No podíamos esperar ni un minuto más para ver la exposición que ha sido motivo (excusa) del viaje.
Hemos cogido el metro a una "hora de máximo estrés", que dirían los Abelleira -que trabajaban en la Puerta del Sol de Madrid- y hemos llegado antes de que abrieran.
No hay apenas nadie. Son las últimas semanas de la exposición y ya ha debido verla la mayoría de londinenses.
Me cobraban más barato como "senior" si iba después de las 12, pero preferí verla a primera hora, con menos gene.
I AM ASHURBANIPAL, KING OF THE WORLD, KING OF ASSYRIA
La exposición es magnífica, con unos efectos lumínicos para colorear los relieves y darles el aspecto original, relato sobre los relieves con iluminación de las escenas de guerra relatadas, un friso que mostraba las canalizaciones de agua con un efecto de iluminación que hacía bajar las aguas y florecer los campos y la historia de Assurbanipal y su mundo magníficamente explicadas.
Los frisos y esculturas son magníficas. Y parte de la famosa Biblioteca de Assurbanipal está expuesta como una librería, por temas.
La ciudad más representada es Nínive. Pero al final de la exposición hay un pequeño documental de la Nínive reconstruida hace unos años y de la detrucción por Daesh. Se te cae el alma a los pies.
Da mucha pena oírles hablar a las arqueólogas de cómo conocieron Nínive de pequeñas y cómo está ahora. Es muy emotivo y triste.
Hemos ido a visitar algunas partes más del British: Grecia, Mesopotamia, Egipto, Roma...Pero ya se nos ha hecho tarde. Hemos encontrado el Vaso de Licurgo, hecho con nanopartículas de oro que le hacen cambiar de color según le de la luz, el tesoro de Sutton Hoo, un barco hundido, tumba de algún personbaje sajón importante, con un casco espectacular, vasijas de plata y unos adormos de oro y crristal preciosos.
Hemos observado los ojos de cristal de algunos sarcófagos egipcios, aunque no hemos encontrado el de Semempses, que tienen efecto lupa.
Hemos opdido encontrar la famosa calavera de cristal. Le he mirado a los ojos y no ha ocurrido nada...
Nos falta ver una lente sumeria, pero tenemos que volver otro día de esta semana, porque es imposible acabar de ver todo.
Decido que hay que ir a Irán en algún momento y ver Persépolis como sea.
Cuando nos dimos cuenta de que ya no podíamos seguir, nos fuimos a un pub a tomar una cerveza. Un camarero nos atiende en español.
Luego hemos ido andando por Oxford Street y Regent Street hasta Picadilly Circus. Cada vez estoy más convencida de que, con la globalización, todas las ciudades son muy parecidas...las mismas tiendas, edificios similares...
Dimos una vuelta por Fortnum and Mason, que a Marta le gusta. Hay mucha pijadita muy cara, pero la tienda es bonita.
Volvimos en metro a nuestro barrio y entramos a cenar en el pub más cercano al hotel. La camarera italiana nos atiende en español. Hemos tomado un venado muy rico, postre Marta y yo, Gin Tonic.
Hacemos plan de visitas para el resto de la semana y nos hemos ido a dormir, que la vida del turista es ciertamente agotadora
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