18/DICIEMBRE/2014 EN COCHE POR TASMANIA
No hay manera de ver parte de Tasmania si no es en coche. Hay pocos autobuses y solo podemos estar unos cuantos días. Desayunamos en Straight Up. Yo pedí unos huevos pasados por agua. Uno venía con gorrito de lana, para mantenerlo caliente mientras te comes el otro.
Fuimos a Hertz a por el coche, un Hyundai pequeño. Y con un navegador nuevo, que tiene a una tía pija que te cagas como explicadora del mapa, intentamos salir de Hobart, pero yo no la entendía nada, aunque hablaba en español o así. Los mapas son distintos a los del TomTom y tengo que hacerme a ellos, pero a estas horas que hay más tráfico, sin conocer las carreteras, es un lío. La salida tiene varios carriles. Juanjo me preguntaba por donde tenía que ir, pero yo no entendía el mapa ni lo que decía la tipa.
- Continúe por King Estreet - dicho así, como lo escribo
Juanjo, que se le pega todo, me preguntaba si iba por la siguiente Estreet
No digas eso, que luego lo repites siempre
Es que se me pega
Pues que no se te pegue
Manténgase a la derecha por Arturiguay- decía la pija, con tono autoritario, encima
Qué dice?
Yo qué sé, no entiendo nada
Al rato me di cuenta
La madre que la partió. Esta tía es idiota. Donde nos está mandando es a Arthur Highway. Arturiguay, será imbécil!! Voy a ponerlo en inglés, yo a esta tía no la aguanto
No hagas eso- decía Juanjo- que, como este chisme esté hecho en China y hayan hecho la traducción al inglés como al español, no nos vamos a enterar de nada
Fuimos hasta Richmond, que está a media hora de Hobart. Es un pueblo con casas georgianas y eduardianas, muy bonito. Casi todo eran casas de madera con jardines, parques, río, poquísima gente por la calle, solo los turistas, pocos; muchos orientales. Estamos en la ruta de los Convictos. No es que tengamos ningún interés por los presos de 1880 o así, pero es que la historia de Tasmania se origina como colonia penal, en la que habitaban presos y sus carceleros, aunque luego llegaron colonos. Muchas de las construcciones están hechas por los presos, en trabajos forzados. Casi todos los,puentes y carreteras, principalmente.
Paseamos tranquilamente por el pueblo. Cuando nos íbamos, me dio la sensación de que ese pueblo yo ya lo conocía. Y caí en la cuenta de que era como muy St Mary Mead, el pueblo de Mrs Marple que describe Ágatha Christie. Lo miré con atención y pensé que realmente era ese estilo que describe Ágatha.
Continuamos por la costa a Este. Pasamos Sorell, casi sin darnos cuenta, porque los pueblos son muy pequeños. Nos dirigimos a la península de Tasman. Como te puedes dar cuenta, el nombre de Abel Tasman se repite por todas partes, tanto aquí, como en Nueva Zelanda. Era un comerciante holandés, y fue el primero en divisar estas tierras, en las que estuvo comerciando. Pero no fue hasta 200 años más tarde cuando el Capitán Cook reclamó esos territorios para Inglaterra. Pero yo creo que le tienen más cariño a Tasman que a Cook. Su nombre se repite más que el del inglés.
Para llegar a la Península, nos desviamos por Marion Bay porque, llegamos igual a Dunalley, donde está el istmo que une la primera península, la de Forrestier, a la isla principal. La bahía, de aguas bajas, está rodeada de vegetación, no espeso bosque, pero arbolada. Dunalley es un pueblo de pescadores, con pocas casa.
- Anda, que ya podrían vender cucuruchos de pescado frito - comento
- Estás tú apañada - dice Juanjo
Seguimos hacia Eaglehawk Neck, otro estrecho que une la península de Forrestier con la de Tasman. Este punto es uno de los hitos que no me quiero perder del camino, porque hay tres sitios que visitar. No me fío de la pija AnitaMato, como le llama Juanjo, y yo, Latíaesa, pero, curiosamente, parece que conoce los sitios, más o menos y llegamos.
Paramos en distintos miradores para ver el paisaje, que es bien bonito. Pero el primer hito, aunque pensábamos otra cosa, nos ha dejado helados. Se encuentra en la Bahía del Pirata. Se llama Pavimento Adoquinado. Es un efecto de la sal marina al cristalizarse, que parte las rocas como si fuera adoquines. Pensábamos que era una chorrada, pero la verdad es que es muy curioso. Las rocas acaban partiéndose en bloques como si los hubiesen hecho a cincel. Pero las que forman el pavimento resulta increíble que no estén hechas por mano humana. Son simétricas, parecen exactamente adoquines.
Continuamos, y a pocos km de allí encontramos The Blowhole. Es un efecto de agua que perfora una roca formando un túnel. El agua ataca y resopla con cada ola. Es muy espectacular. Pero más espectacular que eso, son los acantilados a los que nos asomamos por un camino que bordeaba la costa. Son enormes. En los folletos pone que son los más altos del hemisferio sur. Nos dejaron sin habla. Bajo ellos, la roca forma unas plataformas perfectas para las focas, que en este momento no están. Pero da igual. Porque la vista en si es apabullante. Las olas baten contra las rocas elevando grandes cantidades de espuma. Las paredes cortadas de tajo, verticales, impresionan. Tras ver los acantilados, el Blowhole nos ha merecido menos interés.
Estamos cerca de Doo-Town. Aquí todos los nombres llevan añadido un Doo. Como Dodgeri-doo, que es la única que recuerdo porque coincide con el nombre del instrumento musical aborigen. Para que tú veas, en un carrito nos vendieron cucuruchos de pescado y calamares con patatas fritas. Había un aviso de No Dar De Comer a las Gaviotas, cosa que yo tengo clarísima!. A las gaviotas, ni agua...pero ya se apañan para pillar las cosas que caen de los cucuruchos, que si un calamar, que si una gamba...me como mi cucurucho mirando con recelo a las gaviotas, y pensando : Aquí no vengas!!
Después de comernos los cucuruchos, seguimos al siguiente punto: El Arco del diablo. Es otro efecto del agua en la roca. Forma un arco altísimo, bajo el cual bate el agua intensamente. Este es más impresionate que el Blowhole. El arco acabará cayéndose, y formará una Cocina del Diablo, igual que una que hay al lado. Pero la cocina no es muy interesante. El Arco sí que lo es. Y al otro lado volvimos a ver acantilados como los de antes.
Nos encaminamos a Port Arthur, que es el punto que los folletos describen como más importante. Pero llegamos y nos fuimos pitando, porque el punto de interés histórico son los restos de un penal bastante hecho polvo, que no nos interesa nada, parece grande, como para perder mucho tiempo, y cobran, así que vimos el percal y nos largamos con viento fresco. Estaba petado de coches, y el aparcamiento era tan grande o más que el de la Alhambra. Orientales y todo había allí, no sé tanto interés, por una cárcel.
Bajamos hacia Remarkble Cave, que está en la punta de la península. Llegamos justo a tiempo para ver a distancia Cabo Raoul, que es interesante porque tiene una formación de roca en columnas. Muy raro. A Remarkable Cave no pudimos ir porque empezó a caer un aguacero, y desistimos.
Recorrimos la parte oeste de la península, pasando por Nubeena, White Beach, que están en parajes muy bonitos, y volvimos a pasar por los istmos de antes para subir hacia el norte. La verdad es que no estábamos lejos de Hobart, y casi que podíamos haber ido allí a dormir pero, ya metidos en faena, decidimos continuar y dormir en el primer sitio que hubiera.
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