jueves, 3 de noviembre de 2016
QUINDE HUAYCO
2/11/2016 QUINDE HUAYCO
Los colibríes vuelan y chirrían por delante de la ventana. Pasan disparados como flechas. Es un despertar precioso.
Luis nos prepara un desayuno tan bonito que le hago una foto. Un plato con frutas variadas, huevos, tostadas de mantequilla y una crujiente loncha de bacon. Desayunamos mientras los colibríes acuden a los bebederos, libando el agua azucarada. Intentamos sacarles fotos mientras vuelan, pero es muy difícil, son demasiado rápidos.
A veces uno de preciosos colores se posa en la rama de la buganvilla, pero en cuanto intentas coger el móvil o la cámara, vuela y desaparece.
Hace buen día. Hemos salido a dar una vuelta por un sendero que sale detrás de las cabañas Kopal y que baja a una cascada. Yo me he puesto botas de agua. Luis tiene algunas de las que dejan los turistas, como hicimos nosotros en Costa Rica. Compramos unas al llegar y las dejamos antes de irnos.
Bajamos el resbaloso sendero. Hay algo de barro y las piedras están húmedas. Es bastante empinado. Al final hay dos cascadas y, si tienes suerte, puedes ver el gallo de las peñas, que es un ave con la cabeza roja y gran cresta, pero nosotros no la tuvimos. Escuchamos su canto, que es parecido al croar de una rana, pero no pudimos verle. Juanjo alcanzó a ver un par de ardillas. Yo, ni eso.
Pero la zona de las cascadas es un sitio precioso. Hay un puente colgante que lleva a un sendero que sube a un mirador y otros dos senderos que se desvían a cada una de las cascadas. Las paredes llenas de musgo y las orquídeas colgando de los árboles, el sonido del agua...un lugar mágico.
Subimos a la carretera de nuevo. Juanjo quiere seguir andando, pero yo decido ir a ducharme y pasar el día disfrutando de las orquídeas y los colibríes. Un día de relax para acabar el viaje.
Luis tiene una cantidad grande de orquídeas, que son el goce de los botánicos que vienen por aquí. También suele tener hospedados ornitólogos, que se lo deben pasar pipa entre los colibríes y el resto de aves que se encuentran en las montañas.
He recorrido el sendero de las orquídeas de la finca y lo encuentro lleno de plantas. Las orquídeas de distintas especies bordean todo el sendero. Hay, además, heliconias y las trompetas de bulbo, también de distintos colores. Hay muchos árboles, buganvillas....en fin, un vergel.
Hay al final del sendero un mirador cubierto, con una mesa de madera en el centro. Se ve desde allí el valle y la "ye" de la carretera. Juanjo ha venido al cabo de un rato y hemos estado viendo en el mirador unas urracas incas, de llamativos colores, especialmente amarillo.
Tras ducharnos hemos ido a comer algo a Gina. Hoy es fiesta y está petado de gente, pero conseguimos comer sin problemas una carne bastante buena.
Tras una siestecita, hemos vuelto a pasar la tarde en la cafetería, viendo a los colibríes, y desesperándonos por sacarles una foto en vuelo. Son superveloces. He leído en la Colibripedia que baten las alas entre 60 y 90 veces por segundo, en todas direcciones. Su corazón late 1260 veces por minuto y el más pequeño pesa 2,2 gramos.
Se nos ha hecho de noche viendo a los colibríes. Hemos bajado un rato a la habitación, a leer y luego hemos vuelto a Gina a tomar un sándwich.
Se ha puesto a llover. Mejor, más agradable dormir con el sonido de la lluvia
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