Ayer me decidí ir a ver a mi nueva médica, Isabel. La conozco desde que llegué y la he encontrado varias veces en el hospital, pero siempre tiene su cupo completo.
Un día le pedí que me incluyera en él y me aceptó, aunque ya está sobrepasada.
Así que, en el año que cumpliré 60, el 1 de Marzo he empezado a tomar medicación de verdad. Un antihipertensivo. Por lo tanto, comunico solemnemente que he entrado en la senectud.
Bueno, alguna vez tenía que llegar.
Por lo demás, aparte de estar harta de trabajar, parece que la primavera está instalada por aquí.
He puesto calas, rosas y palmicas en los jarrones. Este año, entre unas cosas y otras, ha llovido. Se nota en las plantas. El durillo, que es de invierno, ya ha perdido las flores. Han salido muchas palmicas , que huelen muy bien, pero el año pasado apenas salieron.
Han brotado flores silvestres, las crasas tienen sus penachos, han florecido las margaritas, o como se llamen..y supongo que el agriaz empezará enseguida a echar flores. Esas flores huelen muy bien. Tengo ganas de que vayan saliendo.
Las gatas están preñadas. Flor es la que está más gordita, siempre es la primera en entrar en celo. Todavía hay algunas en celo, pero se va oyendo menos jaleo de apareamiento.
Han venido jilgueros. Están en el eucaliptus, pero se les oye por muchos sitios. También andan las tórtolas revoloteando. Hay una pareja de ellas en el Pozuelo que se cruza conmigo cada vez que paso en coche, pero también anidan en casa.
Creo que los cormoranes se están marchando. Ya hace más calor y se les suele ver en invierno.
Un día, paseando en dirección a Adra vi una garza real, como el año pasado. Las blancas son ya más comunes, pero es raro ver garzas reales por aquí cerca, aunque creo que en la Charca Suárez, el humedal de Motril, suelen verse.
Los jilgueros me han amenizado la limpieza de la terraza. La semana pasada cayó polvo sahariano durante dos días, luego llovió y el barrizal fue escandaloso. Juanjo limpió el porche, la acera, pero queda acabar la terraza. Mañana terminaré de quitar polvo, aunque será mejor limpiar con manguera lo que queda. Esa arena fina y amarilla se queda pegada y es difícil de quitar.
Me he acordado de Haldum, el sirio que viajó con nosotros a Egipto hace ya tantos años y del embajador sirio amigo suyo que le sacó de la cárcel del Cairo, y a mi de un apuro grande. Me pregunto qué habrá sido de ellos y de sus familias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario