak. Se lo ha vuelto a perder Juanjo.
El cormorán que acaba de llegar ha hecho "El Cristo" con las alas extendidas y he aprovechado para tirarle muchas fotos.
Estoy triste por todo lo que ha pasado. He comprado una orquídea en Lidl para animarme y, por el camino, he visto muchos árboles de mimosa, así que he pensado hacer un jarrón.
Total, que he descargado la compra y he pensado que, nada mejor para aninarme, que hacer unos jarrones de flores, reponer los que tengo y poner nuevos.
La rosa amarilla del último día está lacia, pero la he dejado porque huele fenomenal aún. He repuesto las palmicas, una de las calas, he cambiado una rosa pocha por ramas de buganvilla y he salido a cortar unas ramas de una mimosa que está un poco más arriba, por la carretera, junto al parquecillo.
He colocado todo y se lo he dedicado a Marisol, que ya pasea, me ha dicho Juanma. Olé, mi campeona.
He mandado unos mensajes a Corpus y Clara. Las voy a echar mucho de menos.
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