Pensaba que, al estar acabado en 8, sería un buen año, pero ha resultado ser el peor que recuerdo.
Tras una serie desgraciada de sucesos, falleció mi padre, el referente de la familia cercana y extensa y cuyos restos ahora comparten espacio con mi madre y mi abuelo. Nos has dejado solos, papi...
Y tras su muerto he revivido la de mi madre y siento que los echo tanto de menos!
Con mi padre se ha ido Forges, que nos hacía su editorial diario y cuyas viñetas intemporales compartimos y seguiremos compartiendo.
Stephen Hawking, el Grande de la Ciencia, parte de cuyas cenizas navegan por el espacio.
Montserrat Caballé, la voz inmensa, como inmensa era la voz de José María Íñigo, que también se ha ido.
Maria Dolores Pradera se fue llevándose su voz que cantaba esas canciones que encantaron a mis padres.
Padres y madres de amigas se han marchado también. María, la madre de Beatriz, a quien conocía desde que yo era pequeña, la madre de Carmen, el padre de Flavia, la madre de Loli Durán...
Y muertres que nos sobrecogieron, como la de nuestra amiga Emi, tan joven.
Yo he estado meses de baja por estrés y ansiedad tras este terrible año, en el que el trabajo fue asfixiante.
La madre de Juanjo estuvo ingresada y ha entrado en ese declive imparable que traen los años, en la espiral que hunde a la persona y su vida siendo consciente de sus actuales y cada vez mayores limitaciones. Juanjo tiene una presión terrible y no sé cómo ayudarle.
Intento rehacerme. No podré olvidar. Este año no lo olvidaré, pero debo aprovechar la vida. Quiero viajar todo lo que pueda, reunirme con toda la gente que siga siendo amiga, cada vez que sea posible y mirar el futuro, que ya será más corto que mi pasado y no acabar siendo una carga para nadie.
Mi homenaje a todos los que se han ido. No os olvidaré
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