Hoy nos hemos ido a ver el Gran Bazar, aunque estoy segura que volveremos porque es muy "vicioso". La verdad es que es muy pintoresco, aunque orientarse allí es una locura. Los techos son muy bonitos y hay algunas plazoletas interiores con fuentes bastante agradables, pero el sitio es de locos. Como no podía ser de otra manera, acabamos comprando algunas cosas, té y cojines, pero sales de allí con la cabeza loca. Los vendedores son graciosos y nos atiborran a Delicias Turcas. Uno nos dice "Aquí engañamos, pero poco" y nos da un ataque de risa. Casi todos hablan español, claro está.
Descubrimos en el interior un restaurante con cúpulas de ladrillo y unas tiendas bonitas, pero nos marchamos porque ya estamos listas de papeles.
Nos fuimos hacia Santa Sofía después de dejar las compras en el hotel, para visitar el Museo de Alfombras, que está muy interesante y después bordeamos la Mezquita Azul para llegar al Museo de Mosaicos, otra de las atracciones de Estambul que no hay que perderse, porque los Mosaicos que se muestran "in situ" son algo impresionante, con escenas de caza, agricultura, muchos animales y plantas, con muchísimo detalle y policromía. Nos ha gustado muchísimo. Lo recomiendo.
A partir de ahí "me tocaba" explorar para localizar una mezquita que no pudimos ver la otra vez porque estaba en restauración. Le llaman La Pequeña Santa Sofía y es preciosa. Muy recomendable también. Y muy tranquila. No van muchos turistas.
Localicé el hotel de la vez anterior, que tenía una terraza magnífica, pero lo han cerrado. Pasamos por el Four Seasons y subimos al Seven Hills, porque quería sorprender a Chus con la vista al atardecer. Lo conseguí. Se quedó sin habla. Teníamos junto a nosotros Santa Sofía, la Mezquita Azul y el Bósforo. Un atardecer espectacular, de los bonitos, bonitos... Y un frío terrible, pero nos dieron mantas y tomamos un vino para calentarnos.
Hemos disfrutado el atardecer, hecho fotos y nos marchamos heladitas a coger algo de abrigo al hotel para salir a cenar.
Hemos cenado esta vez una rica comida turca en un sitio próximo al hotel, donde hablan español y se llama Enjoyer Café Correcto. Nos atendieron bien. Esa zona está petarda de restaurantes y gente. Dimos una vuelta por las animadísimas calles y llegamos hasta Cemberlitas, donde vimos el Hammam al que suelen ir los turistas.
Tras el paseo volvimos al hotel.
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