15/10/2016 BUCEO EN SEYMOUR
A las 7:00 estábamos en el club, después de haber desayunado en la habitación un yogur y galletas que compramos ayer.
Vamos con dos tipos alemanes, algo mayores, uno de los cuales habla un español perfecto y el otro nada. Una estadounidense de Los Ángeles, que está estudiando Biología marina en Isabela y ha venido a hacer un curso avanzado de buceo. Hay una pareja algo extraña de australianos, poco comunicativos. Además va una chilena que va a hacer un bautismo de buceo, pero que no lo tiene nada claro.
Fuimos en taxi hasta el mismo embarcadero donde cogimos el barco cuando vinimos del aeropuerto. Esperamos un rato, porque en teoría teníamos que embarcar en otro sitio, pero la marea estaba muy baja y hemos tenido que cambiarnos al otro y esperar a que hubiera hueco.
Hicimos la travesía hasta Seymour, hasta un punto de poca profundidad, donde nos van a hacer un chequeo de vaciado de gafas, limpieza de regulador y lastre. Una vez pasada la prueba, nos dirigimos a otro punto, donde vamos a sumergirnos de verdad. Vamos en tres grupos. La americana va sola con un instructor, porque va a su rollo, a la novata la bajan la primera y sube espantada. Dice que el mar no le gusta, le da miedo. Parece que quería retarse, pero no está nada convencida.
Los alemanes van con Israel y los australianos y nosotros vamos con Álvaro y otro instructor.
Nada más tirrnos al agua he visto un lobo marino que me ha pasado por debajo. La visibilidad no es muy buena. En un momento dado, Álvaro ha hecho el signo de Tiburón Martillo, pero no lo hemos visto. He bajado la gopro para hacer alguna foto, pero no se me enciende cuando quiero, no sé qué pasa...menos mal que Álvaro va haciendo vídeo con la suya, que además lleva palito para acercarse a los bichos. El sitio no está mal, es rocoso y de fondo arenoso, pero se ven grandes cardúmenes de peces, barracudas, etc. Hacia el final de la inmersión me he perdido. Quiero decir que me he subido sin poder evitarlo. Yo ya había advertido que me solía pasar, pero en un momento dado, me he encontrado sola, no veía el barco ni a Juanjo y Álvaro. Los australianos habían dejado la inmersión a los pocos minutos de empezar, por un problema de aire, creo.
Finalmente vi el barco y las cabezas de los compañeros a los que hice una señal, pero me sentía como una boya flotante.
Subimos al barco y volvimos a descansar un rato, a beber agua y comer un plátano y luego volvimos a vestirnos para otra inmersión. Esta fue mejor, enseguida vimos una escuela de tiburones de punta blanca, había como siete o más y luego vimos un montón de rayas águila, que es un espectáculo precioso. Una cosa curiosisima son las anguilas de jardín, que tienen gran parte del cuerpo enterrado y asoman la cabeza y un tramo de su cuerpo,,casi todas a la misma altura, y parecen plantas, porque el agua las va meciendo. Pero en cuanto te acercas, desaparecen en su agujero.
Lo latoso fue que se nos metió una corriente fuerte, que nos llevaba de lateral y a mí se me había desplazado el cinturón de plomos hacia la izquierda, así que iba empujada por la corriente hacia la derecha y volcada hacia la izquierda. Muy incómodo. En superficie, había bastante oleaje y no podía estar derecha. Finalmente Álvaro me dijo que me tumbara de espaldas para estar más cómoda y así, medio vaya, pero estaba deseando que llegara el barco y soltar los plomos.
Nos dieron de comer atún y langosta, con arroz y patatas fritas. La chilena no bajó más que el primer intento, vomitó...en fin, un desastre. Yo no llegué a marearme. Había tomado biodramina por la mañana, pero el mar estaba malo. Uno de los alemanes, el que hablaba español, no ha querido comer. Luego, de vuelta al club, cuando andábamos meditando si ir a Gordon, donde dicen que se ven martillos con toda seguridad, nos ha contado que ayer estuvo él y que había cualquier cantidad de tiburones de todas las especies, pero que se había puesto malísimo en la travesía y que todavía seguía con mal cuerpo, así que pasando de ir a Gordon definitivamente.
Descansamos un rato en la habitación y fui después a recoger los vídeos con un pendrive que me he traído para el caso. Me han hecho una especie de certificado de inmersión y me han regalado dos pulseritas del club. He preguntado qué saben de las Islas Plazas, que es una de las excursiones posibles y me hablan de iguanas, lobos marinos viejos que se agrupan tras jubilarse, etc...pero he preguntado en el primer sitio que he visto donde anunciaban la excursión y cobran 140$, casi tanto como el buceo y me parece un disparate.
El instructor que va con la americana, que está intentando montarse su propio club, nos dice que los precios que se manejan aquí no están justificados de ninguna manera. A nosotros nos han cobrado 160$ por el día, y eso que está rebajado por ser temporada baja, pero es una barbaridad. Y el caso es que todas las excursiones andan por esos precios. Pero los precios del supermercado, por ejemplo, son también un disparate. Nos cuenta el piloto del barco que a ellos les pasa igual, porque no tienen ningún tipo de rebaja por ser residentes en la isla y muy poca en los vuelos al continente.
Hemos ido a cenar al sitio donde comimos ayer, y nos quedamos pasmados porque la calle tiene los restaurantes atestados de gente. Hemos vuelto al Sol y Mar y nos hemos tomado un Brujo a la parrilla, que también estaba buenísimo. Y hemos descubierto dónde va a parar tanta langosta como sacan. Todos los restaurantes tienen montones de langostas. Si además exportan, como dicen, tienen que sacarlas a espuertas, como vimos.
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