DIA 96
22/ENERO/2105 SAIGÓN (HO-CHI-MING)
El hotel en el que estamos es normalito. El desayuno, tipo buffett, es vietnamita, con sopa, arroz, salteados de arroz, verduras y pollo, un pan malo, malo, huevos, etc. Tomamos lo que no nos parece muy extraño y fuimos a la calle a ver qué hay.
Lo que hay es una ciudad bastante moderna, con rascacielos muy altos, calles que no están sucias, muchos parques, pero un tráfico de motos impresionante. Hemos ido a pagar nuestro billete de autobús, que no había podido finalizar de comprarlo por Internet. Nos ha costado mucho dar con la dirección exacta, aunque no estaba lejos del hotel. Y el taxista, ni idea. Ahora que, los más desternilla te ha sido escuchar s Juanjo y al taxista. El taxista hablaba en vietnamita y Juanjo le contestaba en español, mientras a mí se me salían los ojos de las órbitas. Finalmente nos dejó donde le salió der jigo
Después hemos ido paseando a ver el mercado. En él vemos montones de centros de orquídeas, cantidad de puestos de ropa, algunos de jade y perlas y bastantes puestos de pescado. Los cangrejos están puestos en barreños en fila, atestados para que no se muevan. Y las nécoras tienen puesta una cinta azul para que no suelten las pinzas.
Nos intentan vender de todo, pero salimos ilesos. Hemos ido a pasear a la ribera del río Saigón, con barcos muy grandes, y después hemos recorrido parte de la ciudadanía, pasando por Notre Dame, una catedral recuerdo de los franceses, y la oficina de Correos, un edificio bastante grande, color amarillo, que parece una estación de tren. Recuerdo de los franceses, seguro, así como el Palacio de la Ópera, y un par de hoteles y centros comerciales tipo colonial.
Nos tiene fascinados el tráfico de motos, pero cruzar las calles es bastante complicado, porque hay muy pocos semáforos. A veces juntamos un grupo de gente para protegernos, porque cruzar uno solo es suicida.
Hemos visto la Pagoda del Emperador de Jade. Tiene varias capillas con estatuas doradas y mucho adorno. Pero hay rincones llamativos. Una capilla escondida tiene una imagen bastante bonita, y una música agradable. No tiene turistas, así que resulta bastante agradable.
A continuación hemos buscado un sitio para tomar una cerveza fresquito y algo de comer. Hemos ido a parar a un bar de un checo que fabrica su cerveza a diario. Tiene unos alambiques en el centro de la barra, y te pone la amarga y rica cerveza bastante fría. Lo hemos acompañado de una tempura de verduras, pero lo raro ha sido que nos la han puesto con mayonesa -ya ves tú- y me ha costado dios y ayuda que me trajeran salsa de soja. Muy raro.
Hemos descansado un rato en el hotel, estudiando un rato, escribiendo y tal, y luego salimos a cenar. Hay bastante ambiente en nuestra zona, pero nos hemos alejado un poco para ir a un sitio de comida tradicional, donde hemos tomado uno de esos menús vietnamitas en los que eliges un plato de cada. Hemos elegido distintos cada uno y así hemos probado de todo. Tiene poca proteína y mucha verdura, pero está bueno. Luego a dormirse que mañana toca madrugar.
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