sábado, 8 de noviembre de 2014

DÍA 22. PUERTO WILLIAMS. CABO DE HORNOS

DÍA 22

8/NOVIEMBRE/2014. PUERTO WILLIAMS (CABO DE HORNOS)


Me desperté ya amanecido. Antes de las 6. Todos dormían.

Vi por primera vez Puerto Williams a la luz del día. Parece un pueblo no muy grande, con casas de madera, blancas en su mayor parte, aunque se distingue un edificio verde que debe ser un iglesia.  A la derecha veo un rada pequeña con veleros y por debajo de la Iglesia, un muelle con un barco militar, al menos.

Se va despertando la gente y bajamos a tomar un té. No nos dan desayuno, pero todos llevamos galletas. Y hay café y té calientes.

Comentamos las próximas jugadas de cada uno. Yo creo que David y Carolina no ven muy claro lo del trekking. Dicen que hay mucha nieve.

Nos vamos del barco. Cada uno a su destino, cualquiera que sea. Nos deseamos suerte mútuamente.

Juanjo y caminamos hacia el pueblo. Yo pienso que el aeropuerto está muy cerca. Pero el sobrecargo dice que tomemos un transfer, que el camino va por detrás. A mi me parece que hay tiempo de sobra para llegar.

Hace mucho viento, así que nos abrigamos bien. Tenemos que estar en el aeropuerto a las 9:30 y no son ni las 8.

Por la calle no se ve a nadie. Y nos han dicho que hasta las 9 o las 10 no abren nada.

Las calles están en obras, se ven algunos obreros, no muchos, dentro de las zanjas. Son la única gente a la que preguntar. A Juanjo le han dicho que vayamos a Forjadores, donde hay transfer. Tras mucho buscar encontramos al tal Forjadores, que es un supermercado, pero que no abre hasta las 9. Yo insisto en ir andando en dirección al aeropuerto y Juanjo se mosquea. .

Junto a Forjadores está Aerovías DAP, con los que vamos a Punta Arenas, pero está cerrado. Un letrero en la puerta nos informa de que hoy, sábado, abren a las 10. Nos quedamos esperando.


Al rato aparece una furgoneta grande que transporta a los alemanes. Querían ir a Ushuaia hoy, y tenían reservado el Ferry. Pero lo han suspendido hoy y mañana por el mal tiempo. Así que están indecisos. A otra pareja les pasa lo mismo, pero se marchan, no sé a dónde. Los alemanes esperan a que abran la oficina para comprar un billete para el lunes. Las avionetas tienen 16 plazas. La conductora de la furgoneta llama por teléfono a alguien que va a recoger gente para el aeropuerto para que venga a por nosotros.

Llega una pareja mayor que han salido del barco y dormido en el pueblo, pero que van también en el avión. Nos dicen que a ellos los llevan desde el hostal donde se han quedado a dormir. La mujer intenta llamar a DAP de Punta Arenas para preguntar, pero no le cogen el teléfono. Se marchan y les dice Juanjo que les diga a los del avión que no se vayan sin nosotros. La mujer nos pregunta los apellidos.


Allí nos quedamos, tirados como colillas en un pueblo casi fantasma. Pero por fin aparece una furgoneta y nos recoge. La misma furgoneta ha recogido a la pareja del teléfono.

Al llegar al aeropuerto al que, efectivamente se llegaba por un camino largo que rodeaba la bahía, vemos que está abarrotado de gente. Hoy, en lugar de la avioneta, viene un avión de90 personas, de lo cual me alegro, porque no está el tiempo para dar botes.

El conductor de la furgoneta vuelve y nos cuenta lo del hospital que comenté ayer. La mayor parte de la gente que va en el avión son trabajadores que cambian el turno y vuelven a Punta Arenas tras unas semanas en Williams.

Aparecen los alemanes, que nos cuentan que han abierto la oficina y que hoy tienen sitio en el avión, pero el lunes solo hay 3 asientos libres, y van 4.


El traqueteo, de todas formas, fue bastante infame. Íbamos en la cola y se movía que daba gloria...

Llegamos. Punta Arenas unos 40 minutos más tarde. Salimos a una furgoneta para ir al centro y, claro, en la misma se montan los alemanes, que han decidido ir a Puerto Natales. Allí nos encontraremos, seguro...

Fuimos al hostal a darnos una ducha y luego a comer a La Criolla, pero se les había acabado el menú. Comimos a la carta.

Decidimos, finalmente, ir. Puerto Natales. Habíamos barajado acercarnos a Porvenir, en Tierra de Fuego, cruzando el Estrecho, pero es por perder tiempo. Hemos pasado o tarde en el hostal, buscando alojamiento en Puerto Natales, escribiendo, mandando fotos....

Juanjo ha salido a cenar. Yo no tengo hambre. Llueve...



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