lunes, 31 de octubre de 2016

AMAZONAS

27/10/2016 AMAZONAS

Salimos temprano. Hoy tenemos dos trayectos de autobús, que pueden llevarnos todo el día. El primer autobús que podemos coger hasta Macas sale a las 8 y ya tenemos los billetes desde ayer. Nos han dado unas botellas de agua, para un viaje muy largo.

Dormí como un leño y me he levantado bien, me apetece tomar algo, aunque poco. La mañana es más fresquita y entra aire fresco por la ventanilla la mayor parte del viaje, así que he podido disfrutar del paisaje. Vamos en dirección norte y estamos sentados a la izquierda, así que tampoco me da el sol. Todo correcto.
Así que disfrutamos viendo el paisaje amazónico. Grandes helechos, ríos, lianas, espatifilos, bromelias parasitando troncos, profunda vegetación....el autobús va en bajada, entre montañas, pisando freno casi todo el tiempo y a muy poca velocidad. El paisaje discurre entre altos picos y profundos barrancos. Uno de los picos tiene una pared vertical de piedra imoresionante. Tiene que tener un nombre. Destaca entre los demás, aunque también son altos y cubiertos de verde.

Vemos muchos tipos de palmas, algunas parecen palmas de cera, no sé si lo serán. Empezamos a ver heliconias, así que suponemos que tiene que haber colibríes. En una rotonda de uno de los pueblos hay una escultura de un indio con una cerbatana, un jaguar, una tucán, un colibrí...

Como vamos por una carretera por la selva, sube y baja poca gente del bus. Pasamos por pequeñas comunidades indígenas y, ya casi al final, suben y bajan escolares de las comunidades. Por ese motivo, no ha habido ningún "amigo lindo" vendiendo potingues o galletitas, únicamente un señor que vendía "Empanaditas calientitas, Empanaditas por si acaso" y las ha vendido todas.

Las dos ultimas horas fueron más calurosas, pero llevaderas. Llegamos a Macas a las dos y media. A las tres salía un bus para el Puyo y nos subimos a él, que iba llenito.

La idea original era quedarnos en Macas un par de días, pero no tenemos tiempo. Una pareja de "guiris" de nuestra edad, a la que hemos encontrado en varios sitios, tampoco se queda. Ni otro guiri que viaja solo. Ese saca un mapa para indicar al cobrador que quiere quedarse unos 20 km antes de Puyo.

Se nubla y llueve poco antes de llegar. Ya estaba casi anocheciendo cuando llegamos al hotel, El Jardín. Está fuera del centro, a orillas del río Puyo. Un canal del río se ha desviado para que pase por dentro de la finca. Nos dan una habitación en la parte superior, con una terraza corrida. En la de abajo cuelgan hamacas del porche. Está lleno de plantas y hay unas tinas de agua caliente, tipo jacuzzi. Sin dudar, me pongo el bañador y me meto en una tina a descansar las lumbares de tantas horas de viaje. El agua está templada y sólo sale un chorrito, pero es relajante. Veo la luz del atardecer tras la lluvia que se refleja en la vegetación que me rodea y en el edificio de madera de dos plantas donde nos alojamos. Es una construcción bonita y la dorada luz de la tarde le da un color precioso.

Hemos consultado Internet para buscar los pasos siguientes. En el hotel nos pueden dejar una noche más. Según Booking no había, pero si nos cambiamos a otra, no hay problema. Yo le había dicho a Juanjo que, si nos teníamos que cambiar a un hotel del centro y mover el equipaje, para eso me iría a dormir a Baños pero, al tener la habitación disponible, podemos ir y volver en el bus, que tarda como una hora.

Cenamos en el restaurante, que tiene fama de bueno. He tomado el plato del día, unos spaguetti boloñesa, que pienso que me irán bien para la "Guatita". Juanjo ha probado el pollo al Ishpingo, que está hecho con canela. El plato del día incluye un bizcocho de chocolate bañado en chocolate caliente, muy rico. Es mucho para mí, nos lo hemos repartido.


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