DIA 86
12/ENERO/2015 DE VUELTA A MANILA
Hemos desayunado en el buffett como ayer, pero hemos bajado más tarde. Hay menos gente hoy y menos cosas, pero hemos comido nuestros huevos con salchichas, bacon y pancakes y tostadas francesas. Juanjo sigue sin probar el pescado seco. Me tiene preocupada :((
Hemos vuelto a la habitación a recoger, hecho el check-out y nos hemos quedado en el hall a escribir y seguir consultando. He tenido que resolver on-línea un par de pijadas. Que un hotel de Tokyo no acepta la American Express como aval, que si he tenido que cambiar la tarjeta de PayPal porque la que había estaba caducada...chuminás que pasan viajando,my que me han tenido un rato entretenida.
Hoy está lloviendo, a ratos fuerte. Habíamos comentado ayer que nos está haciendo un tiempo bárbaro, todo el viaje. Hoy, que no tenemos ningún plan especial, excepto ir al aeropuerto, es cuando llueve.
Hemos cogido un taxi para ir al aeropuerto. Pensábamos que nos clavarían, porque está en la isla de Mactán, pero ha sido barato. Nuestro vuelo va con retraso. Habíamos pedido adelantarlo. Nos dijeron que si iba con retraso, si, si no, no. Pero, cuando ya parecía que todo estaba OK y han abierto el check-in, hemos facturado y justo entonces han anunciado el retraso. Cagonlá. Una hora, nada menos. Pensamos que han cancelado el anterior, además.
Para más guasa, la maleta que hemos tenido que facturar ha tardado en salir la intemerata y, además, para coger taxis había una fila eterna. Para salvarla, nos pedían que pagáramos por un taxi diferente 10 veces más de lo normal, pero no nos hemos dejado liar.
Ya que estábamos esperando, he preguntado a uno de los encargados de los taxis si podían recogernos mañana en el hotel. Hemos acordado la recogida con el conductor que nos lleva.
Hemos llegado a eso de las diez y media al hotel Lorenzzo Suites y recuperado nuestro equipaje. Nos hemos puesto a rehacer la maleta para dejar a mano la ropa de invierno y guardar la de verano. Hemos aprovechado para tirar alguna cosa: una camisa, camiseta, zapatos rotos...mientras, en la recepción nos pedían unas hamburguesas en un "delivery".
Nos han traído cuatro hamburguesas pequeñas -no había grandes y había que consumir un mínimo para la entrega, y Coca-Cola no queríamos-. Hemos disfrutado de una ducha templada y nos hemos ido a dormir. Tengo metida en la cabeza la musiquita del Sinulog todo el día.
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