domingo, 29 de octubre de 2017

DEL ALENTEJO AL ALGARVE

29 de Octubre de 2017. Del Alentejo al Algarve

Esta noche se ha cambiado la hora a la de invierno. Nos levantamos con un sol ya demasiado brillante. Hemos dejado el hotel y buscado una cafetería abierta. Desayunamos un bizcocho de manzana y almendra exquisito.

Dejamos Mértola y nos encaminamos a la carretera más próxima al Guadiana. Hay más vegetación, más espesa, olivos, encinas y alcornoques, pero más abundantes. Entramos en una buena carretera de montaña que nos conduce a Alcoutim, un pueblo pegado al río, con el consabido castillo y un embarcadero que traslada gente a España. Sanlúcar de Guadiana, justo enfrente, parece el pueblo gemelo del que estamos.

 Un cartel habla del contrabando, paralelo al comercio normal, y a la compra en Portugal, de esclavos africanos por parte de los españoles, en el S XVIII.

Eso me recuerda que la abolición de la esclavitud en España fue muy tardía. No se acabó totalmente con ella hasta 1890.

Hemos dado un paseo por la ribera, asombrándonos de la cantidad de veleros atracados a lo largo del río. La gente desayuna en terrazas frente al cauce, que discurre tranquilo. Hace un "día de domingo", sol, sensación de pereza, agudizada por el cambio horario.

Salimos de Alcoutim rumbo al Algarve. Vamos a cruzar la frontera para pasar el peaje de entrada. Aprovechamos para echar gasolina y comprar el periódico dominical.

Pasamos por el arco de Easy Toll para acoplar la tarjeta a la matrícula, obligatorio para extranjeros, según leo en los carteles.

Luego iniciamos la visita al Algarve, empezando por Castro Marín, visitando su castillo, que fue templario, de la Orden de Cristo, la que recogió al Temple cuando fue perseguido. Hay una capilla poco interesante, una exposición horrible de instrumentos de tortura y unas vistas a las marismas, penosamente secas.

Pasamos del núcleo Urbano de Vila Real y, cruzando pinares, cogimos la carretera de la Costa que nos lleva a Tavira, que fue Fenicia.

Aparcamos el coche junto a la ría y fuimos a dar un paseo, buscando unas iglesias que parecen merecer una visita. Las hemos encontrado, pero están cerradas. Hemos subido al castillo, paseado por varias calles de ambos lados de la ría, que se cruza por dos puentes, romano uno de ellos.

Tavira es otra de las ciudades con casas palaciegas, muchas revestidas de azulejos. Hay una zona de casonas blancas, que da sensación de balneario. Está llena de turistas, básicamente ingleses. E ingleses son muchos de sus bares, tabernas irlandesas...Hemos ido a comer a la terraza en sombra de uno de los locales que ocupan parte del antiguo mercado. Frente a nosotros hay un hotel. Consulto la información y parece que tiene buen precio y una habitación libre, al menos. Estaba reservándolo, pero finalmente Juanjo se ha acercado a la recepción y lo ha hecho allí mismo, mientras nos traían la comida, que a Juanjo no le ha gustado nada. He pedido sardinas y han traído unas muy grandes, chamuscadas.

Hemos ido al hotel. La furgoneta se queda aparcada enfrente. Juanjo se ha ido a ver el fútbol. Yo he intentado escribir en la terraza, pero hace fresco, una sensación extraña...

Tras perder el Madrid con el Gerona, hemos salido a dar otro paseo y hemos cenado temprano un Sandwich enorme. Por qué la comida es tan grande en Portugal, por favor?

No hay comentarios:

Publicar un comentario